Debo reconocer que hay "mucha tela" de donde cortar, a la hora de escribir esta entrada en el blog; siento que en esta ocasión estaré saltando de tema en tema, como un atleta en una carrera con obstáculos; se que me sabrán comprender.
El asunto post electoral que más relevancia ha tomado, no es precisamente
el paquete de medidas que Maduro haya estado ejecutando siguiendo una secuencia
previamente estudiada de acciones con fines políticos particulares, sino más
bien, lo es el que la oposición no termina de entender lo que pasa en el país, mientras
que el que sigue siendo presidente adjudicado, diseña y mantiene esa “exitosa” actitud y estratégica línea general de gobierno, que continua dando frutos:
Seguir “ignorando” que el país no está
dividido en dos porque la mitad de los votos (más uno) vaya para un lado y el resto para el otro, sino porque
desdibujando, acusando -o invisibilizando-, a conveniencia a esa parte
perdedora, se puede arrastrar a todo el conjunto hacia donde decida ir.
Simple, pero efectivo.
El marco general donde está
la oposición
El comportamiento de Capriles (y los otros que protagonizan, en general) es
reflejo de una limitación más bien “medular” y carácter nacional, y que consiste
ella en la imposibilidad de comprender (aquellos
que se alían en un entorno visceralmente opositor), que el chavismo al entregar
mayores beneficios cuantificables, a los tradicionalmente ignorados y
marginados de toda oportunidad de orden y progreso, ha sido mejor y más
efectivo que la MUD (en lo referente a esos intereses que aún la mantienen
viva, pese pasado que representan), incluso cuando le agregamos a ambos bandos
(etapas
diría yo, de la misma cuarta republica),
la corrupción y el despilfarro que los ha permeado en sus respectivas
oportunidades de gobernar.
Los comentarios recientes de Capriles (disminuido
políticamente tras el 8D), Leopoldo López (ascendido mediáticamente a conveniencia de algunos sectores
oficialistas y de oposición), o Julio Borges (requerido de realizar ajustes en su entramado de conexiones
oficialistas y de oposición tras el retroceso del partido primero justicia),
sobre el “añejado” asunto de la gasolina, tras las declaraciones de algunos
personeros del gobierno, -tal como lo habíamos previsto-, alegando que antes de subir su precio, hay que detener la exportación de
petróleo a países como Cuba, solo invitan a consumar un choque, -por demás inútil-, con un gobierno que
sistemáticamente (y logrando resultados
positivos por ello en casi cada elección realizada), los ha ignorado y despreciado, resaltando
esto como evidencia impactante de que más que un error estratégico de la
oposición, en realidad existe en ellos -y en
quienes los oyen y siguen-, una falsa sensación de estar en contienda
real con el chavismo, (y el gobierno que dominan totalmente en todas las
instancias posibles), con posibilidades ciertas de éxito.
Esa sensación en la oposición no es más que una mera quimera que envuelve y
confunde a quienes por razones del ritmo “de vida” de las sociedades, resultan
incapaces de comprender, de dilucidar, lo que ocurre en estos tiempos. Son sus sucesores,
-aún anónimos-, los llamados a
ejecutar esos cambios existentes más allá de cualquier escenario de
confrontación o choque.
Quiero repetir antes de continuar, -palabras más, palabras menos-, una frase
anterior que resume la razón real para
el cuadro sociopolítico existente:
“El chavismo al entregar mayores beneficios cuantificables, a los tradicionalmente
ignorados y marginados de toda oportunidad de orden y progreso, ha sido más efectiva que la MUD, incluso cuando le agregamos a
ambos bandos la corrupción y el despilfarro que los ha permeado en sus
respectivas oportunidades de gobernar”
Todos ellos yerran al defender la inamovilidad del precio de la gasolina.
Hasta el más humilde de a pie acepta en Venezuela que los actuales precios son
una cosa insostenible y anacrónica, que ha obedecido hasta hoy, a un
proselitismo conveniente en tiempo de elecciones sucesivas. Ahora que la
necesidad inmediata de hacer proselitismo ha bajado, llega la hora de los
ajustes económicos que darán oxigeno temporalmente, a lo que de seguir así, será
de todas maneras, insostenible en el tiempo.
Quisiera tomar como otro ejemplo del estado de las cosas a lo interno de la oposición
cuarta republicana, las declaraciones recientes de la diputada María C. Machado;
desde sus propuestas pre 8D, en lo
referente a un posible llamado a constituyente, hasta las citas más recientes
que de ella podemos tomar para reflexionar desde un punto de vista ajeno a los
dos bandos tradicionales:
1.- "@MariaCorinaYA: El
objetivo no es consolidarnos como alternativa democrática. El objetivo es
lograr el poder"
2.- “@MariaCorinaYA: Nuestra
fuerza nace de convicciones compartidas con el pueblo. Somos mayoría y contamos
con nuevas fuerzas”
Bien, estemos claros: Esa última afirmación, fácilmente podría estar en
boca de un chavista y sonar igual de altisonante. ¿Lo ven?; no tiene razón, por el mismo motivo que no la tiene un
chavista: Ser “mitad mas uno”, no es
ser una nación toda, y mucho menos cuando pensamos en que lo decimos refiriéndonos
a Venezuela.
Obviamente, más “audaz” resulta el primer mensaje que cito; afirmar que más
importante que ser alternativa
democrática (es decir, el levantarse como
una línea de pensamiento y concepción nacional, que sirva como referencia socio
política a lo existente que ha llegado a un callejón sin salida), lo es ,
-en palabras de ella-, conseguir el poder, demuestra entonces una supina
arrogancia, que solo puede seguirse políticamente si alguien está dispuesto a montarse
a “cabalgar” literalmente en la oscuridad de una noche sin luna, con la
esperanza poco práctica de salir de lo que se tiene en la casa (como gobierno).
