Cuando pienso en el concepto de inamovilidad laboral, lo primero que se me viene a la cabeza, como buen ciudadano de a pie en esta tierra, en una frase popular:
"Ni tan calvo, ni con dos pelucas".
Creo que proteger a la gente de medidas de reducción de personal, muchas veces injustificadas, porque los dueños de empresas o comercios simplemente tomaron malas decisiones en el pasado, y buscan resolver esto sacrificando al eslabón mas débil de la cadena social (pese a ser el principio y fin de la misma valiosa cadena, en realidad), es una política (es decir, "negociación" razonable y socialmente justa), digna de utilizarse a nivel de los gobiernos, con la intención de proteger a la gente, aunque no podemos perder la perspectiva, y para eso hay que entender dos cosas por lo menos:
1.- Mientras influyan factores externos a nuestro país (competencia desleal, competencia superior en calidad, impuestos de ingreso a una nación, subsidios, entre otros), el manejo de la dinámica requerida, exige de talentos y compromisos excepcionales, no evidenciados en la practica en nuestro país.
2.- Para que un país sea competitivo socialmente en el buen sentido (proactividad individual y social, compromiso, esfuerzo, preparación académica, infraestructura y superestructura industrial, apoyo tecno-científico autóctono), debe existir un conjunto de políticas sustentables y verdaderamente racionales, justas y socialmente comprendidas, dentro de Venezuela.
1.- Mientras influyan factores externos a nuestro país (competencia desleal, competencia superior en calidad, impuestos de ingreso a una nación, subsidios, entre otros), el manejo de la dinámica requerida, exige de talentos y compromisos excepcionales, no evidenciados en la practica en nuestro país.
2.- Para que un país sea competitivo socialmente en el buen sentido (proactividad individual y social, compromiso, esfuerzo, preparación académica, infraestructura y superestructura industrial, apoyo tecno-científico autóctono), debe existir un conjunto de políticas sustentables y verdaderamente racionales, justas y socialmente comprendidas, dentro de Venezuela.
Dicho esto, la inamovilidad laboral sería un recurso negociable digno de mantener presente, que funcione como amortiguador capaz de "absorber" los baches del camino económico, a condición de que no ampare a factores negativos, como el monopolismo, o las hiper-ganancias, y por el lado del trabajador, no fomente o proteja a individuos negligentes o abiertamente reacios al trabajo, -que sabemos que abundan en el sector privado y publico-, y que consiguen en la madeja de las leyes y normas siempre en defensa del trabajador o trabajadora, indistintamente de que este sea productivo en términos constitucionales, o no. (insisto: no soy economista y mucho menos, político "todo lo justifico", pero como todos, puedo discernir y concluir)
Y ya con esto esto ultimo, debemos llegar a la pregunta con la que titulo esta entrada:
¿La "inamovilidad laboral" también aplica para Nicolás Maduro?
Tienen que reconocer que es una contradicción absoluta el que se discuta con tanta vehemencia sobre puestos laborales, pero tan poco sobre los "puestos políticos", sean producto de una elección popular, o de una asignación directa por parte de quien ganara dicha elección. Así las cosas, y aún sabiendo que pasada la mitad del periodo para el cual fue electo un presidente, éste puede ser removido vía un referéndum revocatorio, cabe la pregunta: ¿Por qué si un presidente lo está haciendo muy mal, "solo" puede ser removido pasado tres años?
¿Por qué debemos someternos al castigo auto infringido de aguantar dos años más de mal gobierno (dado que no hay manera en que podamos influenciar sobre su actuar, so pena de ser llamado apátrida desgraciado, antichavista o traidor a la patria), si con uno ya vivido en manos de Maduro, hemos visto lo que puede dar el hombre?
Hay una profunda contradicción en esto, y una seña clara de falta de madurez para reconocer que los cambios pueden llegar antes de lo planificado, y aún así, no derrumbar el orden constitucional; pese a las continuas loas que se vierten sobre nuestro sistema democrático, -más parapeto que otra cosa al presente-, lo cierto es que aún dista a una enorme distancia de lo que sería deseable.
Para muestra, un botón, como dicen:
Para muestra, un botón, como dicen:
El proceso para sacar por la vía refrendaría a Maduro, pasa hoy en día (y no lo vayan a negar, que todos saben como están las cosas aquí), por un traumático conflicto político, donde ambas partes interesadas (la que lo quiere mantener a toda costa, y los que consideren que es momento de darle oportunidad a otro/otra en el cargo), se lanzarán mortíferos cuchillos, tratando de descalificarse y destruirse mutuamente, exponiendo en el ínterin, a cuanta persona estando de por medio, desee firmar en apoyo al referéndum, a la picota de la discriminación social y política, con repercusiones incluso laborales (puedes ser botado de tu trabajo), en lo que su nombre salga publicado (ilegalmente, pero en el país del descaro, ello no importa), en una reedición de la malsana y creadora del apartheid político venezolano, "Lista Tascón".
