domingo, 25 de diciembre de 2011

Feliz navidad, Venezuela.

Cuando se cree que existen cosas siempre más allá de cualquier entendimiento humano, Dios no tarda en venir e inspirarnos. Rememorando el nacimiento de aquel que con total humildad trajo la más importante de las enseñanzas a este planeta, hoy aprovecho para llamarles a todos a la reflexión, al entendimiento, al perdón y al tener fe en que si se puede superar lo que nos parece infranqueable. 

A mis compatriotas venezolanos, les digo que siempre lo mas grande esta por venir. A toda aquella alma que a través de esta vía tenga la oportunidad y el honor de llegar, le deseo días de iluminación y descubrimiento.

No todo está dicho, mientras lo que tienes por decir no sea escuchado. 
"No basta con saber; necesario es hacer".

lunes, 19 de diciembre de 2011

María Corina; Leopoldo López y otros: Hay fotografías de momentos, que hacen daño.

Creo que es cierta aquella frase que sentencia: “Una imagen vale más que mil palabras”. A veces pasamos años tratando de desenmarañar los pensamientos e intenciones de aquellos que procuran a través de nuestros votos, alcanzar la silla de Miraflores, para que en ocasiones, un instante en el tiempo, congelado en una imagen, venga a contradecir todo lo que dicen, enmarañando aún más los callejones por los que la política venezolana termina andando.
Desde un Chávez saliendo de la cárcel en los años 90 y marchándose raudo al encuentro con Fidel Castro, pasando por María Corina Machado, toda sonriente en su visita a la casa blanca de Bush hijo; o Diego Arria, igual  en sus fiestas elitistas, como caminando con Carlos Andrés en las cumbres del poder de los años 70, sin olvidar al más reciente Leopoldo López, de muy buen semblante, casi que contento, recibiendo y acordando cosas con el ex presidente colombiano Uribe, devenido este ultimo en una especie de “Yankee traders” del siglo 21.
Todos, absolutamente todos, muestran sus costuras en algún momento, y siempre habrá en esta época humana, un fotógrafo para inmortalizar tal “rasgadura” en su imagen política, para bien o para mal.
Mantenemos sin embargo, nosotros, la mayor desgarradura en el sentido común, cuando asociamos con poder, inteligencia o decisión de hacer cosas por Venezuela, a sujetos que salen inmortalizados en una foto, con factores externos a nuestro país. La miseria de nuestra falta de autoestima y confianza, manifestada a través de un impulsivo acto de selección de un futuro presidente, por cualquier cosa, menos por lo que realmente importa: Su compromiso de ser consecuente con sus palabras y ofrecimientos, con la verdad por delante. Es decir: Con honor.
No hay hombre o mujer que no llegue al poder sin mentir, sin conspirar, o sin ser cómplice de algo. Estamos a décadas quizás de ver lucidez y transparencia, producto de la humildad, al frente de una nación. Quizás ni décadas de nuestro tiempo basten para ello; quizás formas más avanzadas de autogobierno probos retumben en las décadas o siglos por venir, pero mientras, aquí, donde juntos nadamos entre petróleo y excremento, no nos queda otra que comenzar a levantar un poco más la mirada; por lo menos mas allá de nuestros propios pies, midiendo nuestro futuro más allá también del hambre que nuestros estómagos sientan en un día.
Lo hemos reflexionado anteriormente: Seleccionar a un presidente, en un sistema de gobierno que gira en torno a este más de lo que la prudencia aconseja, no puede ser cuestión de mera simpatía; Chávez arriesgó su vida durante un intento de golpe que pretendía corregir cosas, y ni aun eso fue garantía para observar luego a un gobierno plenamente eficiente, generador de estrategias y políticas sustentables a largo plazo. Basta ver a la mayoría de los pre candidatos de oposición manifestando como buscarán hacer un gobierno de transición, o dejando de alguna u otra manera, siempre la sensación de que desmontarán y desvalijarán cuanta cosa haya hecho Chávez, como si de solo cosas negativas se tratara este periodo gubernamental; en el ínterin, demuestran tácitamente como conservan mentalidades estancadas en el tiempo, mas allá de lo que sus edades en general, pudieran sugerir como posible.
Diego Arria no tiene moral para decir que su gobierno sería mejor, cuando el mismo fue gobierno hace décadas, o que puede llevar a Chávez a un tribunal internacional, en clara declaración al mundo de nuestra incapacidad para atender cualquier asunto interno, si fuera el caso, y solo porque le fue quitado, en circunstancias aún no claras, un hato ganadero llevado al más puro estilo criollo del siglo 19. Los otros, continúan siendo individuos que responden más a las acciones del presidente en ejercicio, que a sus propias potenciales visiones nacionales.
Todos dicen que no hay nada peor que Chávez, pero ninguno demuestra ser superior a este, y ello simplemente porque no son distintos: contemplan a Venezuela como algo estático, atado fatalmente a una historia edulcorada, llena de culpables externos a nosotros mismos.
Ninguno es capaz de reconocer bondades al actual gobierno y sus participantes; ninguno es capaz de montarse en el mismo podio que Chávez para continuar y dejar atrás hechos nefastos que exigen llevar con nosotros lecciones, y no rencores.
¿No es mejor chocar con una pared de verdades, que seguir ciegos por un sendero falso e iluso?  En Chávez veo a un hombre que quiso cambiar para bien las cosas de raíz, sin haber encontrado nunca la fórmula para hacerlo. La resultante ha sido un progreso muy opaco, casi que eclipsado por fracasos y distorsiones con luz propia; lo peor es la cantidad de gente que insiste en remar en la otra dirección, empecinados como decíamos hace un par de años, en mantener al bote girando sobre un punto muerto, mientras que corrientes de las que apenas comenzamos a darnos cuenta, nos arrastran lejos de donde nuestros corazones dicen que deseamos ir.
Es tan triste la situación, que con todos sus errores, muchos prefieren defender a Chávez, que caer en manos de hombres o mujeres que se empecinan en representar cosas que ya percibimos, deben quedar atrás.
No defender a uno de los dos bandos, pareciera restringirnos a vivir en un limbo con el riesgo de ser llamados apátridas por un lado, o rojitos por el otro, pero les digo que lejos de ser un limbo, es un mar tan grande como el que al norte de nuestra tierra se abre, y como en tiempos de Miranda o de Bolívar, se presenta nuevamente ante nosotros para protagonizar nuevos desembarcos de rectitud y constitucionalidad en nuestras costas, en procura de nuevos y mayores niveles de libertad y justicia.
Sin gringos ni cubanos; sin brasileños o chinos. Solo venezolanos sentándose a diseñar, con sus propios conocimientos y habilidades, sin miedo al trabajo duro y al sudor copioso, el futuro.
Recuerden que nadie de afuera nos extenderá la mano sin esperar algo a cambio, traducible en beneficios políticos o económicos. Así de crudo. Disfrácenlo con diplomacia y retorica, pero aún así seguirá siendo la misma cruda realidad.

Los precandidatos de la oposición, y los que soterradamente aspiran desde el lado oficialista, en caso de que el presidente no pudiera presentarse, tienen ante sí un muro infranqueable: El de la desconfianza y la incredulidad. Podrán llegar a gobernar, pero lejos están de ser hombres o mujeres libres de complicidades o mentiras.  Para los que crean que el futuro refulgente comienza en octubre del próximo año, les digo que se equivocan: Solo será la prolongación de una mentira, o si prefieren llamarlo así, la continuación de la política que justifica no ser honesto. Labrar una reputación creíble de rectitud y sinceridad, llevará muchos años.
La viveza predominará, una vez más como medio primitivo para sobrevivir frente a la debacle de la ley. La visión de una vida republicana de ciudadanas y ciudadanos dispuestos a sacrificar ante los errores, y de exigir ante los aciertos, continua inalcanzable frente a nosotros, separada de nuestra realidad por muros de soberbia social, y fosos donde se descompone la identidad nacional.

