El Sr Teodoro Petkoff, aquel que abogaba por el retiro de la oposición de las elecciones para la asamblea nacional en el periodo donde finalmente no fueron, sentenciaba recientemente con estas palabras un accionar de la famosa MUD (mesa de la unidad) oposicionista, en torno a la selección de la fecha para la escogencia de su candidato de cara a las elecciones del próximo año.
Muy acertado en su opinión a mi parecer; la oposición ha dado muestras claras de negociaciones y tráfico de poder con estas decisiones tomadas en su conclave político. Nada más lejos del espíritu que anima a la gente que no apoya al presidente; nada más corrosivo para la confianza en el ganador de ese proceso interno del oposicionismo, que esperar todo ese tiempo para seleccionar a su candidato. Obviamente, más de un precandidato se alegra con esto: es la oportunidad perfecta para seguir haciendo juego político, mientras se mantienen alejados del verdadero escenario de confrontación de ideas de y planes nacionales, de ideologías y concepciones de republica, como aquellos perros que desde el lado interno de la cerca, ladran con apariencia de furiosos, hasta que les abren el portón y salen despavoridos. Allí están seguros, cómodos, sin necesidad de ser sinceros, ni de arriesgar algo de su pellejo.
La realidad es que la arrogancia los está matando. Trafican influencias buscando unos, tiempo para aparecer en escena con fuerza, y otros para ver si logran dividendos políticos suficientes con el fin de traficar luego con ellas. Desde el exterior, otros tantos políticos persiguen su sobrevivencia en un entorno que los olvida de a poco. Los menos, se quejan de la dilación de la selección del candidato, a sabiendas de que su momento puede pasar con ello. Solo unos pocos, menos de los que puedo contar con una mano, lograrán sacar beneficios netos de esto, más allá de lo que la MUD puede proveer en su obtusa interpretación de la realidad.
El miedo al presidente es claro; la incapacidad para enfrentarlo efectivamente se hace evidente, conforme el tiempo pasa y la falta de coherencia se hace patente. La falta de un candidato coherente, capaz de mostrar un estilo y un plan de trabajo conforme a un proyecto claro de país, por lo menos un paso mas allá de el del presidente, ahora dilatado en su selección hasta febrero del próximo año, sino cambian las cosas, supondrá un revés para aquellos que no apoyan el proceso del gobierno presente.
Mas allá de la falta de un tipo que plante cara con los correctos argumentos al presidente y a toda su permanente y bien financiada campaña, esta la falta de interés por el bien nacional en esa MUD. Sus conclaves realizados fuera del país, allá donde solo los ricos y poderosos llegan, lejos del colectivo al que supuestamente se deben, no hacen más que corroer la precaria buena fe que la gente que los apoya ha podido depositar en ellos.
Ver reunidos a todos esos desvirtuados ancianos políticos, secretarios y funcionarios de viejos partidos, otrora culpables de la debacle que devino, no das menos que asco.
Algunos se lavan las manos diciendo que aunque no están de acuerdo, “por el bien de la unidad”, apoyarán la selección del candidato en febrero del próximo año, cuando en realidad lo que hacen es guardan bajo la manga un argumento que diga algo como “…se los dije que era un error, pero por el bien de la nación los apoyé”.
Hipocresías tras mentiras y mas hipocresías, son las que dejan ver las viejas y debilitadas costuras de los grupos políticos que solo buscan más poder, o cuando menos, las viejas glorias y comodidades de las que gozaron en la cuarta republica.
Dejar para el próximo año la selección de su candidato, -insisto-, muestra otra debilidad: la de no soportar unos rounds con el presidente. Pretenden escogerlo a última hora, sin mayor propuesta que mostrar, y esperar que solo el voto castigo, o el pensamiento reencauchado y cíclico de “…cualquiera lo hará mejor que este”, vuelvan a salvarlos y a elevarlos a la cúspide del tercermundista poder presidencial venezolano.
Están tan acostumbrados, que ya duermen y comen sobre sus propios excrementos, y hasta comienzan a verlos como bien legitimo de transacción política y de poderes.
No quisiera que el que gane lo haga por la debilidad patética del oponente, pero si nos toca eso, pues que sea. Siempre habrá una generación de relevo que logre sacarse de encima tanta porquería y mediocridad.
La MUD no es más ni menos que el buró del PSUV. La única diferencia está en que unos tienen el poder, y los otros, lo ambicionan.
Equilibrio perfecto que nos detiene a todos inútilmente. Por algo será. Por algo tenemos lo que tenemos.
WikiLeaks los vuelve a embarrar a todos, sin distinción; veamos con calma sus reacciones, y concluyamos con sabiduría y calma, para escoger el camino cierto que perdimos a la muerte de Simón Bolívar.
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