sábado, 12 de septiembre de 2015

Jorge Rodríguez se equivoca una vez más.

Muy cierto resulta nuevamente el refrán que dice:
“El pez muere por la boca”.

El ex rector principal del CNE, -devenido en alcalde centralista-, muestra una vez más sus costuras al afirmar lo siguiente:

ND / Tatiana Ferrin / 12 sep 2015.- El alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, ofreció un balance de la última jornada del Puesto de Comando Presidencial. Desde Miraflores, insistió en que el presidente Nicolás Maduro busca crear “una nueva frontera de paz”.

Más a delante suelta su perla:

“Las venezolanas y los venezolanos tenemos derecho a decidir sobre Venezuela lo que nos da la gana”.

(Declaración discriminatoria: No toma en consideración a los cerca de 6 millones de colombianos que viven acá y que posiblemente cuentan con cedula de nacional o naturalizado, y por tanto, con derecho a voto; por ello lo correcto era decir: “Las venezolanas, los venezolanos, las colombianas y los colombianos tenemos derecho a decidir sobre Venezuela lo que nos da la gana”

(Rodriguez: Te tiene que gustar esta expresión, porque ustedes son los correspondables de esta situación). 

De todas maneras, en esta última parte de su declaración, igual él se equivoca, y lo sabe, pues mientras nuestra constitución respete e incorpore aspectos como la declaración universal de los derechos humanos (ONU), y haga suya las resoluciones de los acuerdos internacionales firmados por la republica, en expreso acuerdo a lo que como pueblo soberano hemos aceptado, sencillamente esa expresión de J. Rodriguez no pasa de ser meramente un "escupitajo" lanzado inútilmente al aire sobre su propia cabeza. Esto porque la sinderesis se guarda precisamente cuando los pueblos se gobiernan por sus leyes redactadas en la calma de la sensatez, y no en el calor de la estupidez. Obvio es que él lo haga con premeditación buscando el beneficio político que da entre sus seguidores, con el proselitismo que lo caracteriza, aunque no por ello deja de ser acto inútil cuando termina por ser declaración pública y notoria.

Todo esto por cierto, me da pie para aprovechar la ocasión para preguntar:

¿Por qué la hermana de este alcalde es canciller (y viceversa)?;

¿No es acaso eso abuso de influencias y un golpe a lo moral y ético?

¿Por qué estos parientes (los hermanos Rodriguez, al igual que muchos otros "hermanos", esposos", "primos", "cuñados" y demás lazos familiares, -naturales o inducidos-), cercenan la oportunidad de que hombres y mujeres, valiosos en el PSUV y en otros partidos aliados, puedan ejercer esos cargos con muchisima mayor efictividad etica y social?

¿Por qué para los que manejan el poder, siempre termina siendo la administración de la constitución y de las leyes una cosa más elástica (y conveniente), que liga de Bungee?


En definitiva, siguen las declaraciones desafortunadas de los altos jerarcas del gobierno de Nicolás Maduro. Esta vez fue el turno de J. Rodríguez; mañana seguramente será el turno de su hermana, y luego de los demás, alternados quizás con algunos personajes del oposicionismo rancio que completa la nefasta dupla politica en Venezuela. Así las cosas, el envejecido carrusel de esta feria barata hecha gobierno dizque revolucionario, sigue girando mientras sus destartalados mecanismos llegan al final de su vida útil.

Alrededor de todo esto, una MUD que no logra disimular su apetencia por el poder con supuestos fines "nobles", se frota la manos al ver que su nemesis (el chavismo), se hace polvo.

Es claro que no solo Jorge Rodríguez, se está equivocando.

Como dirían por ahí: "El carro esta encunetado al borde de la montaña, y estos locos lo empujan hacia el precipicio".

Las “jetadas” de Maduro.