A los candidatos les digo: Enmienden sus caminos y dejen lugar a los que si puedan hacerlo. Díganme de que alardean, y les diré de qué carecen. Aún no lo comprenden. Recuerden que un fotógrafo siempre estará a la vuelta de la esquina, presto a inmortalizar la verdad; esa que valdrá siempre más que mil de sus palabras tratando de justificar lo inexcusable.








sábado, 17 de diciembre de 2011

El Universal; 16-12-2011: “Saime: Colombianos podrán ingresar al país sin solicitar visa”


Pregunto yo: ¿Y alguna vez acaso eso ha importado para que entren?
¡Hay comentarios y declaraciones que levantan a cualquiera de su tumba!
Yo tenía días sin escribir, y no tengo excusas para ello, mas allá de la apatía que los mismos y ya comentados predecibles eventos políticos sociales y económicos han logrado hacer; debo admitirlo. En mi tumba de apatía, el presidente de la republica, con su misión de ayuda a las adolescentes embarazadas logro que abriera los ojos, ante la virtual beca que a cada jovencita que este en cinta se le dará, sin siquiera mencionar la emergencia en la que estamos ante esta epidemia de nacimientos a destiempo concebidos, y que solo acrecienta la brecha entre la miseria mantenida con vida por conveniencias políticas, y la verdadera  erradicación de lo que es evidencia de descomposición social y cultural en nuestro país.
No satisfecho el mundillo político venezolano con este abrir de ojos de mi parte, se lanza sin reserva alguna el alto funcionario del servicio nacional de identificación, para expresar sin rubor, como, “en pro de la unidad americana”, -mientras mete en el paquete del Mercosur a un país que no tiene que ver con esta (Colombia)-, que los colombianos podrán “ingresar” al país como “Pedro por su casa” en calidad de “turistas”, como si ello no ocurriera a diario, sea para trabajar o delinquir, en nuestra ultrajada y casi muerta frontera occidental. Un balde de agua fría lanzado a la tumba donde yacía, para hacerme saltar de un golpe y decir: ¡hipócritas!

Definitivamente, la sensatez esta secuestrada por nuestra propia torpeza. Saben que este tipo de declaraciones oficiales son otro saludo a la bandera, y lo que es peor, muchas veces son sin premeditación; es decir, se desconoce realmente el fondo del problema que en particular nos aqueja.
Por el lado de la declaración de este funcionario, mal hace al tratar este tema como si de un mero asunto de flexibilización en el transito sobre una frontera sana y resguardada se tratase, cuando todos sabemos que esas son tierras de nadie, vendidas al mejor postor. Sencillamente, no hay autoridad ni moral en la frontera colombo venezolana. Ciertamente, y con orgullo, puedo afirmar que podemos interceptar y hundir a un submarino extranjero, pero justo existe un mar entre esa realidad, (con sus debilidades reales e inocultables), y la situación patética vivida en todas nuestras fronteras terrestres.
El hecho es irreductible: Los ciudadanos colombianos pueden entrar y salir de Venezuela cuando les dé la gana, y como les dé la gana, llevando con ellos, -o trayendo-,  lo que se les antoje, Punto.

Ya hemos mencionado que existen tantos extranjeros colombianos aquí, que ya ellos seguramente decidirán quien es el próximo presidente de Venezuela. La soberanía se ha perdido hasta ese punto, por entender la soberanía como algo tan simplista como hasta ahora lo hemos hecho, No se trata de estar ojos avizores contra el enemigo imperial que en realidad nos puede pulverizar cuando les de la gana, sino en estar atentos y muy autocríticos cuando cosas como la cedulación indiscriminada, la frontera corrupta y la mediocridad de los gobiernos colombianos que no atienden a su población más desasistida, engendra en nosotros estas miserias.
La cantidad de turistas colombianos siempre será mínima, porque la mayoría de los que entran y salen, ya tienen cedula de ciudadano venezolano, y nosotros no exigimos lealtad ni compromiso serio por ser ciudadano de esta republica. No cumplimos nosotros que nacemos aquí, ¡Con qué moral podríamos pedirles a ellos que nos respeten!
Seguimos “jugando” con las mismas cartas de fracaso, apostando siempre el futuro de nuestros hijos, porque la cobardía disfrazada de viveza, nos impide arriesgar nuestro propio presente.

Puedo ser más diplomático y delicado con estos temas, ¿Pero para que hacerlo, si ya los políticos se encargan de eso a diario en Venezuela?

En la otra esquina, (porque parece ser un cuadrilátero de boxeo donde abrí mi tumba y no en un cementerio), el esfuerzo del presidente por palear la situación de las adolecentes embarazadas en Venezuela, es otra de esas “Hecha con las manos, destruida con los pies”, que se dan a diario en nuestro país.
No puedo decir que voy acertadamente a becar a las embarazadas en nuestra nación, para que una vez superado ese error de vida joven y sin guía, puedan enmendar su situación y terminar de estudiar y hacerse verdaderas mujeres, si no digo junto con ello que es para comenzar a solucionar una situación vergonzosa, producto de la ignorancia y la debacle social que vivimos, y que debe ser erradicada estadísticamente, en un plazo breve de tiempo, para lo cual atenderíamos no solo con mayor educación, sino también con concientización, métodos anticonceptivos, esterilizaciones voluntarias, campañas de trabajo dignificadoras, y demás medidas que logren atajar este problema. Decir que les voy a dar dinero y ayuda solamente, es peligrosamente difuso, y es como darle atención funeraria y el pésame presidencial personalmente, a toda madre a quien le hayan asesinado un hijo, sin decir también que vamos a atrapar, procesar condenar y reeducar, al asesino. Así de incompleta y débil esta la misión “una beca por embarazarte”. Debemos ayudarlas, pero ofreciéndoles la garantía de que sus propias hijas no caerán en la misma situación de ellas dentro de 13 o 16 años.
Sr Presidente: O corrige la misión de inmediato, o esta corre el riesgo de morir miserablemente como aquellos a quienes el derecho de la vida se les usurpó mediante un aborto.

A continuación les dejo el artículo que me sacó de la tumba; léanlo ustedes y decidan si las cosas marchan tan bien como nos dicen los políticos.
A diferencia de Bolívar, que muerto está en su sarcófago a prueba de balas pero no de hipocresías y mentiras, yo si puedo salirme de mi tumba voluntaria y decirles en la cara: ¡Hipócritas!...

Turistas residentes en los países del Mercosur no la necesitan
  EL UNIVERSAL
viernes 16 de diciembre de 2011  12:00 AM
Dante Rivas, director del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), anunció que los ciudadanos colombianos que deseen ingresar al país por vía aérea o terrestre, en calidad de turistas, no tendrán que solicitar visa.

Rivas explicó que esta acción se implantará en función de darle cumplimiento al acuerdo firmado con Mercosur, "los ciudadanos residentes de los países asociados a esta comunidad, tienen una supresión de visa que les permite transitar en dichos países, sin necesidad del referido documento", indicó.

Reveló que este convenio sólo se cumplía en las vías aéreas por lo que recalcó que "el ciudadano visitante que desee ingresar vía terrestre debe exigir en el punto de control migratorio que se le coloque en su pasaporte el sello de ingreso a nuestro territorio, ya que el mismo será su visa".

Agregó que "el visitante colombiano tiene 90 días continuos para hacer turismo en Venezuela, y en el momento de que ese plazo se venza deberá retirarse de nuestro país, o pedir la renovación del permiso, el cual pudiera ser por 30 días más".

