(Como respuesta a la “impunidad
presidencial” en Venezuela).
No voy a hablar de otros
países y sus regímenes presidencialistas, pero si lo voy a hacer, -con todo el
derecho que nos apoya como ciudadanos-, de lo que ocurre en esta nación llamada
a hacer tanto, y dispuesta a hacer tan poco hasta hoy.
Creo que el titulo de
esta entrada lo dice todo; en nuestro país, que ser presidente parece venir junto
con un “combo” de facultades y prebendas que no están escritas en la
constitución, y que no por ello dejan de ser usadas, pese a lo cual, -para
pesar nuestro-, Nicolás Maduro no ha podido hacer nada que contrapese la
balanza donde todo lo errático de su gobierno, nos pasa factura
inmisericordemente.
Nicolás, ese mismo que
sin problema alguno hace cadenas y cuenta chistes como si viviéramos en el país
de las maravillas, en medio de ofrecimiento de nuevas misiones fronterizas, y
de mal disimulados censos de ciudadanos colombianos bajo el anodino pretexto de
hacer un “frente bolivariano de colombianos en pro de la paz…”, mientras
reconoce entre malos comentarios y alocuciones vacuas, que estamos en Venezuela
rodeados donde vivamos de ciudadanos venidos desde Colombia, que sabemos todos,
no han sido orientados ni aleccionados sobre nuestra idiosincrasia y
constitucionalidad, me ha dado sin pretenderlo, la inspiración para proponer
nosotros, el pueblo, una nueva misión, que sin duda deberá llamarse
“MISIÓN NUEVO
PRESIDENTE”.
Esta importantísima
misión, será la primera de un “eje misionero” que deberemos establecer,
y al que nadie (a menos que sea corrupto), se negaría. Me tomo humildemente la
libertad de proponer sus respectivos nombres:
Misión nuevo Presidente: A grandes rasgos,
deberá: Mediante el referéndum revocatorio en el
primer semestre del próximo año, despojar del mandato presidencial a Nicolás
Maduro, llamando a elecciones inmediatas, sin opción de que culmine ese mandato
otro funcionario del mismo gobierno de turno.
Inmediatamente a esta importante misión, se activarán de manera estratégica las cuatro Grandes Misiones nacionales:
- Gran Misión Justa República: Buscará impartir JUSTICIA a todo nivel, teniendo como metas, la descongestión carcelaria, la identificación, captura y procesamiento de todo alto funcionario o tercero involucrado en corrupción y apropiación indebida de fondos públicos, al tiempo que monitorea el cumplimiento de la constitución y las leyes en todo ámbito posible dentro de nuestras fronteras.
- Gran Misión identidad: Mediante esta misión se reformará, renovará y depurará el sistema de identificación en Venezuela, (partidas de nacimiento, cédulas de identidad y pasaporte), buscando con ello darle el estatus justo a los inmigrantes, al tiempo que se elimina todo fraude, mediante la incorporación de mecanismos públicos de control y monitoreo/certificación.
- Gran misión Juan Pablo Pérez Alfonzo: En homenaje a este insigne venezolano, fundador de la OPEP, la misión rectora de la política económica venezolana, seguiría su visión, procurando el consenso nacional para plantear la estrategia que definirá cada paso dado en la reconstrucción justa y social de la economía, procurando y obteniendo equilibrio fiscal, balances positivos, y paz económica de la población, con oportunidades reales y planificadas de empleo y preparación.
- Gran Misión Gobierno eficiente: Supondrá un proyecto igualmente de un quinquenio, cuya finalidad será refundar las instituciones, reajustar y reducir el tamaño del aparato de gobierno, y hacer del gobierno electrónico, -y monitoreado por medios electrónicos-, una realidad práctica y auditable en tiempo real.
…Y para evitar el error
de todas las misiones, este gran eje
misionero si tendrá una duración máxima: 5 años.
La idea de ello es no
eternizar lo que de por si está llamado a enmendar lo que una vez vueltas las
aguas a su cauce, será retomado y administrado por los ya mencionados
institutos y ministerios a los que correspondan.
Aunque sé que los
políticos populistas, (y los ciudadanos que consideran que pueden
aprovecharse o beneficiarse de esto, sin medir consecuencia como hasta el
presente vemos), exclamarán un gran grito al cielo al tiempo que se rasgan
las vestiduras en clara señal de rechazo y escándalo, debemos considerar de una
vez por todas, que iniciado el proceso de aplicación de estas misiones y
grandes misiones propuestas, el resto de las que hasta ahora existen, -por
cierto-, deben ser igualmente recanalizadas hacia los entes, institutos y ministerios
que regularmente se encargan de estas cosas, como un paso fundamental hacia el
desmontaje de este doble aparato burocrático del estado.
No podemos seguir con
este paralelismo-proselitista-demagógico repartidor de dinero sin ton ni son en
el que se han convertido estas casi 40 existentes, solo porque encontraron que
estas misiones daban más dividendo político que el simple actuar y trabajar
en pro de la justicia social desde los respectivos instrumentos que la
constitución y las leyes han previsto: Ministerios, institutos, entre otros.
Hay que desmontar el
aparataje burocrático, mas no los beneficios reales que si pudieran existir (insisto,
no los ilusorios; es decir, aquellos que se hubiesen obtenido igualmente, solo si el instituto, tal o el ministerio tal,
hubieran hecho su trabajo).
Pero todo tiene un
principio: La Misión Nuevo Presidente.
Nada cambiará en este ya
aparentemente eterno flotar en la inutilidad que ha logrado maximizar Nicolás
Maduro, hasta tanto él y sus funcionarios de partido y gobierno, sea
destituidos y sustituidos por personas que independientemente de la tolda
política, tengan a la constitución, -y la población que la creó-, como únicos
rectores de sus actos.
El y su grupo de
funcionarios y personeros influyentes del “alto gobierno” deben responder por
cada día que pasa en este país sin que nada cambie, a menos que sea para
empeorar. Si se les consiguiera pruebas para sus enjuiciamientos, sus condenas
sumadas deberían ser igual al número de horas que cada mujer y hombre honesto
en este país, han perdido en una cola para comprar alimentos durante su
mandato. Es lo justo para reconstituir la confianza de la gente en la república.
¿Qué estoy exagerando?;
bueno, es muy fácil validarlo: Llamemos a un referéndum consultivo y evaluemos
que quiere la gente como castigo para el conjunto de los corruptos y verdaderos
apátridas que han canibalizando la república.
Más allá de todo
sentimiento revanchista, está la idea grande de lograr el consenso nacional,
solo mediante el cual podremos equilibrar nuestras acciones, y sin mirar hacia
el pasado únicamente con sed de señalar y descalificar, nos dediquemos a
contemplar el futuro que podemos construir en el presente para nuestros hijos y
los hijos de estos, limitándonos a ejercitar la justicia en aquellos que la
infringen.
Los invito a considerar
seriamente este planteamiento en torno al gran eje misionero, que comenzará con
la salida democrática de Maduro, y terminará con una enorme esperanza y fe en
el futuro, sembrada en cada corazón que palpite en esta tierra hermosa.
De nosotros depende; en
nosotros está la capacidad de generar un cambio republicano, lejos de los
deseos ocultos de quienes ambicionan figurar y apoderarse de la “dote
presidencial”.
Eje misionero: Una
propuesta sencilla y comprensible por todos, para el comienzo del cambio
consensuado.
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