El
país no solo “flota en la nada”: también ha quedado establecido a estas alturas
que tiene como epicentro político de gobierno a un personaje que desdibujó por
completo la frontera entre la idea de representar a un gobierno nacional, o a
un conglomerado de intereses inmorales e ilegales cercanos a él.
El
sistema socio político y económico ha colapsado, y nadie se da por enterado; si
se tratara de un avión que se hubiese desbaratado en el aire, sus “pasajeros” (en
teoría, nosotros todos), estaríamos
en caída libre hacia el suelo, pero como la capa de nubes es enorme y no ven al
terreno acercarse, han decidido aceptar la cómoda noción de que pueden vivir
sus vidas en ese aparente flotar sin movimiento alguno, sin referencia externa
que los perturbe, o que les recuerde que toda sensación de seguridad falsa e
ilusoria, tiene un abrupto final.
No
hay pues, fuera de ese imaginario escenario que utilizo para escribir y
describir, un elemento positivo en medio de toda esta vorágine de división y
extravío nacional, que pueda considerarse capaz de sobrevivir incólume al
impacto demoledor del todo (pasajeros y restos de la aeronave), contra el
suelo.
Esos
“pasajeros” incluso se han obsesionado a tal punto con una salida a la
situación de no poder ver más allá de esas nubes que ocultan el suelo que se
aproxima (y que no les permite “vivir” tranquilos entre las nubes), que han
centrado todas sus esperanzas en unas elecciones parlamentarias a realizarse
solo unos segundos antes del impacto
final; ninguno de los que cae habla del “paracaídas”
de la honestidad descarnada que se
requiere para señalar los verdaderos males republicanos y sociales que tanto
peso muerto hacen sobre nuestro andar; nadie habla del “avión de repuesto” que es la justicia
ciega que debe existir por encima de cualquier impunidad, si se quiere retomar,
mantener y cultivar la fe en la republica y sus instituciones; tampoco se habla
de la “mochila voladora salvavidas”
que es el referéndum revocatorio del próximo abril de 2016, con el que
Maduro podría ser destituido democráticamente y a más tardar, enjuiciado; misma
aptitud se da con el “ala delta de
repuesto” que constituye el llamado a una asamblea constituyente donde con un puñado de sensatos luchadores
sociales(que no de políticos sobrevivientes de estos años de oficialismo y
oposicionismo), se podrían tomar las crudas lecciones que se nos vienen encima
como conclusión a todos estos años vividos, para entonces enmendar y reparar lo
que es ya una sociedad retorcida en su propia arrogancia.
Nada
de nada. Solo vemos
ante nosotros la “comparsa carnavalesca” del dinero que no pareciera dejar de
fluir, -mitad hacia el exterior, mitad a
los bolsillos de los inescrupulosos-, y que hacen llegar a los barcos
cargados de “felicidad comprada”, (en
las empresas de otros países), en forma de miles de toneladas de alimentos para
seguir llenando los “bozales de arepa” del pueblo, solo para que los miles y
miles de contrabandistas (bachaqueros) diseminados particularmente en los
estados fronterizos, sigan con el trafico nacional e internacional de mercancías,
producto de una desnaturalización de lo que la decencia debe ser. Solo vemos
destacarse a conveniencia de algunos tras de lo que se ha convertido en la
carroza principal (gobierno nacional), al “Rey”
del ya lánguido desfile, engalanado con lo que su posición principesca le
permite tomar para sí y para su familia inmediata, mientras pasa engolosinado
por la vía, regalando, -casi que
arrojando a sus súbditos-, becas, electrodomésticos, pensiones, taxis,
aviones, tablets para los estudiantes de otros países y territorio venezolano
para Guyana.
En
este pequeño país de una sola calle principal (el Estado), no es difícil establecer
quién es el Rey del carnaval; nada mas hace unos días decía ese personaje,
nacido de la zalamería al hoy líder supremo muerto, y con la seguridad y
arrogancia del que se sabe protegido por toda la corrupción que es posible concebir
en Venezuela, lo siguiente:
Maduro:
“Entregaré 2500 taxis gratis para evitar a los gestores corruptos” (Web
Noticiaaldia.com)
Luego de hacer un recorrido por toda la
autopista y saludar a la comunidad, el primer mandatario nacional manifestó que
los 2500 taxis que serían entregados durante ese evento son donados por el
gobierno nacional, ya que quiere evitar que gestores corruptos se beneficien con
el lanzamiento de la Misión Transporte,
“Todo
taxi que se entrega hoy en los próximos días será gratis. Se le entregarán
totalmente gratis. No quiero enredos con el banco ni ladrones cobrándole
partidas a los taxistas y si no se cumple con esa orden cortaré cabezas. Se les
entregan sin cobrarle ni medio porque se
que hay gestores pidiendo dinero de 100 mil y hasta de 120 mil por entregar las
llaves, ¿hasta cuándo esta corruptela”, dijo.