Rivas reiteró a los ciudadanos colombianos que deseen hacer turismo en nuestra nación, así como a los visitantes de los países pertenecientes al Mercosur que "no tienen que pagarles a funcionarios corruptos ni un solo bolívar para ingresar".

El director del Saime aclaró que "los venezolanos también pueden entrar a cualquier país del Mercosur sin necesidad de tener visa ya que existe el derecho a la reciprocidad en este acuerdo".

miércoles, 26 de octubre de 2011

Lo que la inercia puede hacer.


Un mes y poco más, ha pasado desde la última entrada a este blog; algo de vacaciones, aprovechando esta treintena de días que aún esperando pacientemente, no logran parir una noticia que considerar verdaderamente relevante; ese hecho destacable que en definitiva, no fuera predecible y por ello, digno de ser mencionado a los efectos de un hipotético cambio en las conductas y políticas establecidas en las últimas décadas en Venezuela o incluso, en algunas partes del mundo.
Algunos hechos puntuales parecieran querer resaltar por sí mismos, pero finalmente solo lo hacen en los contextos de sus propias obras teatrales, como si de un gran festival de artes sobre tablas se tratase; quizás por eso se presentan ante nosotros, cosas disimiles entre si, como:
I. La reciente y rocambolesca muerte del presidente libio, de la misma manera injusta y cruel en que el habrá matado a incontables en su nación;
II.- La anunciada recuperación, -rápida y completa, como si nada-,  del presidente venezolano, tras el cáncer que lo aquejó, y ahora repotenciado en una especie de “Chávez 2.0”, para quizás seguir, a pesar de todo, el mismo programa político “1.0”,  de los últimos 12 años de revolución.
III.- El extraño “capitalismo popular”, de la precandidata a candidata presidencial,  María C. Machado, que con todo y sus extensos esfuerzos por explicarlo, no deja de ser un populismo que no marca diferencias ni ofrece garantías con los modelos pasados ya agotados, en los términos de sus concepción hacia lo republicano y nacional.
IV. El “berrinche” político (por inconforme y teatral), de otro precandidato a la presidencia, el Sr. Leopoldo López, ante la de paso, totalmente predecible reacción del gobierno venezolano, de no habilitarlo para cargos de elección popular, alegando (sin que, de parte y parte, se pruebe o refute tal asunto), actos de corrupción administrativa, con lo cual, el personaje en sí mismo, deja mucho para la especulación y la suspicacia.

El hecho permanentemente irreductible sigue siendo nuestra incapacidad nacional para aceptar las fallas y las virtudes que a través de todo gobierno, se ha sembrado en nuestra republica. Esa limitación que pareciera visceral, no hace más que frenarnos, como ya lo hemos comentado.
La inercia; ese fenómeno de la física tan estudiado y predecible en el mundo mas allá de las interacciones cuánticas del micromundo, es también el que nos mantiene desplazándonos sin misericordia hacia un enorme objeto inmóvil delante y en nuestra trayectoria, con el cual parece que irremediablemente vamos a colisionar.

Con Chávez o sin Chávez, con oposición o sin ella, Venezuela no contempla evitar la colisión, porque ni siquiera esta consciente de semejante destino. Insisto en esto.

Ante ese posible panorama, que mas que destructivo es educativo, detengámonos en los próximos días, en el análisis del por qué de la campaña presidencial que abiertamente y sin rubor, -ante las leyes y principios violados-,  ha comenzado fuera de cualquier fecha pautada, y el por qué existiendo tantos excelentes planes y propuestas de gobierno, (como igual ha ocurrido en otras elecciones), Venezuela no ha tenido éxito en planificar y concretar un desarrollo coherente y justo socialmente.

Aguardaremos mientras, la aparición de alguna noticia o hecho verdaderamente resaltante, oxigenante y esperanzador, y digo esto porque sería la seña ante los nuevos tiempos de verdadera revolución que estarían llegando.
Díganme que tanto esperan ustedes por alguien presidenciable que nos saque de este atolladero, y les diré que tanto se tardará en llegar esta seña de progreso en realidad. Decidan.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Noticias varias; reflexiones breves sobre un pais que no hace nada nuevo.


No, no estaba de vacaciones; tampoco me encontraba en animación suspendida o algo parecido a eso, (aunque a veces provoca); sencillamente, el motivo de este receso es porque creo que en Venezuela no ha habido nada digno de resaltarse, ni por ser bueno, ni por ser malo, en relación a lo que ya venía sucediendo. Así de simple. El país continua con una inercia que casi se alza como el único fenómeno merecedor de resaltarse en sí mismo.
Ni los políticos burócratas, ni el presidente de la republica, ni la asamblea nacional, ni los precandidatos a candidatos, ni la delincuencia desbordada que el gobierno se obstina en negar que exista, ni los alimentos perdidos en los almacenes y puertos venezolanos, ni la mediocridad de muchos medios de comunicación y sus respectivos “analistas políticos”, ni el CNE con su insulso calendario electoral, o la aburrida MUD, que pega una y yerra diez, han logrado, -juntos o por separado-,  hacer que algo en Venezuela se erija como factor emergente de crecimiento real o al menos, insinuado, y que pudiera destacarse como hecho importante.

Lo digo sin ánimo de despreciar a alguno de sus protagonistas, ni con la intención de criticar a quienes habitando en Venezuela, siguen sin hacer mayor cosa. Debemos entender que los tiempos para cada cosa llegarán, y los momentos para darnos cuenta de cosas importantes, así como para crujir dientes por lo dejado atrás sin remedio o sin sacrificios ya de por medio, de la misma manera finalmente se interpondrán en nuestro desordenado camino republicano.
La mediocridad y la parsimonia de lo político y conveniente para pocos, se impondrá sin mayor escándalo a las mayorías, con unos pretextos que no por silenciosos y aceptados por muchos mansamente, dejaran de ser sórdidos e innecesarios para nuestro bienestar colectivo.

No crean que las cosas cambiarán como deseamos luego de esas elecciones presidenciales. No sueñen con rectificaciones revolucionarias. Nada ocurrirá con la profundidad y contundencia, si seguimos esperando que las cosas se impongan y autojustifiquen, al ritmo sin sentido del carrusel donde muchos pretenden seguir creyendo en cuentos de hadas venezolanas, mientras giran y giran sin cesar sobre el mismo punto muerto.

En estas semanas solo tres cosas me han hecho reflexionar. La primera viene de la misma MUD (el concilio político venezolano de oposición autoproclamado Mesa de la Unidad democrática). La segunda, viene de las continuas alabanzas presidenciales hacia su equipo de médicos especialistas, que diligentemente y con eficiencia intachable, lo han rescatado exitosamente de la enfermedad que lo aqueja o aquejaba.
La tercera: El rechazo del actual ministro del interior y justicia al informe de la ONU sobre drogas y Venezuela, descalificándolo.

Permítanme entonces meditar individualmente sobre cada punto:
1.-MUD fija posición ante la decisión de Guyana de extender 350 millas su plataforma continental.
Este es un tema en el que reconozco, no he indagado mas allá de lo superficial para este caso, aunque como hemos hablado anteriormente en otras entradas del blog, no distan mucho de la actitud consistentemente nefasta e histórica que los gobiernos venezolanos han tenido hacia los temas fronterizos, siempre alejados de aquellos cómodos aposentos presidenciales del centro del país.
Este tema, -el del aumento de la zona económica exclusiva frente a las costas de Guyana, afectando parte del área en reclamación por parte de Venezuela-, (luego del ya conocido hurto ejecutado por Gran Bretaña sobre nuestro territorio), y resaltado por la MUD en esta semana, a través de un comunicado difundido por diversos medios del país, se hace más llamativo al observar, transcurrido los días, el silencio oficial de la cancillería al respecto de este asunto. ¿Es verdad o es mentira?; ¿Guyana sigue una política de ratificación de su soberanía sobre el territorio reclamado, y nosotros como país mostramos nuevamente porque somos los pendejos de Latinoamérica, o la cancillería le sigue el juego a la MUD por alguna razón?