Lo que está claro al día presente, es que no existe en el horizonte la posibilidad de que un político venezolano renuncie ante un cargo de conciencia personal; no hay manera de que este o esta digan "no estoy llenando la expectativa de la mayoría, así que debo dejar paso a otra persona". Eso no es mas que febril fantasía de un ilusionado ciudadano...
Maduro ha dado suficientes muestras de incapacidad estratégica y táctica (usando sus terminos), para gobernar, y resulta casi una certeza el proyectar que otro par de años en el poder, serian sacrificios nacionales lanzados al brasero de la futilidad.
Yo quiero que su mandato termine por la vía constitucional, aunque reconozco que solo mediante una mayoría aplastante podría esto ser una realidad: Las dudas que existen en torno a la legitimidad y honestidad del CNE, hacen inviable un triunfo por "mitad más uno"; misma situación por cierto, para las venideras elecciones de la Asamblea Nacional, donde virtualmente no hay manera de lograr una "tres cuartos de la plenaria" en contra del actual gobierno, no solo por lo amañado del CNE y la estructura legal creada para convenientemente darle mas curules al oficialismo, sino por la escasa credibilidad de lo que hoy se levanta lánguidamente como oposición. (Y si no me creen, pregúntenle a Capriles R., qué hizo cuando se supo perdedor de las elecciones presidenciales: ¿Se sabía derrotado en verdad, o no tuvo el coraje para reclamar lo ganado?)
NOTA: Y culpen de ello a todos y cada uno de los que se arroparon de MUD.
NOTA: Y culpen de ello a todos y cada uno de los que se arroparon de MUD.
Maduro representa todo lo negativo que Chávez permitió que naciera y creciera dentro de su gobierno y el entorno de intereses que rápidamente se formó al rededor de su figura, como la oposición representa el cúmulo de variables negativas concebibles para una alternativa política frente al ya extinto presidente.
No debe existir inamovilidad laboral para Maduro ni para la malsana corte que se ha formado en complicidad con la pareja presidencial (incluyendo a Diosdado, Jaua y demás personeros aprendices de autocratas). Su gobierno debería terminar este mismo año, mediante un mecanismo constitucional. Ante la supresión de facto del articulo 350 de la carta magna, las posibilidades solo se han visto reducidas a un mea culpa del mismísimo Maduro, con lo que en la practica, la partida de ajedrez esta trancada y no quedará tabla, pues perdemos todos con esto.
Como ven, volvemos al mismo punto muerto. Chávez es ese punto muerto, del que chavistas y oposicionistas, aún no salen. El modelo conceptual que intentamos manejar de nación, se cae a pedazos peligrosamente, y las puertas del "Estado fallido", hace tiempo que fueron abiertas en Venezuela.
Insisto: Maduro debe renunciar, y no hacerlo sin antes exigir un gobierno de transición multipartidista, respetuoso de lo socialmente justo, previo compromiso de que solo dos candidatos de consenso serán propuestos, con un CNE reelegido igualmente por consenso, con el apoyo de el TSJ, quien por última vez deberá "interpretar" la constitución para ejecutar esta maniobra política de común acuerdo entre todos, mientras se prohíbe la salida del país de cualquier los políticos en funciones de gobierno, a la espera de un escrutinio de sus posesiones en Venezuela y fuera de esta.
¿Suena a fantasía?; entonces eso quiere decir que las opciones razonables, socialmente justas y equilibradas, capaces de construir una verdadera confianza y Fe en el sistema, están mas allá del horizonte de nuestras concepciones políticas nacionales, y por ello, quizás seguirá indetenible el sufrimiento en el desierto político en el que hemos decidido perdernos, con Maduro como guía...
¿Hasta cuando la política será manejada como asunto de complicidad y acuerdo entre partes ocultas?
¿Cuantas decadas habrá que esperar para que Venezuela sea el país que puede ser?
Insisto: Maduro debe renunciar, y no hacerlo sin antes exigir un gobierno de transición multipartidista, respetuoso de lo socialmente justo, previo compromiso de que solo dos candidatos de consenso serán propuestos, con un CNE reelegido igualmente por consenso, con el apoyo de el TSJ, quien por última vez deberá "interpretar" la constitución para ejecutar esta maniobra política de común acuerdo entre todos, mientras se prohíbe la salida del país de cualquier los políticos en funciones de gobierno, a la espera de un escrutinio de sus posesiones en Venezuela y fuera de esta.
¿Suena a fantasía?; entonces eso quiere decir que las opciones razonables, socialmente justas y equilibradas, capaces de construir una verdadera confianza y Fe en el sistema, están mas allá del horizonte de nuestras concepciones políticas nacionales, y por ello, quizás seguirá indetenible el sufrimiento en el desierto político en el que hemos decidido perdernos, con Maduro como guía...
¿Hasta cuando la política será manejada como asunto de complicidad y acuerdo entre partes ocultas?
¿Cuantas decadas habrá que esperar para que Venezuela sea el país que puede ser?
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