Hablábamos últimamente de cosas externas a nuestra nación; comentábamos como las naciones que nos rodean luchan por emerger en sus propias dinámicas y realidades.
Sin embargo, no debemos alejarnos, -una vez más-, de lo básico: nuestras propias miserias, pendientes de ser reconocidas, para asimilarlas y dignarnos de esa manera, a buscarles solución. No nos gusta hacerlo; más de uno afirmará sin rubor que debemos dedicarnos primero a lo positivo, y hasta quizás a lo épico, por el bien inestimable del universo, y bla, bla, bla…
Una fuerte dosis de realismo necesitamos administrarnos; recuerden que quien sufre de una adicción, no puede jamás cambiarla sin reconocer primero su propia debilidad, y lo más importante: su valor irrenunciable como humano, superior a cualquier limitación temporal personal, o…nacional.
Traigan soluciones para estos problemas, como colectivo venezolano, y yo les mostraré una nación que se ha autodescubierto:
0.- El miedo a reconocer a Dios como nuestra máxima inspiración.
1.- El descalabro de la familia como unidad fundamental del bienestar del individuo y del colectivo.
2.- El descontrolado índice de embarazos en menores de edad, producto de lo anterior, y el alto índice de natalidad en los sectores más carentes de recursos y amor.
3.- La sensación de injusticia, sobre los cuatro aspectos básico del ser humano: Educación, Seguridad, Bienestar social y Trabajo
4.- Las cárceles en todo el país, y el submundo pérfido y destructor al que se somete a todo aquel que caiga en ellas.
5.- La pérdida progresiva de cualquier cosa parecida a la honestidad, al respeto y a la dignidad de los otros y de nosotros mismos.
6.- La impunidad, en cualquier aspecto social que se quiera ver; la distorsión absoluta de los conceptos de “derechos y deberes”. La corrupción como hecho cotidiano y normal, capaz de crear estatus social y político y ser aceptado.
7.- El mesianismo; el patriarquismo y todos los demás “ridiculismos” que nos hacen esperar que algún venezolano en particular, traiga la paz y la prosperidad para todos, mediante un gobierno mágico, sin que sea necesaria la participación y el esfuerzo de todos.
8.- La tolerancia de todos a la creación, mantenimiento y extensión de los cordones de miseria dentro y alrededor de las ciudades del país, donde nacen y crecen miles de venezolanos, y donde otros tantos miles de extranjeros e indocumentados, terminan de perder la esperanza con la que llegaron a estas tierras.
9.- La no enseñanza del alma escrita de la nación (la constitución), desde la primaria, que enseñe con claridad a nuestros hijos, lo que significa ser venezolanos.
10.-El despilfarro sin limite de nuestros recursos económicos.
11.- La total falta de visión y estrategia nacional.
¿Exageraciones?; bueno, podríamos decir que todos tienen derecho a vivir en los sueños que tejan para si, pero ello no disimulará estas verdades sencillas, y aún así brutales; sólo les digo en lo que yo utilizaría una cadena nacional, en lo que le diría a los venezolanos y extranjeros que viven en este país. No les diría lo que quieren oír; les diría lo que no quieren enfrentar…
Por eso es que ningún político debe tener la posibilidad de reelección: eso le impide decir todas las verdades y crudezas que deberíamos enfrentar, si es que están concientes de ellas, lo cual dudo mucho, porque si lo hacen, saben que nadie los reelegiría. ¿Por que creen que las medidas impopulares se dejan siempre para después de las elecciones o cuando estas están aun lejos?
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