Si la cosa en Guyana es cierta, el silencio de algunos personeros gubernamentales aquí es como una traición a la patria. El problema es que si se hace un escándalo público de esto, y alguien investiga, el responsable terminará siendo nombrado en “castigo”, como cónsul o embajador en algún país, y el tema perderá vigencia ante la insurgencia de otro escándalo, en una colectividad que solo tiene espacio en su memoria para un escándalo a la vez, siendo imposible recodar el anterior.

No puedo afirmar con pruebas semejante cosa, pero deberemos observar con cautela la reacción el gobierno de turno al respecto. El presidente sabe que no debe pasar bajo la mesa este tema, solo por ganar simpatía y apoyo político de Guyana en el escenario latinoamericano que se pretende imponer, mediante el acto de olvido y perdón primeramente, de Venezuela.
Insisto: Los pendejos abren el camino, o como dicen en Europa: “Los inteligentes trabajan, y los picaros viven de ellos”


2.- ¿Dónde está mi “Estado mayor Medico”?
Esta es la pregunta que me hago cuando escucho al presidente manifestar tantas alabanzas por el que él tiene. No me vaya a decir que es “el equipo del pueblo, el de todos y por eso el de él también”. Eso sería incorrecto.
Ver por televisión, escuchar por la radio y leer en la prensa las maravillas de su estado mayor medico, nuevamente me hace sentir envidia, y pecar en el proceso. Yo quisiera tener tantos médicos a mi alrededor, sin tener que mendigarlo en un hospital público donde de seguro me habrán pedido por lo menos, la compra de algunos utensilios o medicinitas que no cuestan menos de varios millones de bolívares de los de antes, de esos que con certeza no tengo. No me vengan a decir que eso es parte del seguro medico presidencial, como el de cualquiera, porque yo tengo seguro y mucho cuidado si no me cuido de excederme en el monto de su cobertura, porque tendría “seguro” es una botada a la calle y al más cercano hospital público, a ver qué puedo hacer con lo que esté disponible en el momento.
No…, ese seguro presidencial es envidiable, absolutamente deseable. Me daría toda la atención médica necesaria, sin limitaciones de costos, traslados VIP, tiempos y medicamentos. Tendría a mí alrededor de manera continua, un sequito de zalameros, y otro de gentes sinceramente interesada en mi recuperación; vería lágrimas de familiares, amigos, zalameros y admiradores; tendría de chaperón a un ex presidente extranjero, y a varios mandatarios enviándome bonitos mensajes, así como otros más visitándome periódicamente. La gente me escucharía durante horas hablar de cómo enfrenté la enfermedad, y de cómo la superé luchando valientemente contra la burocracia hospitalaria, las madrugadas de colas y los bingos y recolectas que tuve que hacer para reunir dinero y…; perdón!, estoy hablando de lo que un ciudadano de a pie tiene que hacer, no un presidente!; ¿Donde cambié de sujeto?; disculpe señor presidente, porque me confundí.

Oírlo hablar de estas cosas suyas, mientras el colectivo queda embobado escuchándolo, me hizo ver lo paternalista que esta sociedad es, y lo fácil que es perderse tambien en los laberintos del subdesarrollo que nos ahoga. Si yo me pongo a hablar de mis penurias medicas, nadie me escucha, aunque muchos si se fastidiarían, pero si usted habla de las suyas, cuando está como lo está, rodeado de todos los recursos y médicos necesarios del planeta, todos se conmueven y aplauden.
No se trata de no desearle bienestar. Rechazo a aquellos retrógrados que desean su enfermedad y muerte, porque solo son los sobrevivientes de la intolerancia y la ceguera colectiva, pero entiéndame Sr. presidente, que no puedo celebrarle sus gracias televisivas, cuando en estos 12 años, muchos han muerto como perros sin dueño, a las orillas de un hospital, por no tener ni para desayunar. Esas gracias suyas entonces no puedo celebrarlas.
Aún guardando Ud. silencio y humildad sobre su propia enfermedad, no podría yo olvidar a los que han muerto por la misma enfermedad, por no tener la atención profesional de un “estado mayor médico” particular, como el suyo.
Sé que usted me entiende,  y que seguramente en su corazón se retuerce en privado el remordimiento por las oportunidades perdidas, aunque aún así usted tiene la libertad, -más no la moral-, para intentar descalificar estas reflexiones. Allí dejo eso.

3.-Rechazo a informe de la ONU: Ayer te alago, hoy te descalifico.
En realidad no es lo relevante que la ONU en esta oportunidad nos haga retroceder unos pasos en lo que a lucha antidroga se refiere, en comparación con el mismo informe del pasado año, si no estoy equivocado. El problema que veo es como el ministro del interior y justicia de Venezuela se ensalzaba en una interminable loa a dicho informe que nos favorecía en su momento, pero ahora lo desprecia y casi que escupe, descalificándolo de una manera tal, que uno no puede menos que preguntarse: ¿Pero entonces, por qué antes si valía y ahora no?. Lo menos que me pasa por la cabeza es decirle…¡Sea serio!
Pienso que es irresponsable asumir esa clase de contradicciones en el tiempo. Es como eso de ir a la corte interamericana de derechos humanos (funcione o no), llevando toda una parafernalia de leguleyos, para que luego, cuando dicten sentencia en contra nuestra, salir vociferando sobre la sentencia, mientras se descalifica a todo el tribunal.
¿Para qué fui si no creía desde un principio en él?

Sigamos así, que vamos bien. Cuando pase algo  interesante en el país, les avisare…

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿Qué es la política?; ¿Qué nos está haciendo?

Parecen unas preguntas cándidas, engañosamente simples, trilladas desde hace mucho, y que en todo caso, versan sobre un tema que hemos tratado ya en los principios mismos de este blog. Estoy consciente de que hay muchas definiciones ofrecidas desde los tiempos mismos de Aristóteles; reconozco que incluso, existen seguramente miles de tratados, libros y tesis sobre el tema político, y que no por ello, dejan de observarse sin embargo, espacios libres para que hablemos particularmente de aquella visión cotidiana, simple pero intensamente palpable, que se puede describir como ciudadano normal, expuestos día con día a sus efectos, en cualquier magnitud imaginable.

Quizás sea más preciso de cara a escudriñar tan complejo concepto humano, preguntar cuándo una lucha reivindicativa, -sea social o laboral, digamos-, da paso a la negociación donde se cede algo, a cambio de otra cosa, sin que el beneficio neto y deseado, llegue exclusivamente a la parte ahora tratada injustamente.

Precisamente en ese instante, creo que la política como la estamos viviendo, nace como tal.

La estrategia política, entonces, bajo esa concepción, no sería más que el mantenimiento del momento, - ahora político-, en el tiempo, tras la búsqueda de un objetivo, y con ello entonces, la cultura política (que es a su vez la suma de los momentos políticos sucedidos, devenidos en costumbres de acción y pensamiento), se vuelve valor de vida en quienes crecen expuestos a ella, como único catalizador utilizado para conseguir la satisfacción de las necesidades sociales, pero que sabemos, muchas veces terminan ofreciendo beneficios a medias, y que pueden ante cualquier descuido, favorecer a pocos, dando la espalda a muchos.

Deseo hacerles unas preguntas, antes de continuar. Este es un tema que exige de entrada, cuestionar nuestras costumbres y valores al respecto, dado que no sería posible avanzar hacia otro nivel sin lograr conscientemente deslastrarnos del nivel en el que nos encontramos ahora.

1.- ¿Por qué el político es visto con desconfianza?

