miércoles, 18 de diciembre de 2013

Los errores de Capriles (y de la oposición en Venezuela)

Debo reconocer que hay "mucha tela" de donde cortar, a la hora de escribir esta entrada en el blog; siento que en esta ocasión estaré saltando de tema en tema, como un atleta en una carrera con obstáculos; se que me sabrán comprender.
El asunto post electoral que más relevancia ha tomado, no es precisamente el paquete de medidas que Maduro haya estado ejecutando siguiendo una secuencia previamente estudiada de acciones con fines políticos particulares, sino más bien, lo es el que la oposición no termina de entender lo que pasa en el país, mientras que el que sigue siendo presidente adjudicado, diseña y mantiene esa  “exitosa” actitud y estratégica línea  general de gobierno, que continua dando frutos: Seguir “ignorando” que el país no está dividido en dos porque la mitad de los votos (más uno) vaya para un lado  y el resto para el otro, sino porque desdibujando, acusando -o invisibilizando-, a conveniencia a esa parte perdedora, se puede arrastrar a todo el conjunto hacia donde decida ir.
Simple, pero efectivo.

El marco general donde está la oposición
El comportamiento de Capriles (y los otros que protagonizan, en general) es reflejo de una limitación más bien “medular” y carácter nacional, y que consiste ella en la imposibilidad de comprender (aquellos que se alían en un entorno visceralmente opositor), que el chavismo al entregar mayores beneficios cuantificables, a los tradicionalmente ignorados y marginados de toda oportunidad de orden y progreso, ha sido mejor y más efectivo que la MUD (en lo referente a esos intereses que aún la mantienen viva, pese pasado que representan), incluso cuando le agregamos a ambos bandos (etapas diría yo, de la misma cuarta republica), la corrupción y el despilfarro que los ha permeado en sus respectivas oportunidades de gobernar.
Los comentarios recientes de Capriles (disminuido políticamente tras el 8D), Leopoldo López (ascendido mediáticamente a conveniencia de algunos sectores oficialistas y de oposición), o Julio Borges (requerido de realizar ajustes en su entramado de conexiones oficialistas y de oposición tras el retroceso del partido primero justicia), sobre el “añejado” asunto de la gasolina, tras las declaraciones de algunos personeros del gobierno, -tal como lo habíamos previsto-,  alegando que antes de subir su  precio, hay que detener la exportación de petróleo a países como Cuba, solo invitan a consumar un choque, -por demás inútil-, con un gobierno que sistemáticamente (y logrando resultados positivos por ello en casi cada elección realizada),  los ha ignorado y despreciado, resaltando esto como evidencia impactante de que más que un error estratégico de la oposición, en realidad  existe en ellos  -y en quienes los oyen y siguen-, una falsa sensación de estar en contienda real con el chavismo, (y el gobierno que dominan totalmente en todas las instancias posibles), con posibilidades ciertas de éxito.
Esa sensación en la oposición no es más que una mera quimera que envuelve y confunde a quienes por razones del ritmo “de vida” de las sociedades, resultan incapaces de comprender, de dilucidar, lo que ocurre en estos tiempos. Son sus sucesores, -aún anónimos-, los llamados a ejecutar esos cambios existentes más allá de cualquier escenario de confrontación o choque.
Quiero repetir antes de continuar, -palabras más, palabras menos-, una frase anterior que  resume la razón real para el cuadro sociopolítico existente:
“El chavismo al entregar mayores beneficios cuantificables, a los tradicionalmente ignorados y marginados de toda oportunidad de orden y progreso, ha sido más efectiva que la MUD, incluso cuando le agregamos a ambos bandos la corrupción y el despilfarro que los ha permeado en sus respectivas oportunidades de gobernar”
Todos ellos yerran al defender la inamovilidad del precio de la gasolina. Hasta el más humilde de a pie acepta en Venezuela que los actuales precios son una cosa insostenible y anacrónica, que ha obedecido hasta hoy, a un proselitismo conveniente en tiempo de elecciones sucesivas. Ahora que la necesidad inmediata de hacer proselitismo ha bajado, llega la hora de los ajustes económicos que darán oxigeno temporalmente, a lo que de seguir así, será de todas maneras, insostenible en el tiempo.
Quisiera tomar como otro ejemplo del estado de las cosas a lo interno de la oposición cuarta republicana, las declaraciones recientes de la diputada María C. Machado; desde  sus propuestas pre 8D, en lo referente a un posible llamado a constituyente, hasta las citas más recientes que de ella podemos tomar para reflexionar desde un punto de vista ajeno a los dos bandos tradicionales:
1.- "@MariaCorinaYA: El objetivo no es consolidarnos como alternativa democrática. El objetivo es lograr el poder"
2.- “@MariaCorinaYA: Nuestra fuerza nace de convicciones compartidas con el pueblo. Somos mayoría y contamos con nuevas fuerzas”
Bien, estemos claros: Esa última afirmación, fácilmente podría estar en boca de un chavista y sonar igual de altisonante. ¿Lo ven?; no tiene razón, por el mismo motivo que no la tiene un chavista: Ser “mitad mas uno”, no es ser una nación toda, y mucho menos cuando pensamos en que lo decimos refiriéndonos a Venezuela.
Obviamente, más “audaz” resulta el primer mensaje que cito; afirmar que más importante que  ser alternativa democrática (es decir, el levantarse como una línea de pensamiento y concepción nacional, que sirva como referencia socio política a lo existente que ha llegado a un callejón sin salida), lo es , -en palabras de ella-, conseguir el poder, demuestra entonces una supina arrogancia, que solo puede seguirse políticamente si alguien está dispuesto a montarse a “cabalgar” literalmente en la oscuridad de una noche sin luna, con la esperanza poco práctica de salir de lo que se tiene en la casa (como gobierno).
¿Dónde está en toda esa concepción opositora tan particular de personas que piensan como MCM, los meritos suficientemente contundentes como para que alguien beneficiado de algún modo, -en metálico o en la sensación de ya no ser más un olvidado del gobierno de turno-, en el presente, simpatice con ella?;
¿Resulta que ahora hay una arrogancia “mala” y una “buena”, y que se distinguen por el color del partido en el que se haga vida política pública?
Yo creo que no.