Nicolás Maduro da otra “puntada” sobre la fea investidura presidencial que se ha elaborado; sin darse cuenta aparentemente, su ropaje de Miraflores se vuelve “mortaja” para su periodo presidencial en vías de finalización. (Dios guarde su integridad física y salud en todo momento; debe vivir y afrontar las consecuencias de tantas malas decisiones; no puede seguir el camino de Chávez; sería demasiada ironía para un solo país perder a tantos responsables de lo que nos ocurre).
Sin ir más lejos en esto, trascribo lo leído en el portal “Noticia Al Día”:
ND / Yalezsa Zavala / 11 sep 2015.- El presidente Nicolás Maduro rechazó este viernes las declaraciones del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y aseguró que el Gobierno estadounidense tiene que “aprender a respetar al pueblo venezolano”.
“En todos esos escenarios la diplomacia estadounidense imperial se emplea a fondo para mentir y mentir sobre Venezuela. Nosotros tenemos que andar en todos los espacios enfrentando la diplomacia imperial. Hoy la compañera Delcy Rodríguez le dio bien duro por la jeta a John Kerry que se puso a sacar unos comunicados. Así no”.

Todos estamos de acuerdo en que ningún país (decida o no llamarlo “imperial”, al estilo de Jorge Lucas y su “Star Wars” en cualquiera de sus trilogías), por aquello de la autodeterminación de los pueblos, tiene derecho a decirle a otro como hacer las cosas, más allá de lo que por convención, -a través de los acuerdos internacionales-, que han sido incorporados a la propia constitución de Venezuela, nos indique respetar y practicar. Sin embargo, de eso, a decir mientras se está investido como presidente, -y en cadena nacional-, que un funcionario le dio en la “jeta” a otro (en este caso el estadounidense John Kerry) por lo que dijo, es demostrar que tan vacuo puede ser el sentir y el pensamiento de quien es capaz de llegar a sentarse en Miraflores.
Nunca debemos aceptar que el tener la razón o el suponerla tenerla, justifica el decir algo acompañado de un lenguaje agresivo o soez.
Así de simple: El hecho de que se “encabronara” en Panamá a principios de año, no le da derecho para hablar ahora de “jetazos”.

Hay que reconocer que nuestra constitución adolece de herramientas en “tiempo real” para controlar con mayor efectividad a los que son elegidos o elegidas por voto popular. Amarra al soberano a la obligación de “calarse” a un mal funcionario elegido, hasta que éste llegue a la mitad de su periodo, sin mencionar que con la enmienda forzada (legal y moralmente), introducida por Chávez en su momento para su propio beneficio, estos funcionarios pueden desde entonces abusar de los poderes dados en medio de un Estado incapaz de regularse a sí mismo.

Una profunda reflexión social es necesaria para evaluar la manera en que el lenguaje, -por no mencionar aspectos como la conducta general, los gestos, la ética y la disciplina-, debe ser llevado por el que sea presidente; quizás más importante resultara a la larga el reflexionar sobre la idoneidad misma de mantener un sistema presidencialista como el actual.

Nicolás Maduro no puede usar bajo circunstancia alguna, lenguajes inapropiados para las audiencias; en particular aquel que resulta dañino para los niños, que ven en ello un “modelo” a seguir (aunque solo un niño por cierto, pudiera asumir algo de Maduro como un “modelo” que puede seguirse); un presidente debe ser ejemplo y referencia de moderada pasión, ajustada sindéresis al hablar, apegada a la honestidad y a la sinceridad que su cargo exige, al tiempo que expresa prudencia y coherencia.

En definitiva, esto ha sido una puntada más en esos arrapos que el presidente adjudicado por el CNE, usa como manto para cubrir una realidad aplastante, que finalmente lo hará volar por los aires, solo para quedar envuelto por la mortaja del tiempo perdido y de las oportunidades perdidas al más puro estilo del que fue directo responsable de su candidatura presidencial.
Queda tiempo para conseguir a aquel o aquella capaz de sembrar esperanzas y no odio; verdades y no mentiras, en el terreno que siendo Venezuela, poco a poco pareciera perder su fertilidad, al calor y resequedad resultante de un choque de vientos venidos de dos grandes direcciones opuestas y sin sentido.

Maduro: Sin ánimo de ofenderte ni con pretensión de usar este lenguaje en público involuntario, Recuerda que las palabras se devuelven, y te pueden dar duro en la jeta.

jueves, 10 de septiembre de 2015

El referéndum revocatorio para Nicolás Maduro (2): MISIÓN NUEVO PRESIDENTE.

