Quizás suene extraño el
titulo, pero es lo que desde un punto de vista amplio, ha ocurrido ese domingo
18 de Octubre.
Mientras el país sigue
flotando en la inutilidad de la nada, de la mano de un trío de políticos
que con la complacencia de los demás
funcionarios y testaferros a cargo de poder pequeño o grande concebible en
Venezuela, todos han hecho lo imperdonablemente incorrecto como consecuencia
directa de las decisiones y acciones de Hugo Chávez, secundado una y otra vez
por una mayoría social (calificada o no) que ahora siente en carne propia las
consecuencias de semejante inmadurez intelectual y política, resulta que se ha
efectuado a modo de ensayo, lo que el CNE describe como un simulacro, y que no
es más que una “oportunidad de ajustar tácticamente”
lo que será verdaderamente la farsa
electoral a realizarse en Diciembre, si consideramos sin mucho rodeo que:
1: El
registro electoral sigue amañado hasta los huesos;
2:
Todo el aparataje del gobierno central, de las regiones, los estados y los
municipios será utilizado una vez más para forzar la obtención de un resultado
determinado;
3: Que
el oposicionismo venezolano ahora que se cree con oportunidad de ganar, si va a
aceptar los resultados, en clara contradicción con todas las veces que ha
dudado y despotricado del árbitro electoral. (Si ganan, ¿Cómo podrán decir que el gobierno en el pasado hacia trampa, y ahora
no?), y
4:
Cerca de 4 millones de ciudadanos
colombianos cedulados por Hugo Chávez, viviendo o no en nuestro territorio, tendrán
derecho a voto.
Lo peor, a la luz de lo que
pude observar en varios centros electorales, es la clarísima evidencia de que
en materia política, las estrategias siguen siendo las mismas, y la manera de
hacer política, se centra tácticamente solo en la burda y “comprada” capacidad
de movilizar maquinaria electoral; es decir, votantes cual rebaño de ganado
bovino, hacia los centros de votación. Lo demás, -la exposición y debate de
ideas-, hace tiempo que yace en la basura.
Si llega a ganar la
oposición, es simplemente porque algunos detrás del poder, decidieron cambiar
las cosas para garantizar sus propias supervivencias mediante la protección de
sus intereses económicos, porque hay que ser diáfanos: Lo que diga la gente,
hace rato no es materia prioritaria en una nación donde cualquier elemento de
republicanismo, se perdió o violó flagrantemente.
Por el contrario, si gana el
oficialismo, será la evidencia más clara de la autopreservación del régimen, y
del pervertidamente atractivo, -casi sexualmente-, y lucrativo negocio del dólar a
6,30 bolívares.
Con tristeza debo decir que
por la situación presente y de inmediato futuro que atraviesa esta nación, si
hay otra alegoría más cercana a lo que un burdel es, (hablando de Venezuela),
la desconozco.
La Venezuela sodomita; la que perdió el respeto a todo, y donde unos
pocos y contados millones, disueltos entre otros muchos e incontables millones
(insisto: nadie sabe a cuantos
extranjeros se ha cedulado como ciudadanos venezolanos de nacimiento en la
ultima década), tratan de subsistir y aguantar, mientras los más, se forman
casi que con arrogante orgullo chavista, en filas de estéril tierra donde lo
sembrado nunca floreció, y aún así hoy seguir aprovechando las dadivas que
inteligente y perversamente, el gobierno de Chávez y Maduro, aún ofrecen.
El país se acerca
inevitablemente a la colisión con su propia realidad ignorada; mientras más se
hace evidente la incomprensión de lo que ocurre por parte de las mayorías,
mayor es la velocidad final de impacto.
Nada estará hecho; todo estará
por construirse luego de que solo restos humeantes queden diseminados entre
quejidos y lamentos. No había necesidad de esto, pero las mayorías lo han
querido así, con una altivez casi que inaudita. Triste contemplo el estar ahora montado en ese
mismo tren, sufriendo las penurias de un salario que no alcanza para comprar todos
los alimentos de mi familia; impotencia supina al contemplar mientras, a los que detentan
el poder, solo sufrir por el peso de los fardos de dólares que de apoco se han
montado encima para su uso particular, mientras que la justicia es solo una
concepto de comiquita en estas tierras.
La impunidad ha creado una
sociedad monstruo, que ya no se reconoce a sí misma. El arrogante y enfermo amo
que la moldeó, murió, y los perros con los que dominaba a todos, ahora libres
están para arrasar y destruir, una vez que incluso se devoraron el cadáver de
su amo. Conseguir ahora una razón para que esa sociedad se sacrifique y con
ello construya un capullo de seda
capaz de hacerla mutar a una figura hermosa, casi cae en el terreno de lo
utópico, y con ello, como premonitorio señal de lo que viene, nos arrastra a
todos al borde de un sufrimiento intenso, que puede extenderse por años…
Mientras, los más optimistas, pasan por el episodio de la “Alegría de tísico”, como dirían en mi tierra, al pensar que con ganar la
oposición, las cosas se arreglarán como el "borrón y cuenta nueva". Eso es tan iluso, como pensar que los
chavistas ya están preparados para aceptar que se equivocaron, desechar a
Chávez y a cualquier figura caudillista, y sentarse a hablar con todos los
demás solo sobre el presente y el futuro, dispuestos todos a execrar la
impunidad.
…o quizás, con el favor del gran Dios de las alturas,
¿Pudiera yo estar equivocado, y lo increíble aun es viable de ocurrir?
El referéndum revocatorio contra Maduro llegará, ¿Pero lo hará a tiempo?
Ustedes reflexionen, y vean
con los ojos de la razón justa y venezolana que quizás aun guardamos en alguna
parte, lo que se ha extraviado en medio de tanto error…
No esperen salida fácil; no
la hay ya.
Los perros sueltos deberán ser apresados y pagar con justicia
cristalina, para que la frase “creer en algo”,
vuelva a tener sentido en este país.