En lo que se refiere a la constituyente con la que amenazaba la diputada, resulta claro que con la maquinaria electorera oficialista existente y contundentemente demostrada el 8D, la elección de constituyentistas resultaría en un nuevo arraso frente a cualquier aspiración de la oposición (pese a ser esta última la activadora del mecanismo constituyente), lo que supondría la  definitiva  implantación del modelo de gobierno defendido por el chavismo, diametralmente opuesto a lo establecido hoy en la constitución.
Solo la pobre retentiva del venezolano ante esta perorata de declaraciones de lado y lado, permite que sean escuchadas recurrentemente afirmaciones como estas, aparentemente de forma inocua.
“Inocua” ha resultado también la justicia venezolana, a la hora de hacer valer los preceptos constitucionales que inspiran la materia, cuando vemos tras las rejas a los que no eran, mientras siguen sueltos los que si fueron: Imposible entender cómo puede estar libre Pedro Carmona Estanga, pasado más de 10 años desde su torpe paso por la historia venezolana; inaudito que muchos otros de lado y lado, culpables de conspiraciones, confabulaciones y violencia, sigan sueltos y premiados en exilios voluntarios, con acomodadas cuentas bancarias en el exterior. De estas cosas, ni oficialismo ni oposición, hablan. Cosa inevitable mientras se siga relacionando de hecho a la política con la deshonestidad, disfrazada de continua conveniencia.
Díganme ustedes: ¿Cómo es que de los que estaban con Carmona en aquella proclama Napoleónica, en cadena de televisión, ninguno este preso?

Siguiendo en las referencias que a la inocuidad hacemos, no podemos ignorar como el CNE sigue saliendo intacto, proceso tras proceso eleccionario, sin que nadie sepa ponerle “el cascabel al gato”: Un amañadisimo registro electoral, junto con una capacidad arbitral “en estado de coma”, lo reduce a una simple “contratista” hacedora de elecciones.
¿y  alguien dice algo al respecto?: Al menos seria e insistentemente, no. (a parte de aquel Capriles que se rasgó las vestiduras el 14-A por los abusos cometidos, para luego invitarnos a votar masivamente el 8-D, como única vía para “decirle” a Maduro lo que pensamos, teniendo paradójicamente, al mismo CNE de siempre). Si eso es lo que van a decir, mejor es quedarse callados.
¿Es necesario entonces, seguir mencionando los errores de la oposición?
¿Por qué Capriles (y los que ahora van por su cabeza), no pueden nadar mas allá de la “superficie” del profundo “mar” político venezolano?
(Ojo: Y no es que el gobierno sea un “delfín”; no han podido pasar de los 3 mts de profundidad, y eso aguantando la respiración, necesitando de continúo mantenerse “cerca” de la superficie, “chapoteando” con los peces gordos de la oposición)
Pese a todo lo que han dicho hasta ahora, NINGUNO ha podido dejar de ser solo SUPERFICIAL en aquello que realmente apremia: Ser venezolanos equilibrados, justos y realistas.

Entonces; ¿Cuándo se comenzarán a ver cambios reales?

Es claro que los cambios profundos solo se iniciarán cuando los políticos venezolanos tradicionales desaparezcan, a favor de luchadores sociales y funcionarios públicos que solo vean en el prestigio, en la remuneración justa y en el reconocimiento público, las únicas divisas posibles de aceptar frente a la sociedad venezolana. ¿Qué no es posible?: Eso sería como decir que debemos continuar con las mismas clases de banqueros que han llevando al mundo a las crisis financieras de los últimos años, bajo el pretexto de que son “necesarios” e “insustituibles”, porque ellos son la “base” de esto o de aquello.
En verdad les digo que todo se puede cambiar para mejorar. ¡De eso si se trata justamente una revolución!
Es por eso que es necesario  estar preparados para el siguiente paso, y para ello hay que entender lo básico:
Bajo el concepto de “pueblo”, de “colectivo”, etc.,  se desdibujan las necesidades individuales que deben ser atendidas para que el desamparo no exista más; de allí que el verdadero poder popular, sea el poder de cada uno, pues atendiendo al individuo, se atiende a la comunidad.
No hay justicia sin verdad, y no hay verdad sin compromiso.
Si no se entiende la constitución, no se puede visualizar a esta como la verdadera hoja de ruta que tenemos como opción nacional frente a nosotros. No hace falta ningún instrumento adicional.
Ninguna familia puede sentarse en paz en un hogar venezolano, si la mesa donde comen no tiene las 4  patas que le dan VERDADERO soporte: Seguridad, educación, salud y trabajo.

Insisto en la necesidad de establecer un decálogo económico que surja por consenso académico (no político partidista), para iniciar una verdadera enmienda económica nacional; en relación a esto, debo puntualizar que gubernamentalmente, o Maduro rectifica y sigue un camino nuevo y verdaderamente revolucionario, -de consenso-, o continúa el mismo sendero, con idénticos resultados a los obtenidos por Chávez, lo que resultará en un innecesario estancamiento circunstancial, que forzosamente deberá ser dejado a un lado para poder avanzar.



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