2.- ¿Por qué el político es un ser al que buscamos para suplir una necesidad ante la imposibilidad del accionar individual o colectivo frente a la estructura gubernamental republicana, aún sabiendo que debemos cuidarnos de él y de lo que aspira para sí, más allá de nuestra exclusiva necesidad?

3.- ¿Por qué al luchador social, que hace lo mismo pero sin tener un cargo ni una paga exclusiva, pues lo hace desinteresadamente, no logra los mismos resultados que un político?

4.- ¿Un político es un luchador social que consigue una remuneración económica estable por vías a veces cuestionables?

5.- ¿Por qué de la percepción cotidiana que ve a un luchador social, como alguien más honesto que un político?

6.- ¿Por qué el mundo sindical, con sus luchadores sociales, se presta a tantas versiones que describen a muchos de sus protagonistas, como políticos que de continuo negocian lo innegociable en lo laboral?

7.- ¿Se suma a la ecuación “luchador social/político”, la figura del sindicalista tradicional?

Estas son preguntas cuyas respuestas, resultan difíciles de encajar en la buena lógica, en ese buen sentido común que nos aparta prudentemente de la locura, a quienes vivimos de plano, en los estratos tradicionalmente sin un poder articulado y efectivo en el país, pese a los ánimos revolucionarios existentes, que en muchísimos casos, solo se ha limitado a crear una burocracia “gubernamental-popular” paralela, igualmente ineficiente.

Pareciera que no es fácil darle una instrucción, una orden a un político, sin que este active a conveniencia igualmente de sí mismo, como decíamos, los mecanismos necesarios para la consecución del bienestar colectivo buscado, y ello si es estrictamente necesario para lograr su respectiva prebenda, lo que a su vez da origen a múltiples intentos necesarios, de parte del mismo colectivo social, para conseguir un logro puntual, no sin que ello haya dejado de significar, dilapidación y malversación de fondos en el proceso.

Quizás esto sea la génesis del fracaso que varias alas del gobierno han mostrado, ahora y en el pasado, pese a la potencialmente exitosa revolución que en el país se ha aspirado implantar. Recientemente el presidente de la republica, muy a propósito de esto, decía: “critiquen al gobierno, pero apoyen la revolución”; lo considero uno de esos comentarios que resumen toda la intención y la fe que ante un proyecto o una propuesta, se puede tener, independientemente del balance de fracasos y aciertos, que se pueda tener. Yo me hago solidario con esa afirmación, pues en verdad que una revolución, -esa verdadera revolución de la que hemos hablado en pasadas reflexiones-, aun aguarda por nosotros a la vuelta de la esquina republicana, lista para llevarnos a donde deseamos llegar, pero exigiendo la correspondiente cuota de sacrificio, necesaria como ofrenda ante tanta ineficiencia nacional amontonada con el transcurrir de las décadas.

Si todos fuéramos iguales en la concepción de lo que queremos como nación, y de la manera en ejercitar justamente su espíritu republicano, no harían falta los políticos como los concebidos hoy en día, pues bastaría con acuerdos intergubernamentales y sociales que se limitarían a planificar estratégicamente las pautas congruentes de un camino permanente de desarrollo. Nada más. En cambio, por ser nuestra sociedad una vorágine de disparidades en las concepciones republicanas, pareciera que la figura de moda del luchador social habría de llenar el lugar que como punto de apoyo, la misma sociedad requeriría ante la ausencia del político integro, aunque finalmente ni este luchador, posee la capacidad de disolver por ahora, las complejas estructuras levantadas durante décadas de control político sectario y partidista.

La consecuencia de esto, ha sido una dilatación casi insoportable, de los tiempos necesarios para obtener logros específicos, y la consecuente y denigrante sangría de recursos y vidas, todo ello injustificable desde cualquier ángulo que se le intente ver.

No hablamos en esta reflexión, obviamente, de execrar al político aún sobreviviente, de revalorar al luchador social, y de proteger al sindicalista, a priori. Se trata más bien de dimensionar, como un primer paso hacia la cordura colectiva, las distintas relaciones existentes entre los individuos, y entre estos y sus representantes y activistas, a la vista del sistema de gobierno republicano prevaleciente que hemos aspirado ejercitar. Luego vendrá esa revalorización que sobre todo, de cara al luchador social, y al buen sindicalista (no al malo…), que arriesga hasta su vida por un ideal, que siempre arropa a sus compañeros de trabajo, buscando la superación de los mismos, deberemos hacer para su justo reconocimiento y respeto. No podemos seguir aceptando que el trabajo de hormiguitas de estos últimos, sea vilipendiado por la actitud arrasadora de los bachacos que son los primeros (los políticos).

A esos políticos, (y a su subdivisión mas pérfida, -los políticos tradicionales del mundo diplomático-), deberemos canalizarlos de una manera no vista hasta ahora, para lograr con ello, y por etapas, la adecuación del modelo de participación individual y colectivo en pleno, con la menor cantidad de intermediarios posible. Sinceramente creo que esto llevará mucho tiempo. Aunque nuestros países latinoamericanos gozan de un calor humano que los hace muy sociales y solidarios, somos paradójicamente, reacios a cualquier esfuerzo colectivo, si este no tiene un beneficio neto en lo personal, sin sacrificios de por medio.

Extremos contradictorios como estos hacen a veces que los radicalismos se liberen de sus prisiones y de los controles sociales que buscan allanar el camino hacia niveles más justos, dando pie a las debilidades morales que toleran entonces las bajezas cotidianas del submundo político.

La humanidad deberá en algún momento dar un paso más allá de la política que desde el siglo XVIII ha prevalecido hasta nuestros días; tendremos que buscar un proceso de acuerdos y negociaciones que no tengan intereses distintos a los del colectivo, y al del uno como expresión individual básica del poder popular.

Obtener un mundo sensato al largo plazo, así como una nación republicana y sensata en este suelo venezolano en el mediano plazo, no son quimeras, y mucho menos utopías inalcanzables. Son alternativas reales que no están más allá de una decisión personal que se haga colectiva.

El paso que nos lleva desde el político, hacia el luchador social o hacia el sindicalista desinteresado que jamás está por encima de las bases a la que representa allá donde la misma asamblea de trabajadores lo delegue, no está en realidad tan lejos en distancia, como si lo está en el tiempo que nos llevará darnos cuenta de lo necesario de ello, y de lo lógico que resulta marchar a través de ese camino de concordia y buena voluntad en beneficio de todos. Acabar con la política tradicional será acabar con las guerras, el hambre y el despilfarro de recursos; acabar con el control real sobre el poder, de parte de pocos políticos, sobre la sensatez de millones de luchadores sociales no escuchados, convertidos en ciudadanas y ciudadanos de a pie como lo somos todos, erradicará la injusticia de una manera tal, que nosotros, -los que debemos morir primero llevándonos nuestras torpes concepciones mundiales, para dejar libre el camino a quienes si serán capaces de materializar estas verdades sin nosotros mismos como estorbo-, no podríamos menos que pensar que desvariamos en una agónica etapa terminal, viendo ante nosotros las puertas de un paraíso que se nos ha negado.

Sigo invitándolos a considerar el sacrificio como valor necesario de aplicar, una vez que veamos ante nosotros la verdadera razón que lo justifica: Una revisión descarnada de nuestra realidad, con la aceptación irrestricta de la supremacía de Dios y de la ley como únicos valores por encima de todos, y con ello la convicción de que solo sobre las cenizas de nuestros cuerpos y de nuestros pensamientos, los hijos y nietos lograrán cultivar en terrenos que ahora sí, serán fértiles a la esperanza que se siembra, y al fruto que se cosecha: Un fruto llamado bienestar.

Dicen que la política es la cosa más sucia del mundo, pero digamos que no porque hayan malas políticas, sino porque hay políticos malos; es decir, ciudadanos dispuestos a transgredir la ley en sus propios beneficios.