¿Dónde está en toda esa concepción opositora tan particular de personas que
piensan como MCM, los meritos suficientemente contundentes como para que
alguien beneficiado de algún modo, -en metálico o en la sensación de ya no ser
más un olvidado del gobierno de turno-, en el presente, simpatice con ella?;
¿Resulta que ahora hay una arrogancia “mala” y una “buena”, y que se
distinguen por el color del partido en el que se haga vida política pública?
Yo creo que no.
En lo que se refiere a la constituyente con la que amenazaba la diputada,
resulta claro que con la maquinaria electorera oficialista existente y
contundentemente demostrada el 8D, la elección de constituyentistas resultaría en
un nuevo arraso frente a cualquier aspiración de la oposición (pese a ser esta última
la activadora del mecanismo constituyente), lo que supondría la definitiva implantación del modelo de gobierno defendido
por el chavismo, diametralmente opuesto a lo establecido hoy en la constitución.
Solo la pobre retentiva del venezolano ante esta perorata de declaraciones
de lado y lado, permite que sean escuchadas recurrentemente afirmaciones como
estas, aparentemente de forma inocua.
“Inocua” ha resultado también la justicia venezolana, a la hora de hacer
valer los preceptos constitucionales que inspiran la materia, cuando vemos tras
las rejas a los que no eran, mientras siguen sueltos los que si fueron: Imposible
entender cómo puede estar libre Pedro Carmona Estanga, pasado más de 10 años
desde su torpe paso por la historia venezolana; inaudito que muchos otros de
lado y lado, culpables de conspiraciones, confabulaciones y violencia, sigan
sueltos y premiados en exilios voluntarios, con acomodadas cuentas bancarias en
el exterior. De estas cosas, ni oficialismo ni oposición, hablan. Cosa
inevitable mientras se siga relacionando de hecho a la política con la deshonestidad,
disfrazada de continua conveniencia.
Díganme ustedes: ¿Cómo es que de los
que estaban con Carmona en aquella proclama Napoleónica, en cadena de televisión,
ninguno este preso?
Siguiendo en las referencias que a la inocuidad hacemos, no podemos ignorar
como el CNE sigue saliendo intacto, proceso tras proceso eleccionario,
sin que nadie sepa ponerle “el cascabel al gato”: Un amañadisimo registro
electoral, junto con una capacidad arbitral “en estado de coma”, lo reduce a una simple “contratista” hacedora
de elecciones.
¿y alguien dice algo al respecto?: Al menos seria e insistentemente, no. (a parte de aquel
Capriles que se rasgó las vestiduras el 14-A por los abusos cometidos, para
luego invitarnos a votar masivamente el 8-D, como única vía para “decirle” a Maduro
lo que pensamos, teniendo paradójicamente, al mismo CNE de siempre). Si eso es
lo que van a decir, mejor es quedarse callados.
¿Es necesario entonces, seguir mencionando los errores de la oposición?
¿Por qué Capriles (y los que ahora van por su cabeza), no pueden nadar mas allá
de la “superficie” del profundo “mar” político venezolano?
(Ojo: Y no es que el gobierno sea un “delfín”; no han podido pasar de los 3
mts de profundidad, y eso aguantando la respiración, necesitando de continúo
mantenerse “cerca” de la superficie, “chapoteando” con los peces gordos de la oposición)
Pese a todo lo que han dicho hasta ahora, NINGUNO ha podido dejar de ser solo SUPERFICIAL en aquello que realmente apremia: Ser venezolanos equilibrados, justos y realistas.
Entonces; ¿Cuándo se comenzarán a ver cambios reales?
Es claro que los cambios profundos solo se iniciarán cuando los políticos venezolanos
tradicionales desaparezcan, a favor de luchadores sociales y funcionarios públicos
que solo vean en el prestigio, en la remuneración justa y en el reconocimiento público,
las únicas divisas posibles de aceptar frente a la sociedad venezolana. ¿Qué
no es posible?: Eso sería como decir que debemos continuar con las
mismas clases de banqueros que han llevando al mundo a las crisis financieras
de los últimos años, bajo el pretexto de que son “necesarios” e “insustituibles”,
porque ellos son la “base” de esto o de aquello.
En verdad les digo que todo se puede cambiar para mejorar. ¡De
eso si se trata justamente una revolución!
Es por eso que es necesario estar
preparados para el siguiente paso, y para ello hay que entender lo básico:
Bajo el concepto de “pueblo”,
de “colectivo”, etc., se desdibujan las
necesidades individuales que deben ser atendidas para que el desamparo no
exista más; de allí que el verdadero poder popular, sea el poder de cada uno,
pues atendiendo al individuo, se atiende a la comunidad.
No hay justicia sin verdad, y no hay verdad sin
compromiso.
Si no se entiende la constitución, no se puede
visualizar a esta como la verdadera hoja de ruta que tenemos como opción nacional
frente a nosotros. No hace falta ningún instrumento adicional.
Ninguna familia puede sentarse en paz en un hogar
venezolano, si la mesa donde comen no tiene las 4 patas que le dan VERDADERO soporte:
Seguridad, educación, salud y trabajo.
Insisto en la necesidad de establecer un decálogo económico que surja por consenso
académico (no político partidista), para iniciar una verdadera enmienda económica
nacional; en relación a esto, debo puntualizar que gubernamentalmente, o Maduro
rectifica y sigue un camino nuevo y verdaderamente revolucionario, -de consenso-,
o continúa el mismo sendero, con idénticos resultados a los obtenidos por Chávez,
lo que resultará en un innecesario estancamiento circunstancial, que
forzosamente deberá ser dejado a un lado para poder avanzar.
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