Introducción:
Ha llegado nuevamente al blog la necesidad de apelar a las graficas para que podamos analizar desde otro ángulo el panorama que tenemos por delante en un país que sigue siendo administrado con impunidad bajo el manto de un régimen que se sustenta políticamente con la estrategia del predominio total mediante el aparato militar/policial en complicidad absoluta con una corporación política oficialista-opositora.
Antes de abrir las gráficas, les pido lean lo siguiente:
Tenemos dos cuadros, cada uno diferenciados por una letra: “A” y “B”. El primero se refiere a lo que con más probabilidad podría ocurrir en Venezuela si las cosas siguen por el cauce que se han ido desarrollando y con los actores políticos conocidos hasta el presente, y el segundo básicamente nos muestra los hitos que deberían darse de alguna manera en caso de que un “actor desconocido” emerja inesperadamente, fusionándose con la figura “protagonista” clave que es en sí misma la sociedad ciudadana convertida en hecho activo y masivo, en apego al artículo 350 de la CRBV.
Cuando hablo de “inesperadamente” lo hago porque actualmente ni lo conocemos, ni lo imaginamos en esos términos elementales referidos al dónde, cuándo y por qué.
Seguramente podemos hablar probabilísticamente del “qué” puede ser, pero al momento de referirnos al “quien”, el horizonte se esconde rápidamente tras una espesa nube de incertidumbre. Obviamente no se trata de ningún político (mujer u hombre) de los que copan el escenario del régimen oficialista y opositor en ese “matrimonio de facto” que gobierna a Venezuela; tampoco se trata de que esperemos con certeza que surgirá este “outsider” dentro del país, porque aunque lo deseemos, quizás sería ingenuo de nuestra parte el creer que podría emerger entre nosotros semejante personaje sin ser el blanco del exterminio físico por parte de los que administran el poder político en el país.
No es imposible, sin embargo. Insistamos en hacer lo que no hemos hecho hasta ahora: mantener los pies sobre la tierra.
1.- El gráfico “A”:
En esta imagen vemos lo que ocurrirá casi con certeza absoluta mediante una línea que se resiste a cambiar de dirección descendente: Transcurriendo el gobierno Madurista-MUD en su paupérrima administración de lo que va quedando del país tras el saqueo chavista, y ya convertido en colonia sin resistencia alguna, se produce la convocatoria y ocurrencia de unas elecciones presidenciales pautadas y acordadas bajo los términos del régimen administrador, con candidatos preestablecidos por el mismo régimen político dominante. En ese contexto, se daría el “cambio” de gobierno, y el comienzo del levantamiento progresivo de sanciones internacionales y con la llegada de inversiones por parte de transnacionales así como el retorno de las riquezas acumuladas por los testaferros operadores de los políticos y oportunistas ahora volviendo al país de manera impune a propósito del establecimiento de un plan de “reconciliación y normalización con el periodo chavista-madurista” para así establecer un nuevo régimen en consecuencia con mínima búsqueda de justicia y si definitivamente, de la instauración de nuevas clases altas y opulentas, sin clase media que sea capaz de levantarse y por tanto, con el resto de nosotros dedicados distraídamente a lamernos durante unos años las heridas en silencio, mientras Manuel Rosales, López o Ledezma o el títere adecuado, gobierna con la bendición de los lideres chavistas y maduristas.
Como vemos en el gráfico, dos líneas horizontales demarcan el área de crecimiento ciudadano, y tenemos que notar que con las condiciones actuales y los protagonistas vigentes, no hay manera de establecer cuándo y cómo ocurriría la entrada en esa zona de progreso.
No existiría realmente un punto que pudiéramos definir como “cero”, y donde predominaría la absoluta sinceridad necesaria para restituir la fe en la república mediante el reconociendo de los errores e injusticias que obligatoriamente estarían sobre la mesa, tras lo que nos avocaríamos a corregir y trabajar mancomunadamente con hitos claros de revisión, balance y rectificación, para cruzar primero la línea roja inferior del mínimo nivel social admisible, y después llegar a un punto donde se cruzaría tras un largo periodo de estabilidad y trabajo sostenido mas allá de partidos políticos y cambios de gobiernos, el límite inferior de prosperidad y dignidad nacional (línea verde)
Esa es la diferencia fundamental con la curva observada en el “B”: la falta de esto último en su conjunto.
2.- El gráfico “B”:
Rápidamente podemos ver que la piedra angular de la alternativa observada en la sucesión de eventos en el grafico “B”, está en el “punto hipotético de cambio de autoridades”, vía la implementación del artículo 350 de la CRBV por parte de la ciudadanía de manera masiva o organizada. Hay un hito fundacional aquí que resulta imposible de ver en el cuadro anterior, y en el que radica toda diferencia: Sin una remoción de raíz del régimen predominante hasta hoy, -y la instauración de una Junta de Gobierno y tribunales sumariales-, la oportunidad de refundar por completo a Venezuela en los próximos 20 años son de prácticamente de cero.
Detallemos
las características mínimas requeridas:
I.- Cambio de régimen vía levantamiento social masivo amparado en el art 350, acoplado a un liderazgo coherente, protagónico y frontal;
II.- Instauración de Junta de Gobierno;
III.- Revisión constitucional; implementación de tribunales sumariales;
IV.- Elecciones generales con base física a papel y respaldo electrónico;
V.- Periodos de gobierno de sólo 4 años, ahora liderados por presidente y funcionarios sin reelección inmediata ni cambio legal del cual pueda sacar beneficio;
VI.- Establecimiento de objetivos mediante plan nacional mayoritariamente aceptado, con el compromiso (sin interpretaciones posteriores ni cambios fuera de las pautas establecidas) de cumplirlo durante los siguientes 4 periodos de 4 años cada uno, con revisiones cada 2 años de los objetivos esperados.
El resto de las características que debemos tener (y sostener en el tiempo), las he descrito en el presente blog a lo largo de los años como opciones de comienzo y mantenimiento para el desarrollo de una hoja de ruta estratégica de carácter social y nacional para superar el lastre conceptual que tenemos como venezolanos auto-menospreciados.
Les pido paciencia para analizar lo que les ofrezco hoy; paciencia para con ustedes mismos a fin de evitar el prejuicio apresurado de sus propias capacidades reales para comprender estas cosas y sacarles provecho con ideas aun más interesantes y de común acuerdo.
Todos tenemos que aportar aunque pocos estén llamados a liderar nacionalmente, pero que si lo están localmente, familiarmente y definitivamente, personalmente.
Lo posible está frente a nosotros, esperando a que nos decidamos a creer que se puede lograr.
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