No hay opción a la única realidad que vivimos en Venezuela como nación: Estamos “ebrios y alcoholizados”, incapaces de buscar ayuda, porque no lo admitimos. Puede más la soberbia y el orgullo cuajado en la ignorancia de masas de venezolanos, gestando a su vez a otras masas, -aún más pobres y desesperanzadas-, de venezolanos.

Un sin sentido obsceno; reliquias de una mentalidad colonial…

Apliquemos la constitución y las leyes a cabalidad; dispongámonos a aceptar nuestras limitaciones humanas actuales; reconozcamos nuestros vicios; mostremos decisión a sacrificar nuestras comodidades por los hijos y los hijos de nuestros hijos, y veremos el amanecer de una verdadera revolución.

sábado, 20 de agosto de 2011

Nacionalizar el oro.

Creo que sin importar en qué “bando político” estén queridos compatriotas, este tema acordarán conmigo que es polémico en más de un sentido, siendo esta acción nacionalizadora interesante para su análisis, más cuando lo podemos considerar como un excelente ejemplo de cómo, llegado a un punto de no retorno en la vida republicana, no hay más opción que tomar una medida contundente.

En este caso, vemos que por un lado, (A): Se nacionaliza y se hace propio del estado (de la republica; -en teoría, de nosotros-), todo el beneficio del mineral oro, como en su momento lo fue el petróleo, y solo si consideramos que será toda la explotación aurífera efectivamente controlada, (dado que lo contrario sería estar ante una medida incompleta, que seguiría entregando soberanía), y luego, (B): Zanja de un golpe, toda explotación ilegal que ya de por si son imposibles de detener por la vía ordinaria, habida cuenta del poder corruptor que el mismo mineral en este caso posee sobre todo aquel que se atraviese en su camino para salir al exterior y convertirse así en ganga con que hacer millonario en poco tiempo a sus traficantes, burócratas y vendedores relacionados.

Nada más en estos días, coincidencialmente, pensaba en los funestos garimpeiros que desde Brasil y Guyana, no hacían otra cosa más que destruir la selva y nuestra integridad territorial, al buscar el codiciado mineral, que finalmente se llevaban como les diera la gana. Nunca se pudo controlar esa plaga, y solo una medida radical puede solventarlo. Esta decisión anunciada ahora por el presidente, -si se cumple-, puede ser una acción contundente en su esencia, con chance de ser parte de una visión integral de gobierno y de republica sustentable. Su ejecución a cabalidad es menester, para que no sea otra letra muerta arrastrada tras nuestras miserias, ni otra empresa perdida en nuestra incapacidad para ser serios.

Acá les dejo el artículo:

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“Crearán ley para nacionalizar la explotación del oro”

(EL UNIVERSAL, miércoles 17 de agosto de 2011)

Caracas.- El presidente Hugo Chávez anunció que pronto dictará una ley para nacionalizar la explotación del oro, a través de la Ley Habilitante.

"Vamos a nacionalizar el oro. No podemos permitir que se lo sigan llevando", manifestó el primer mandatario. Apuntó que ya tiene las leyes para reservar el Estado la actividad de exploración y explotación del oro, y todas las actividades conexas, para convertirlo en reservas internacionales.

Según Chávez, el instrumento legal le permitirá tomar la zona del oro que todavía sigue anarquizada, con mafias y contrabando.

Estimó entre 12 y 13 mil millones de dólares las reservas de oro del país, "no podemos permitir que se lo siga llevando".

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Se dice que puede haber tras esto un deseo de controlar aún más las reservas internacionales del país, (control que se traduce generalmente en su uso incontrolado, sin una restitución adecuada y oportuna), o incluso, que se quieren resguardar a estas reservas ante posibles sanciones internacionales.

Como sea, en ningún lado está escrito que debemos guardar el dinero en un sitio determinado, (por lo que su movilización no es un pecado político), y esto es más relevante cuando consideramos que en realidad, -en ese fondo que generalmente no tocamos cuando evaluamos nuestras potencialidades-, una banca nacional poderosa y bien regulada, podría ser más bien, fuente de préstamos internacionales, y no al revés, (como lo es ahora), con nuestra ilógica dependencia del dinero foráneo, siendo para colmo, país petrolero.

Mientras, y en cualquier caso, saludemos la correcta y mesurada nacionalización de aquello que no supimos regular ni aprovechar con cordura durante décadas. Más que la solución instantánea, es la admisión de una debilidad medular. Ello es el primer paso; es reconocer nuestra flaqueza republicana, para comenzar, -si la sensatez nos ampara y planificamos celosamente-, sin pérdida miserable de esfuerzos y dineros, a ejecutar lo necesario para ser congruentes y constantes en el progreso.

Sé que el mal ejemplo ronda entre nosotros con estos temas, (como el caso del carbón y otros minerales), que como el oro, parecieran mejor a veces dejarlo en el suelo que explotarlo de la manera irracional, despilfarradora y egoísta, con la siempre resultante ecuación que lleva como variable, la de “algunos” vende patria millonarios en dólares, y “muchas” miserias nacionales.

Las nacionalizaciones sabemos que son temas polémicos en Venezuela: Un sector petrolero que prosperó luego de esta acción, se marca como éxito, mientras que un sector del hierro y el aluminio, solo ha conocido deterioro y fracaso en las últimas décadas, dejando ver que no es nada fácil el panorama al que nos enfrentamos, y que no deja aperturas para la arrogancia.

Distraigámonos un rato con esto de las nacionalizaciones a medias de siempre, y el despilfarro y robo serán mayúsculos.

Prevenidos deben estar que el descuido de siempre, no termine “escribiendo” con oro puro, el epitafio de una revolución que pudo ser, y no fue.

domingo, 14 de agosto de 2011

Flores: “Tarjeta unitaria” busca tapar los desastres de la oposición

Cierro este pequeño ciclo de respuestas a las declaraciones de varios personajes políticos, con la ciudadana diputada C. Flores, como muestra de lo que han sido, desde hace semanas, persistentes expresiones de varios de los personajes oficialistas más encumbrados en el poder, en contra de la propuesta oposicionista de una tarjeta única, para las elecciones del 2012.

Creo que los argumentos nuevamente han sido tan débiles, como desencajados del contexto por donde las mismas fuerzas ahora oficialistas, pasaron en su momento, siendo oposición.

Veamos un extracto de sus declaraciones:

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“La diputada a la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Cilia Flores, dijo este martes que la “tarjeta unitaria” busca tapar el gran desastre (1), que tienen en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y reiteró que la misma forma parte de una oferta engañosa. (2).

La parlamentaria indicó que la oposición no está en capacidad de gobernar al país porque no defienden al pueblo sino sus propios intereses y los mandatos del imperio estadounidense. (3). “Ellos no dicen cuál es su proyecto (4), nosotros sí tenemos un proyecto, el socialista y tenemos un líder (el presidente Hugo Chávez Frías)”. (5).

Correo del Orinoco

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(1).- ¿A qué “desastre” se puede referir, en una oposición que por naturaleza, digamos, no tenía por qué tratar de unirse?; todo acuerdo que consigan, seria de hecho, un logro, así que no puede medirse como desastre, considerando incluso, que no tuvieran una meta más allá de la salida de Chávez del poder, que los amalgame.

(2).- Engaño de hecho no es, pues en política, más vale cuidarse de lo que pretendan los políticos, que de la manera en que buscan concretar sus marañas. Si enfocamos el asunto desde una perspectiva más amplia, entonces deberíamos decir que ambos bandos nos engañan, pues sabemos que miles de políticos y funcionarios, en gobierno y en oposición, se han beneficiado económicamente de los subterfugios que la burocracia utiliza en trámites y licitaciones para convertirlas en oscuras y retorcidas cadenas de favores reciprocos, sin dolientes ni posibles responsables que sean señalados y enjuiciados. El engaño visto así, es completo, permanente y demoledor para una republica.