(Como respuesta a la “impunidad presidencial” en Venezuela).
No voy a hablar de otros países y sus regímenes presidencialistas, pero si lo voy a hacer, -con todo el derecho que nos apoya como ciudadanos-, de lo que ocurre en esta nación llamada a hacer tanto, y dispuesta a hacer tan poco hasta hoy.

Creo que el titulo de esta entrada lo dice todo; en nuestro país, que ser presidente parece venir junto con un “combo” de facultades y prebendas que no están escritas en la constitución, y que no por ello dejan de ser usadas, pese a lo cual, -para pesar nuestro-, Nicolás Maduro no ha podido hacer nada que contrapese la balanza donde todo lo errático de su gobierno, nos pasa factura inmisericordemente.
Nicolás, ese mismo que sin problema alguno hace cadenas y cuenta chistes como si viviéramos en el país de las maravillas, en medio de ofrecimiento de nuevas misiones fronterizas, y de mal disimulados censos de ciudadanos colombianos bajo el anodino pretexto de hacer un “frente bolivariano de colombianos en pro de la paz…”, mientras reconoce entre malos comentarios y alocuciones vacuas, que estamos en Venezuela rodeados donde vivamos de ciudadanos venidos desde Colombia, que sabemos todos, no han sido orientados ni aleccionados sobre nuestra idiosincrasia y constitucionalidad, me ha dado sin pretenderlo, la inspiración para proponer nosotros, el pueblo, una nueva misión, que sin duda deberá llamarse

“MISIÓN NUEVO PRESIDENTE”.

Esta importantísima misión, será la primera de un “eje misionero” que deberemos establecer, y al que nadie (a menos que sea corrupto), se negaría. Me tomo humildemente la libertad de proponer sus respectivos nombres:

Misión nuevo Presidente: A grandes rasgos, deberá: Mediante el referéndum revocatorio en el primer semestre del próximo año, despojar del mandato presidencial a Nicolás Maduro, llamando a elecciones inmediatas, sin opción de que culmine ese mandato otro funcionario del mismo gobierno de turno.

Inmediatamente a esta importante misión, se activarán de manera estratégica las cuatro Grandes Misiones nacionales:
  1. Gran Misión Justa República: Buscará impartir JUSTICIA a todo nivel, teniendo como metas, la descongestión carcelaria, la identificación, captura y procesamiento de todo alto funcionario o tercero involucrado en corrupción y apropiación indebida de fondos públicos, al tiempo que monitorea el cumplimiento de la constitución y las leyes en todo ámbito posible dentro de nuestras fronteras.
  2. Gran Misión identidad: Mediante esta misión se reformará, renovará y depurará el sistema de identificación en Venezuela, (partidas de nacimiento, cédulas de identidad y pasaporte), buscando con ello darle el estatus justo a los inmigrantes, al tiempo que se elimina todo fraude, mediante la incorporación de mecanismos públicos de control y monitoreo/certificación.
  3. Gran misión Juan Pablo Pérez Alfonzo: En homenaje a este insigne venezolano, fundador de la OPEP, la misión rectora de la política económica venezolana, seguiría su visión, procurando el consenso nacional para plantear la estrategia que definirá cada paso dado en la reconstrucción justa y social de la economía, procurando y obteniendo equilibrio fiscal, balances positivos, y paz económica de la población, con oportunidades reales y planificadas de empleo y preparación.
  4. Gran Misión Gobierno eficiente: Supondrá un proyecto igualmente de un quinquenio, cuya finalidad será refundar las instituciones, reajustar y reducir el tamaño del aparato de gobierno, y hacer del gobierno electrónico, -y monitoreado por medios electrónicos-, una realidad práctica y auditable en tiempo real.


…Y para evitar el error de todas las misiones, este gran eje misionero si tendrá una duración máxima: 5 años.
La idea de ello es no eternizar lo que de por si está llamado a enmendar lo que una vez vueltas las aguas a su cauce, será retomado y administrado por los ya mencionados institutos y ministerios a los que correspondan.