Esta frase del adjudicado
por el CNE Nicolás Maduro, dice mucho de su estructura política mental: “Se les entregan sin cobrarle ni medio porque sé que hay gestores
pidiendo dinero de 100 mil y hasta de 120 mil por entregar las llaves, ¿hasta
cuándo esta corruptela”
Entenderán
ustedes ante este desfile de inaudito desparpajo político, (y aceptación por
parte del país todo, incluyendo a esa oposición que no ha sabido concretar
nada, y que ahora se siente envalentonada por supuestas encuestas a su favor (más
que por buenas ideas presentes), que yo le tengo que preguntar a Maduro varias cosas:
1. ¿Así vas también a hacer con la
comida?: ¿La regalarás a todos por igual para evitar que los “malévolos” mediadores,
importadores de 6,30 Bs/$, y bachaqueros (civiles y militares), puedan andar extorsionando
con el hambre al pobre pueblo?;
2. ¿De acuerdo a tu particular “lógica política”,
será que si alguien tiene una enfermedad, mejor será matar al enfermo para que
se “muera” la peste que lo atosiga?;
3. ¿Qué otra cosa tan decidida a la
ligera, con tal de ganar votos ahora, y luego evitar el referéndum revocatorio,
estás dispuesto a hacer?
4. ¿Decidirás que como “no puedes” con la
corrupción, mejor es eliminar todo lo que la incita?
5. ¿No sería mejor eliminar la impunidad que se ha vuelto
madre de toda la injusticia?;
6. ¿O es que acaso eliminarla es hacer desaparecer el piso
sobre el que se paran todos los que te tienen como a un “atlas con bigote”, cual
parodia de la mitología griega, sosteniendo el mundo de la corrupción
venezolana?
Seguro
que sin quererlo, (porque simplemente no
tienes la capacidad de visualizar mas allá de tus narices y de los intereses de
quienes te rodean en el alto gobierno y en la alta familia), te has
convertido en el que la historia denominará como “Maduro, el destructor”,
porque te has hecho del despropósito, una meta en sí, con la cual todo lo que
quedaba de pie, terminará por caer, y como golpe irónico del destino, -si la sociedad venezolana lo sabe ver-,
será la oportunidad para comenzar en verdad de “cero”, sin estructuras o
personajes de la cuarta o de la quinta, ahora desnudos, arrepentidos y
avergonzados, pero a partir de allí, capaces de enorgullecernos del sacrificio
que haríamos por nuestros hijos, pues por primera vez, estaríamos dejando para
ellos, algo más que ruinas e inmoralidad.
Ojala
comprendieran todos la enorme oportunidad ante nuestros pies; ojala algunos
logren por lo menos entenderlo, y sirvan con devoción republicana de “facilitadores”
desinteresados, dispuestos a enseñárselos al resto.
Maduro
seguirá sin entender su verdadera misión como corolario del camino insensato
elegido por las mayorías en Venezuela en el reciente pasado de finales del
siglo XX: Destruir todo lo que aún queda
intacto de los hilos de intereses y poder que han despedazado al país con el
consentimiento de todos.
“Maduro
el Destructor, el hijo de Chávez, el adoptado por todos los venezolanos y con
poder de voto, con cada día que se le dejó en el poder”.
Ese
deberá ser su epitafio político, y la marca de todo aquel que jamás osando
levantar voz pública contra lo que siendo inmoral y adverso a la más elemental ética,
se hizo en nombre de un ilusorio e inmaterial, pueblo.
Ha
sido desgracia de esta sociedad el poder criticar con más facilidad de lo que
puede concretar una acción colectiva coherente, y por cierto: Es por eso que es
muy fácil ir a votar, cuando la amargura con la situación actual solo nos da
chance de elegir lo “menos malo” (oposición tipo MUD, y eso a pesar de que ese
chiripero político no representa un verdadero cambio en el paradigma social
presente, al carecer de ideas capaces de desmontar el paradigma en el cual
vivimos.
(¿Se han preguntado el
por qué teniendo la posibilidad de hacer un referéndum revocatorio en solo 5
meses, virtualmente ningún político habla de ello?; ¿Qué hay detrás de ello?).
¿Por
qué este “terror” de la sociedad venezolana ha cambiar a un político electo, incluso
antes del fin de su periodo o del referéndum de medio periodo, si este no ha
dado la talla para lo que se le eligió?
Quizás
no se hayan dado cuenta, pero en Venezuela, la estructura de mando es
esencialmente vertical, al más puro estilo militar. ¿Somos aficionados a la marcialidad mal ejecutada?; realmente como
dicen algunos historiadores, ¿Somos
caudillistas por naturaleza, en el sentido de desear siempre tener a alguien
que nos gobierne y diga que hacer?
Maduro
ha podido ser el constructor, el humilde rectificador, el obrero sencillo que
diera un ejemplo épico de trabajo ético y justo, pese a su inmediato pasado
zalamero y sindicalista; en cambio, ha dado con el traste a todo, demostrando
que “la clase obrera y trabajadora”
es capaz de ser igual de corrupta a como en sus respectivos
momentos lo demostraron ser las que incorporan a “militares”, “doctores” y demás “profesionales”.
Pero
si algo permite “el tiempo, y la
capacidad de reproducirnos biológicamente mientras dejamos las cosas por
escrito”, es justamente la de rectificar y mejorar las cosas, haciendo lo
que la generación que nos precedió, no pudo.
No
pierdan la Fe. Sonrían con el optimismo discreto del que se sabe entendedor de lo
que pasa, y seguro de lo que irremediablemente vendrá.