Haciendo con este titulo alusión a la también conocida por los niños en otras latitudes como canica, situada esta convenientemente dentro de un envase, quería ilustrar con ello la analogía entre ese incomodo estruendo que produciría al alojarla dentro de un tonel o barril de acero que se agitara violentamente, (“escándalo” que no ocurría si el barril estuviera lleno de “algo”), y nuestra nación de débil identidad republicana.
Permítanme describir el escenario y los protagonistas.
Tiene que ver en esencia con los liderazgos presentes y la nación propiamente dicha.
Sabemos que en Venezuela sólo hay un liderazgo dominando, independientemente de que sea bueno, neutro o malo. De hecho, nuestro país, -como otros-, siempre ha sido nación de sólo un líder por vez. Las visiones de líderes confrontados, están severamente circunscritas a periodos electorales y algunas excepciones históricas, más propias de momentos de fundación de naciones que de otra cosa. De resto, los líderes “chinchorrean” en la cúspide del poder en Venezuela, definido esto en la presidencia misma de la republica.
Obviamente, se levantan en ocasiones líderes mas carismáticos que otros, como sucede en la actualidad, donde el encumbramiento ha sido tal, que cualquier otro potencial o real líder, ha quedado disminuido a la expresión mínima observable, ¡gracias a Dios!
Lo digo así porque saben que Venezuela tiene que levantarse a si misma; esa queridos compatriotas, sería la única acción socialista real, la única acción popular verdadera que lograría construir algo. Todo lo demás, esta sujeto a la decisión colectiva, como sociedad coherente, de aferrarse a la constitución y las leyes.
Mencionado esto, digamos entonces que la nación viene a ser el pote, el envase, donde la metra (la canica), pude sonar y ensordecer a quienes “adentro” desperdigadamente estuvieran.
Recuerden las partes: La metra solitaria es el líder. El pote es el país. El espacio vacío dentro del pote, es la ausencia de venezolanidad, donde habitan, en distintos niveles de desorden, injusticias e incoherencias, los venezolanos y extranjeros en este territorio.
La analogía viene entonces dada porque:
1.- Mientras más “vacío” este el pote, más facilidad tendrá la metra para proyectarse con diferentes fuerzas y vectores, hacia las paredes del envase, y más ruido, por más tiempo, será capaz de hacer.
2.-Como el vacío dentro del pote viene dado por la ausencia de la venezolanidad, entendemos que la debilidad como sociedad republicana es justamente la que permite el ensordecedor escándalo de quien se erija como líder-presidente, pudiendo éste, con la complacencia, -o la incapacidad de la sociedad para controlarlo-, lograr que en su papel de “conciencia y voz infalible de la nación”, pueda efectuar lo que se le venga en gana.
No olviden que esto ya ha ocurrido en el pasado, y en muchas partes del mundo. Caso claro y aleccionador lo es el de Argentina con su antiguo líder y presidente Perón, quien marcó una época y una etapa que aún le sobrevive, lo que propició llegado su momento, el surgimiento de una dictadura, la posterior carnicería y acomplejamiento de un pueblo en una guerra con Inglaterra, y el levantamiento de figuras políticas a la sombra de la ahora imagen idílica pero nunca real de un hombre (Perón), que surgió no por poseer capacidades sobrenaturales de súper héroe, sino por nacer con el don de la verborrea, en medio de una sociedad vacía de identidad real.
3.-El ensordecedor “ruido” es la medida de la incoherencia mencionada, y su intensidad será directamente proporcional al tiempo que aún le llevará a la sociedad auto dirigirse y gobernarse.
4.-El “escandaloso” comportamiento de los lideres de turno, seguirá inalterado, pues no existe, –y lo han demostrado una y otra vez-, líder capaz de decirse a si mismo “hasta aquí llegue yo; ahora le toca a otro”, sin guardar ocultas intenciones. En otras palabras, un país republicano sometido a una figura más mesiánica que presidencial, y renovada cada equis cantidad de años, -que debe ser sin derecho a reelección indefinida- , no es en realidad tal (es decir, nación republicana), y por tanto, su fracaso se mantiene en el tiempo.
Debido a lo expuesto, es que podemos establecer con claridad que mientras mas vacía este una nación de su identidad, mas en realidad podrá uno de sus ciudadanos alzarse con el poder desmedido, y bajo engaño, falsedad, hipocresía y hasta con la descarada sinceridad del que no la teme, para ser entonces llamado líder, figura esta capaz de aturdir con su estruendoso golpear en las paredes del pote, debido a ese estado gaseoso y desordenado que caracteriza a su sociedad, un estado de cómoda complacencia nacional, con su consecuente subdesarrollo, anarquía e impunidad sin fin.
Los invito a reflexionar profundamente en torno a las aplastantes consecuencias de ser como colectivo, espectadores y seguidores de un hombre, -cualquiera que sea-, autonombrado génesis e inspiración máxima de la supuesta revolución de moda para el momento, mientras que, arrastrados todos por nuestra pereza, por el facilismo, y por la ignorancia cada vez mayor, producto del imperdonable pero mantenido abandono social, cuna de los peores males que podamos criar, dejamos en manos de otro, el bienestar que jamás llegará por esa vía.
Ahora, no se preocupen por el que está, sino por el que vendrá.
Una nación clara en su identidad y resuelta a alcanzar pacifica, unida y justamente su progreso, no tiene espacio en si misma para que lideres solitarios tomen fuerza y resuenen cada vez que se estrellan contra las paredes del colectivo.
Una metra en un pote, hace ruido; un pote lleno de metras, se comporta como un sólido, y no suena. No hay espacio para el ruido y la perdida de tiempo. Así es una nación auto identificada y disciplinada: Sólida.
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