Aunque sé que los políticos populistas, (y los ciudadanos que consideran que pueden aprovecharse o beneficiarse de esto, sin medir consecuencia como hasta el presente vemos), exclamarán un gran grito al cielo al tiempo que se rasgan las vestiduras en clara señal de rechazo y escándalo, debemos considerar de una vez por todas, que iniciado el proceso de aplicación de estas misiones y grandes misiones propuestas, el resto de las que hasta ahora existen, -por cierto-, deben ser igualmente recanalizadas hacia los entes, institutos y ministerios que regularmente se encargan de estas cosas, como un paso fundamental hacia el desmontaje de este doble aparato burocrático del estado.

No podemos seguir con este paralelismo-proselitista-demagógico repartidor de dinero sin ton ni son en el que se han convertido estas casi 40 existentes, solo porque encontraron que estas misiones daban más dividendo político que el simple actuar y trabajar en pro de la justicia social desde los respectivos instrumentos que la constitución y las leyes han previsto: Ministerios, institutos, entre otros.
Hay que desmontar el aparataje burocrático, mas no los beneficios reales que si pudieran existir (insisto, no los ilusorios; es decir, aquellos que se hubiesen obtenido igualmente, solo si el instituto, tal o el ministerio tal, hubieran hecho su trabajo).
Pero todo tiene un principio: La Misión Nuevo Presidente.
Nada cambiará en este ya aparentemente eterno flotar en la inutilidad que ha logrado maximizar Nicolás Maduro, hasta tanto él y sus funcionarios de partido y gobierno, sea destituidos y sustituidos por personas que independientemente de la tolda política, tengan a la constitución, -y la población que la creó-, como únicos rectores de sus actos.

El y su grupo de funcionarios y personeros influyentes del “alto gobierno” deben responder por cada día que pasa en este país sin que nada cambie, a menos que sea para empeorar. Si se les consiguiera pruebas para sus enjuiciamientos, sus condenas sumadas deberían ser igual al número de horas que cada mujer y hombre honesto en este país, han perdido en una cola para comprar alimentos durante su mandato. Es lo justo para reconstituir la confianza de la gente en la república.
¿Qué estoy exagerando?; bueno, es muy fácil validarlo: Llamemos a un referéndum consultivo y evaluemos que quiere la gente como castigo para el conjunto de los corruptos y verdaderos apátridas que han canibalizando la república.

Más allá de todo sentimiento revanchista, está la idea grande de lograr el consenso nacional, solo mediante el cual podremos equilibrar nuestras acciones, y sin mirar hacia el pasado únicamente con sed de señalar y descalificar, nos dediquemos a contemplar el futuro que podemos construir en el presente para nuestros hijos y los hijos de estos, limitándonos a ejercitar la justicia en aquellos que la infringen.

Los invito a considerar seriamente este planteamiento en torno al gran eje misionero, que comenzará con la salida democrática de Maduro, y terminará con una enorme esperanza y fe en el futuro, sembrada en cada corazón que palpite en esta tierra hermosa.
De nosotros depende; en nosotros está la capacidad de generar un cambio republicano, lejos de los deseos ocultos de quienes ambicionan figurar y apoderarse de la “dote presidencial”.


Eje misionero: Una propuesta sencilla y comprensible por todos, para el comienzo del cambio consensuado.

sábado, 5 de septiembre de 2015

El viacrucis hacia Europa.

Usualmente me prohíbo tocar temas internacionales, por cuanto resultan ser como laberintos donde buscando lo justo, te pierdes con facilidad. Sin embargo, el drama que observo en las costas y caminos hacia Europa, producto de la migración desesperada de miles buscando salir de aquellas tierras donde la explotación pasada de las entonces potencias del mundo, solo ha dejado miseria, muerte, fanatismo y división, me obligan moralmente a decirle al mundo esto:


Yo no dudo que Europa está cosechando lo que sembró durante mucho tiempo en tierras de África y Asia; lo que se ve en las rutas de la miseria, -terriblemente captado en la imagen de un pequeño que consiguió la muerte sin siquiera saber qué es eso-, no deja lugar para ser delicado ni condescendiente con los europeos; nos guste o no, son responsables de millones de muertes, de millones que emigraron y que migran, así como de miles de oportunidades perdidas, al calor de los intereses económicos de naciones siempre al norte del Mediterráneo.

