Toda esta pelea estéril se veía venir, y muchos parecieran no ver las
posibles razones para lo que está pasando, apartando el hecho muy puntual de
que la constitución no es clara en este asunto de presidentes reelegidos por tercera
vez y hasta el infinito, porque semejante payasada, -atizada por quien ya
estaba en el poder por segunda vez-, nunca fue considerada durante la
constituyente.
sin duda que debe haber una lucha de poderes e intereses a lo interno del
oficialismo; ellos, -los más encumbrados-, conocen la verdadera situación del
presidente, y se manejan con un sigilo y una apariencia casi que traidora,
mientras que se resisten a declarar la falta temporal de Hugo Chávez, para no
verse con ello en la obligación de nombrar a Diosdado como presidente temporal,
y mostrar con ese acto, -por primera vez
en 14 años-, que se pude vivir sin Chávez de presidente. Ese mensaje
directo aunque quizás silencioso, es mortal para ciertos intereses arropados a
los pies del comandante, y es lo último que desean evidenciar.
Parece que lo más correcto y
apegado al espíritu constitucional, es justo que asuma el presidente de la Asamblea
Nacional, una vez declarada la ausencia temporal del presidente elegido. Cuando
este se recupere, seria juramentado.
Mientras, hasta el venidero 9 de enero, a las 11:59pm, su gobierno y sus
ministros, correspondientes al periodo 2006-2012, tienen validez constitucional.
Si somos serios, con algún atisbo de republicanismo aún en el corazón
nacional, esa será la senda a tomar. Caso contrario, se inventará lo injustificable,
para seguir, por parte de los poderes establecidos y ya en ese momento
declaradamente sumisos, jalando y mimando los testículos presidenciales de Hugo
Chávez.
Elijan pues, entre jalar y
cumplir.
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