Un mes y poco más, ha pasado desde la última entrada a
este blog; algo de vacaciones, aprovechando esta treintena de días que aún esperando
pacientemente, no logran parir una noticia que considerar verdaderamente relevante;
ese hecho destacable que en definitiva, no fuera predecible y por ello, digno
de ser mencionado a los efectos de un hipotético cambio en las conductas y políticas
establecidas en las últimas décadas en Venezuela o incluso, en algunas partes del
mundo.
Algunos hechos puntuales parecieran querer resaltar por
sí mismos, pero finalmente solo lo hacen en los contextos de sus propias obras
teatrales, como si de un gran festival de artes sobre tablas se tratase; quizás
por eso se presentan ante nosotros, cosas disimiles entre si, como:
I. La reciente y rocambolesca muerte del presidente
libio, de la misma manera injusta y cruel en que el habrá matado a incontables en
su nación;
II.- La anunciada recuperación, -rápida y completa, como si nada-, del presidente venezolano, tras el cáncer que
lo aquejó, y ahora repotenciado en una especie de “Chávez 2.0”, para quizás seguir, a pesar de todo, el mismo programa político “1.0”, de los últimos 12
años de revolución.
III.- El extraño “capitalismo
popular”, de la precandidata a candidata presidencial, María C. Machado, que con todo y sus extensos
esfuerzos por explicarlo, no deja de ser un populismo que no marca diferencias ni
ofrece garantías con los modelos pasados ya agotados, en los términos de sus
concepción hacia lo republicano y nacional.
IV. El “berrinche” político (por inconforme y teatral),
de otro precandidato a la presidencia, el Sr. Leopoldo López, ante la de paso, totalmente predecible reacción
del gobierno venezolano, de no habilitarlo para cargos de elección popular,
alegando (sin que, de parte y parte, se pruebe o refute tal asunto), actos de
corrupción administrativa, con lo cual, el personaje en sí mismo, deja mucho
para la especulación y la suspicacia.
El hecho permanentemente irreductible sigue siendo
nuestra incapacidad nacional para aceptar las fallas y las virtudes que a
través de todo gobierno, se ha sembrado en nuestra republica. Esa limitación
que pareciera visceral, no hace más que frenarnos, como ya lo hemos comentado.
La inercia; ese fenómeno de la física tan estudiado y
predecible en el mundo mas allá de las interacciones cuánticas del micromundo,
es también el que nos mantiene desplazándonos sin misericordia hacia un enorme
objeto inmóvil delante y en nuestra trayectoria, con el cual parece que
irremediablemente vamos a colisionar.
Con Chávez o sin Chávez, con oposición o sin ella,
Venezuela no contempla evitar la colisión, porque ni siquiera esta consciente
de semejante destino. Insisto en esto.
Ante ese posible panorama, que mas que destructivo es educativo, detengámonos en los próximos
días, en el análisis del por qué de la campaña presidencial que abiertamente y
sin rubor, -ante las leyes y principios violados-, ha comenzado fuera de cualquier fecha pautada,
y el por qué existiendo tantos excelentes planes y propuestas de gobierno, (como
igual ha ocurrido en otras elecciones), Venezuela no ha tenido éxito en
planificar y concretar un desarrollo coherente y justo socialmente.
Aguardaremos mientras, la aparición de alguna noticia o
hecho verdaderamente resaltante, oxigenante y esperanzador, y digo esto porque
sería la seña ante los nuevos tiempos de verdadera revolución que estarían llegando.
Díganme que tanto esperan ustedes por alguien presidenciable
que nos saque de este atolladero, y les diré que tanto se tardará en llegar
esta seña de progreso en realidad. Decidan.
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