Ese niño no tenia por que morir, como no lo tenían que hacer muchos miles más. Cada miseria humana en África, tiene un perpetrador histórico que estuvo, -o está-, cómodamente sentado en Europa.
Que otras naciones, en otras coordenadas geográficas del globo, estén dispuestas a tomar el “testigo” de esa despreciable carrera, es otro asunto. Hoy, ese niño murió en las costas de un país que se jacta de ser “desarrollado”.

Abogo porque los latinoamericanos, y en particular los venezolanos, nos sinceremos y aceptemos lo que hemos desperdiciado, pero también lo hago con los europeos, porque aun bajo sus pies, esta la sangre desperdiciada en el fragor de las luchas económicas, políticas, y de imperios monárquicos que soñaron y materializaron la miseria en la que ahora como sociedad mundial, vivimos.

Me imagino con dolor y lagrimas a ese pequeño bebé, criatura indefensa y pura, muerto ahora en una playa europea luego de atravesar un mar de miserias, como lo hizo aquel Jesús de Nazaret que teniendo que atravesar la cuidad hogar de sus verdugos, lo hizo solo para terminar crucificado, entregado a la eternidad.

No hay necesidad de toda esta miseria humana. No hay razón. 
Sigue tu camino hacia las estrellas, pequeño hijo. Ya no sufrirás más.

viernes, 4 de septiembre de 2015

La frontera Venezolana y otros signos del fin inútil que se acerca.

 “No hay rio manso que no se vuelva violento, cuando sus agua son represadas en lo que parecieran inmensos e infinitos diques de injusticia e inmoralidad, solo para ser liberadas repentinamente por el colapso de aquello que no puede existir al mismo tiempo que la noción de una republica”.
Las aguas de una sociedad amargada y maltratada, no pueden ser represadas para siempre.

Solo son palabras mías; solo son reflexiones en medio de este flotar en “la nada” nacional que no quiere dejar de ser, que pareciera no quererle dar paso a otra cosa, quizás más productiva, quizás más constructiva; solo “la nada” a cambio de tanto sufrir silencioso y no planificado ni voluntario como si de un sacrificio se tratara, ofrecido al altar de la inutilidad.
No hay manera, pasado los años que han transcurrido en Venezuela desde el golpe de 1992, la llegada al poder de Chávez y su casi institucionalizado “…si lo que necesito para vivir no lo puedo comprar, me lo apropio”; o del arribo de Maduro, para finalmente detenernos en el “…dejar hacer” del torpe oposicionismo nacional que por más de 20 años de inútiles peroratas de brabucón frente al espejo, el considerar ahora al asunto de la frontera, más allá de un vulgar “fronterazo”, al más triste estilo del “Dakazo”, ocurrido previo a las elecciones municipales pasadas en el país.
Es que si observan con no demasiado detenimiento, verán que no hay medida gubernamental que como escupitajo de cara al viento, no se les devuelva y embarre.
No obstante toda esta realidad, y pese a que este cuasi “ataque epiléptico gubernamental de frontera”, sin medida política/económica/social alguna que lo preceda y lo suceda, se ha dado además sin que se detecte, aprenda y enjuicie en el tiempo transcurrido a los cabecillas de todo el aparataje contrabandista de este lado de nuestra frontera, el gran problema, -tan enorme que casi no se le logra diferenciar del entorno que nos rodea-, sigue imperturbable en tanto consiguen las mayorías, explicación suficientemente “racional” en el conjunto de argumentos externos que oposición y gobierno defienden:
Culpa de Colombia (los inmigrantes, el contrabando y el abandono fronterizo);
Culpa del Imperio (la guerra económica),
Culpa de Gran Bretaña (lo del Esequibo),
Culpa de los “bachaqueros” (la escases de alimentos),
Culpa del gobierno (según la oposición), y
Culpa de la oposición (según el gobierno).
En resumen, seguimos ante el enorme “barco” donde la mitad de la gente rema en un sentido, mientras la otra mitad lo hace en la dirección contraria, garantizando así la futilidad de tanto esfuerzo que no lleva finalmente a ninguna parte.

