Nuevamente
me siento arrastrado al tema de defensa en Venezuela, y esta vez por los comentarios
que ha hecho el diputado a la asamblea nacional, Julio Borges. En mi opinión,
el se equivoca completamente en su estrategia de oponerse al gobierno de Chávez,
atacando la inversión que se hace en esa materia tan delicada.
“Borges:
Presidente ha malgastado $15 mil millones en armamento militar”
El
Universal. 08 de Julio. 2012.
“El diputado
advirtió que la Comisión de Finanzas de la AN presentó la solicitud para otro
endeudamiento con Rusia por $ 2 mil millones para compra de armas, monto con el
cual se podría pagar a 80 mil policías que tiene Venezuela, duplicar esa cifra
y los salarios, y garantizar la seguridad de los ciudadanos”
El deja en
claro que desde su punto de vista, -y el de su partido-, estamos gastando mucho
en este tema. Yo le pregunto de manera directa: ¿Quién nos va a defender si tuviéramos que depender de los escuetos
arsenales de los ochenta?; ¿Cuba?; ¿EEUU?
¿Cuánto considera él que había que gastar desde el año 1998?; ¿100
millones de $?; ¿1000 millones de $?; ¿O es que debíamos hacerle “un fiado” a
Israel y no a Rusia, para que el Diputado estuviera contento o por lo menos,
satisfecho?
El dice que
con ese dinero se hubiera podido pagar el sueldo de miles de policías, o quizás
se habría cubierto los presupuestos de todos los hospitales en Venezuela. Ante
eso debo preguntarle a quemarropa: ¿No se
les asignó a todas esas cosas, presupuestos multimillonarios? Como decía el
entonces candidato Luis herrera: ¿Dónde están
los reales?
El punto, Sr. Diputado, no es que se invierta en armamento, de la manera
más bien básica en que lo hace el gobierno de turno, con sus peculiaridades; el
problema es qué se hace con el dineral que se designa originalmente para esas
otras actividades. ¿A dónde se desvía?; ¿Por quienes?
Usted con su
actitud de oposicionista a ultranza, es como el hermano que discutiendo con
otro hermano, con tal de ganar, es capaz de sacar al público, hasta las
intimidades y debilidades de su propia madre. Algo así.
En su
actitud practicada una y otra vez, comienza la división que hace ver como si
existieran dos o tres “venezuelas”; es justamente esa estrategia la que divide;
la misma que usa el presidente, pero al revés.
Piense y
revise primero en que paupérrima situación se encontraba las fuerzas armadas venezolanas
antes de la llegada de Chávez, y piense en lo que falta por reforzar en una dimensión
de efectiva y real autodefensa nacional. No critique de la manera en que lo
hace, porque me hace preguntarme de qué lado está usted realmente: Si
del lado de Venezuela, o si del lado de los mercenarios y perros de la guerra
que con sus negocios de armas, se babean
por controlar con sus armas occidentales, lo que antes era su territorio
exclusivo, en el cual nos vendían casi que basura, adecuada al país
subdesarrollado y bananero que ellos visualizaban.
Aún somos modestísimos
en nuestra capacidad real de defensa; en nada nos comparamos a monstruos
militaristas como Brasil y Chile, (El primero por su obvia y exitosa proyección
internacional, y el segundo, por su claro pasado pinochetista y el fenómeno social
interno que ello implica), o a la muy respetable capacidad militar terrestre
que tienen las fuerzas armadas colombianas; seguramente caeríamos abatidos en
relativamente poco tiempo, muy a pesar nuestro, ante una fuerza expedicionaria
estadounidense, que por ahora, no tiene razón política o militar para ello. En
definitiva, nuestra fuerza armada nacional, no tiene proyección más allá de
nuestro territorio, en términos ofensivos.
No nos venga
entonces, Sr Diputado de la nación, con ese parapeto de rueda de prensa donde
solo se dedica a renegar cualquier gasto que se haga en este sentido. Muy bien Ud.
podría vender esa pantalla plana donde proyecta sus números, para comprarle el
tratamiento de todo un mes a algún niño desposeído, ¿Por qué no lo hace?
Aquí todos
tienen rabo de paja. Incluyéndolo.
Chávez solo
pierde por una razón posible: Sus propios
y torpes errores.
Chávez solo
gana por una razón posible: La estúpida estrategia
de “oposicionista acérrimo”, que gente como usted, asumen.
Allí se la
dejo, como dicen.
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