(3).- No puedo yo como simple ciudadano, probar que muchísimos políticos juegan para sus propios beneficios, pero, ¿Puede ella, (La diputada), probarme lo contrario?

¿Qué diferencia hay entre que la cabeza de gobierno no responda a un imperio, pero si los demás bajo el?; ¿No responden muchos al “imperio” del dinero y del poder que su influencia da?; ¿No termina ello siendo la misma miseria a la que estamos expuestos?

(4).- En verdad que la oposición no tiene un proyecto que realmente vaya más allá de la propuesta actual de quienes gobiernan. Básicamente lo están vendiendo como una cuestión de forma, más que de fondo. Allí justamente, se cruzan ambos vectores, pues finalmente convergen dentro del mismo espacio vacío republicano, del cual buscamos escapar sin saber la urgencia de ello. Sin el presidente Chávez, El PCHUV (Partido Chavista Unido de Venezuela, conocido formalmente como PSUV), no tendría más sentido; cada uno de sus cabecillas posiblemente no tendrían el poder para arrastrar tras de sí a los demás cabecillas, y finalmente se atomizarían en una diáspora de partidos políticos pequeños.

(5).- El socialismo no basta si se siguen manejando los tentáculos del poder como tales, o si se depende de un hombre, sin importa sus buenas intenciones, para construirlo a discreción de pocos, sin escuchar y acatar las sugerencias de muchos.

Llegado a este día en Venezuela, y hablando de desastres, ¿Quien puede lanzar la primera piedra y proclamarse inocente de culpas?

Ya lo decía hace poco: Mientras más ataquen a los débiles, -o enfermos-, más los fortalecen, allí precisamente donde ambos protagonistas pierden la perspectiva de lo realmente medular, y por cierto, nunca enfrentado en nuestro querido país.

El turno del presidente.

Si me he dado cuenta de algo, es que no puedo mantener el ritmo con el que los políticos en Venezuela, -sean de un bando u otro-, hacen declaraciones que se pierden en el vertedero de la inutilidad. Hace poco fue el presidente; luego Cilia Flores y el respectivo y aburrido combo de la asamblea, asombrados con la propuesta de una tarjeta unitaria de oposición; un instante después, fue Ledezma, para pasar inmediatamente por Capriles y así,…hasta el infinito.

Recientemente el ciudadano presidente hacia unas declaraciones, y hoy es “su turno al bate para recibir su respectivo ponche”; he aquí sus palabras plasmadas en el artículo de AVN, con los respectivos numerales que inserto, para intercalar apropiadamente mis observaciones:

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Cuando la oposición gobernaba “votaban los muertos… ahora que hay un sistema transparente, atacan”

El presidente Hugo Chávez se refirió este viernes a las críticas ofrecidas por diputados opositores sobre el contrato con una empresa cubana para la realización de cédulas electrónicas. Chávez consideró que esto se debe al “miedo” de los adversos al gobierno y que indica que cantarán fraude en las próximas elecciones.

“Cuando ellos aquí gobernaban, votaban los muertos, había personas con 20 cédulas. AD y Copei tenía máquinas de hacer cédulas… ahora que tienen un sistema transparente, atacan (1). ¿Por qué atacan? Por miedo porque saben que van rumbo a otra gran derrota y están listos para cantar fraude y decir: ‘ganamos y el tirano no quiere entregar’; y así buscar violencia y luego Estados Unidos, y sus chantajes… ese es el escenario que ellos están preparando”, sentenció el Mandatario nacional.

Chávez insistió en que es el “miedo” lo que impulsa a los opositores a preparar un escenario distinto al democrático para las elecciones de 2012. (2).

Expresó que el sector oposicionista “ahora dice que Fidel Castro es el que maneja las cédulas de los venezolanos y que allá (en Cuba) se están haciendo cédulas. (3). Que ya estamos haciendo el fraude”.

Destacó que en Venezuela ya existe un sistema electoral transparente que se está perfeccionando. (4) “Ya vendrán (los de la oposición) contra las máquinas, arremeterán contra el Consejo Nacional Electoral (CNE) y los captahuellas”, apuntó.

“Ya eso indicia el miedo que tienen a la derrota que les vamos a dar y los planes macabros que están elaborando”, acotó.

Con información de AVN

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Considero que no pocas de sus afirmaciones son correctas, pero él sabe que son finalmente verdades a medias, donde no se dice de donde vino eso, ni mucho menos, hasta donde llegó, pues ello implicaría dejar al desnudo, debilidades vigentes y propias, producto de una apuesta que se centro en la visión de muy pocos.

Por eso anteriormente les decía que al ver el pasado y el presente juntos, lado a lado, podemos contemplar cosas que no resultan gratas ni mucho menos convenientes para algunos políticos, empresarios y gentes cercanas al poder:

(1).- Bien dice el presidente que ya no votan en cada elección “tantos” muertos como antes, (Si no contamos los miles de “centenarios” que seguro están “vivos” según el CNE, dado que seguramente son descendencia “directa” de algún Matusalén venezolano…), pero: ¿Donde situamos a los miles de extranjeros cedulados de manera irregular como venezolanos y que pueden votar?

Por esto puedo afirmar que el sistema electoral venezolano dista mucho de ser transparente y confiable. Quizás incluso como lo menciona, no existan personas con 20 cedulas (aunque seguro que si muchísimas con dos), y ciertamente los adecos y copeyanos no tienen, -que yo sepa-, maquinas de cedulación, pero, ¿Les hacen falta estas cuando existen vehículos oficiales “como arroz” en las calles, con esas maquinas, dando cedulas, casi como si de condones gratuitos se tratara?

Ya no hay afortunadamente la tristemente célebre “acta mata voto” de antes, donde el partido predominante manejaba a los representantes de las mesas de votación y cambiaban los resultados finales de la mesa, a sabiendas de que no se contrastarían los votos con las boletas utilizadas, pero: ¿No hay acaso el “software mata voto” del siglo XXI?; antes como decíamos, se botaban las papeletas de votación terminado el proceso, garantizando el fraude que se quisiera hacer; ahora se guardan los papelitos con esa débil impresión térmica que dan las maquinas para un posible “muestreo” posterior que define el mismo sistema electoral. ¿No es eso pagarse y darse el vuelto?; ¿Cómo se puede tener certeza así de que lo escrutado es lo que finalmente se transmite y contabiliza en la última maquina escrutadora, en el “bunker” del CNE?; ¿Acaso no es ridículamente fácil asignarle los votos de la variable “A” a la variable “B”, si esta ultima va perdiendo?. Respetuosamente le digo, que estamos muy lejos de un registro electoral transparente, y por ello hay que hacerlo desde cero. No es cuestión de dinero, sino de conveniencia política, para tener esta iniciativa pudriéndose en el cuarto de las miserias venezolanas.

No hay pretexto valido para justificar semejante parapeto fungiendo como registro de las personas supuestamente capacitadas constitucionalmente para votar, donde siguen vivos muchos ya muertos, donde se matan muchos aun vivos, donde se vive en direcciones irreales y donde millones de extranjeros tienen de facto, poder de decisión presidencial.

(No me llamen ultranacionalista o xenófobo, pues sería un error: Vayan a ver si el excelentísimo gobierno colombiano, permitiría imprudentemente el registro de identificación electoral y la votación, a 2, 3, o 4 millones de ciudadanos venezolanos que hubieses llegado de manera irregular a su territorio). No se trata de execrar a quienes no fueron debidamente recibidos en nuestro suelo; se trata de admitir una serie de errores e implantar soluciones integradas y cónsonas con nuestra constitución.