Mientras todo esto ocurre como prueba de nuestra incapacidad para realizar una introspección colectiva, nos negamos a darnos en los dientes con la piedra de la verdad:
Los inmigrantes los dejamos entrar nosotros;
La inflación y toda política económica, la ha manejado el mismo gobierno desde hace 17 años;
La frontera no han podido/sabido defenderla los militares, debido a la intromisión de la política por encima de los mandatos que la constitución expresa.
Los bachaqueros existen, porque no hay ley, orden, economía estable y precios razonables defendidos por políticas realistas;
Gran Bretaña y el Imperio hacen lo que pueden para defender sus intereses, mientras nosotros (gobierno, oposición y todos los demás), no hacen nada por defender desde hace décadas, lo nuestro.

Esta queridos compatriotas, es la verdad:
TODAS NUESTRAS DESGRACIAS COMIENZAN Y TERMINAN EN NOSOTROS MISMOS.
TODA NUESTRA ESPERANZA, PASA POR LO QUE PENSEMOS Y DECIDAMOS HACER.

Aunque Colombia tenga gran responsabilidad en como ha hecho las cosas para que millones de sus ciudadanos no lo piensen mucho y se vayan de su país y busquen algo mejor o menos complicado de alcanzar en otra nación, no es excusa para que nosotros aquí le demos cobijo sin exigir nada a cambio a tanta gente; aunque la pregunta suene xenófoba –que no lo es, pues la autodeterminación de los pueblos es un derecho universal, que no tiene por qué violentar el derecho a la acogida de refugiados-, hay que hacerla: ¿Si hubiéramos mantenido control de nuestras fronteras desde hace muchos años, y 5 millones de personas menos vivieran en el país, como estaríamos?

Desde la firma del protocolo de Puerto España, -ese que congeló virtualmente el reclamo sobre el Esequibo-, hubiera sido aprovechado el tiempo para construir un sólido caso de reclamo territorial, con incorporación real de la tierra y la población a un plan de desarrollo, ¿No podríamos estar ahora ante una situación similar a la de Crimea, ahora anexada por autodeterminación de su pueblo, a Rusia?

La conveniencia es madre de los peores pecados, y amamantadora de las mayores mentiras.

El fuerte, intimo e innegable compromiso de las FANB, con el actual y dañino “statu quo” dominante en la sociedad venezolana y en todas nuestras fronteras, es ejemplo de lo que es y no tenía necesidad de existir. Ahora todo pareciera ser inexplicable, como si la respuesta a la pregunta de por qué llegamos a este estado de las cosas, sobrepasara nuestra credulidad.

Sirva a nuestra condición de parálisis, el viaje alegre y lleno de colados con dólares CADIVI garantizados que el adjudicado presidente Nicolás Maduro se llevó en su nuevo viaje por Asia, en la insaciable búsqueda de más dinero divorciado de cualquier plan estratégico realista y soberanamente apoyado por las mayorías.
Ver a una familia completa viendo una película pornográfica de sexo duro en la sala de su casa, sería tan escandaloso como lo que atraviesa el país en la actualidad, y sin embargo, nada pasa.
No hay moral ni ética capaz de accionar un cambio en el presente. ¿Por qué?

¿Cuánta miseria habrá que pasar para que las cosas cambien?

¿Tan bien funciona la sarta de mentiras que intercambian los gobiernos de Colombia y Venezuela, para distraer exitosamente a la sociedad venezolana-colombiana? (y lo digo por los 5 millones de ellos que habitan con nosotros).

Yo estoy dispuesto a sacrificar mi paz y mi solvencia económica en Venezuela, y hasta la de mi familia ante los cambios que se requieren, solo si me garantizan que los mal nacidos que se han robado el dinero público, serán señalados, perseguidos, detenidos y enjuiciados, quitándoles todo lo que se ha cogido y castigados de acuerdo a la constitución y las leyes.

¿Es que acaso hay otra manera de retomar la confianza en las instituciones?; ¿No es acaso ese el principio de una rectificación profunda que suponga frente a todos, el fin de la inequidad, y el comienzo de los justo?

¿Qué van a argumentar para decirme que no tengo derecho a exigir esto?
¿Por qué ustedes se conformarían con menos?

¿Por qué el país está así, y nada republicano ocurre?