Se lo dije hace tiempo, Sr. presidente: No se puede, enarbolando banderas de integracionismo y panamericanismo, ultrajar la ya de por sí maltrecha soberanía e identidad de esta nación. Eso se ha hecho, -y de manera imperdonable en mi opinión-, sin que medie en ello el más mínimo sentido de prudencia, planificación y autocritica. Insisto: Una cosa es integrar a todo hombre mujer y niño que desee ser ciudadano de nuestra república, siguiendo los pasos constitucionales establecidos para ello, con una inducción y educación sobre lo que es ser venezolano que no deje lugar a dudas sobre su futuro accionar en nuestro territorio, y otra es resolver el problema de la increíble cantidad de población proporcionalmente no legalizada ni controlada que ha llegado, de la manera tan soez en que se ha hecho, y cuyo colmo es ver cómo se erige en molde despreciable de proceder, que ahora copian otras autoridades, como por ejemplo, el ministerio de asuntos penitenciarios para pretender acabar con el desastre que tenemos -y secundamos con nuestra laxa actitud-, como sistema de justicia y de cárceles en Venezuela: ¿Mucha gente en los penales?; respuesta gubernamental: ¡Libérenlos y sobrará espacio!

(2).- Decir que la oposición tiene miedo, sin duda que es cierto como un hecho puntual, pero que resulta falso como razón para afirmar que solo la oposición planifica fuera de la constitución cada vez que le convenga hacerlo. Si analizamos la historia en otros países, nos damos cuenta que ante la parálisis del gobierno para dar respuestas democráticas a problemas y situaciones sumamente difíciles, a la gente no le queda otra opción que revelarse y proceder fuera de la ley, aunque debe resaltarse que el artículo 350 de la constitución venezolana, ofrece esa posibilidad. Así pues, el que un gobierno diga “A”, mientras se burla y descalifica sistemáticamente a “B”, no quiere decir de por sí, que “B” no sea lo correcto en realidad. Es tema delicado, porque el extremismo reinante en Venezuela, (Como el que podemos ver también en EEUU), me calificaría por estas afirmaciones, como traidor a la patria, cuando los traidores son otros.

Cosas siempre vistas en los que tienen poder, cuando se enfrentan a los que tienen la razón.

(3).- En realidad, no importa si la licitación para hacer las nuevas cedulas de identidad la ganan y administran los cubanos o los marcianos, (asumiendo que no sean ninguno de ellos inútiles intermediarios, cosa que si sería grave por el probable despilfarro de parte de los recursos asignados a tal proceso), porque el caso es que se requiere, contra toda duda: I.- Que haya una licitación clara y verificable; II.- Que se maneje todo el proceso informático de identificación desde aquí, sin posibilidad de alteración foránea; III.- Que primero se purifique el registro de identificación nacional y se redefina estratégicamente a los extranjeros como tales, si no han pasado por un proceso formal y constitucional de naturalización, y luego de depurado el actual y corrompido sistema, se contraste con el nuevo y definitivo sistema. En realidad, constitucionalmente son muy pocas las cosas que diferencian a un extranjero viviendo entre nosotros, de un nacional, en términos de derechos y deberes. Todo lo demás argumentado para marcar abismos entre unos y otros, son simples artimañas que buscan victimizar injustamente a esos unos, y satanizar a esos otros.

(4).- Lo vuelvo a decir: El sistema electoral venezolano no es transparente, pese a lo que pueda argumentar a favor de esa idea, el presidente de la republica, y claro, todos lo que detentan cargos de importancia en el CNE, y que hasta el sol de hoy, no le han puesto el cascabel al gato.

Sofisticado y complejo sí es, pero no transparente. Su raíz está podrida (el registro electoral permanente), y por ello no dudo en afirmar que todo el árbol está condenado a morir, no sin antes ofrecer frutos descompuestos y sombras escasas.

Rehacer el sistema de registro electoral es definitivamente, menos difícil que instaurar un nuevo sistema de cedulación como el que se pretende actualmente, si a comparaciones vamos. Quizás no sea tan “interesante” desde el punto de vista de corrupción, (por la menor cantidad de contratos jugosos que firmar y manipular), pero definitivamente es más fácil, y de consecuencias muchísimo más solidas y duraderas en el tiempo republicano.

Si somos capaces al día de hoy de no dudarlo y con ello nos lanzamos de cabeza a hacer un censo durante más de un mes, (dando chance de que delincuentes disfrazados de empadronadores, atraquen a más de una familia desprevenida), e igualmente nos tiramos de cabeza a hacer registros de familias sin vivienda, con disposición de recursos sin medida, cuesta creer que no nos lanzamos a hacer un decente y limpio registro electoral.

Así de simple. Sin pretextos válidos de parte de los entes gubernamentales. Sin pretextos válidos para nosotros que no hacemos nada por corregir esto.

“Ya eso indicia el miedo que tienen a la derrota que les vamos a dar y los planes macabros que están elaborando”, acotó el presidente.

Si no tuviera más de 10 años diciendo lo mismo el presidente, quizás le creería, pero ya resulta cuando menos, imposible dejar de hacer una mueca al escucharlo. Como aquel cuento del chico que decía que allí venia el lobo por solo divertirse a costillas de los pueblerinos, así el presidente ha perdido credibilidad, con el retorcido resultado que en realidad, a los pueblerinos no les interesa si los lobos están allí o no, si se reprodujeron o se metieron a intermediarios en el negocio de la carne de oveja; la gente ya lo que hace es centrarse en lo que dice aquel pastor que perdió la perspectiva que su mundo ovejero le exigía. Cosa por el estilo.

Por eso es difícil no preguntarse como un gobierno que se supone, lo controla todo, que tiene a la fuerza armada en la mano, y en la otro al poder judicial, con un pie sobre la asamblea nacional y el otro sobre la fiscalía de la republica, cómo es posible entonces que una antes de tiempo anciana MUD de oposición, puede ser tan peligrosa como él dice. Ahora mandar a investigarla, comenzar la persecución, solo logra en las masas la sensación de que son perseguidos injustamente, y como a el se le asigno la protección que el débil (por enfermo) es apoyado, puede justamente lograr ese fenómeno para la ahora tentativamente (pero sin duda circunstancialmente) unida oposición. ¿Qué sentido tiene atacarla?; Si lo que da votos es el trabajo efectivo para la sociedad, ¿Por qué atacar al “enemigo” que se dice siempre es débil, disperso y sin proyecto nacional?; ¿Será que el tal enemigo débil y apátrida puede en realidad darle una revolcada a la revolución?; Si es así, ¿Qué es lo que está fallando entonces en el presente gobierno?

En definitiva, veo que existen muchas personas que están más allá de los extremos políticos nacionales vigentes, -quizás hasta con más revolución y republicanismo por dentro que muchos de los que se confiesan soldados de la causa-, que no pueden llegan a los centros de poder para entregar sus visiones y sugerencias estratégicas, por falta de esos canales de contacto reales y soberanos con los ejes de poder, (desde los derechos individuales y comunales, hasta Miraflores, y los demás poderes establecidos), y por lo que las oportunidades siguen yéndose entre los dedos de nuestras manos, como arenas que nunca fueron usadas para algo constructivo.

Podría concluir esta reflexión diciendo que el presidente tiene la última palabra, pero sería desacertado; el no puede ser el tipo al que suplicarle, el tipo a quien jalarle para estar con el poder, o el tipo al que temerle. No debe ser él quien tenga esa última palabra, pues solo debe ser el ejecutor de la constitución. Deben ser ustedes lo que hablen, en tiempos de cabezas frías, apelando a nuestra alma escrita, y no a las improvisaciones de uno u otro bando donde muchos solo buscan enroscarse en contratos e influencias. Debemos ser todos contra eso. No hay opción.

¿Por qué creen que bolívar murió solo?

Por ser político y mentiroso no fue…