(Caracas, 12
de septiembre – Noticias24).- El presidente de la República, Nicolas Maduro,
aprobó que las candidaturas del chavismo para las elecciones parlamentarias
estén integradas por un 50% de jóvenes durante la clausura del congreso de la
Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (Jpsuv).
Creo que es sano establecer que el
cambio en las cosas de la vida es bueno, siempre y cuando eso cambios sean
beneficiosos en el contexto de lo moralmente correcto. Lamentablemente, para
escoger entre un cambio positivo y uno negativo en este sentido, generalmente
solo podemos apelar al sentido común, que a su vez regularmente está construido
sobre el entendimiento que tengamos de nuestra propia experiencia de vida y de
la historia colectiva, sea local, regional, nacional o universal. Esto
obviamente nos deja ante un enorme hoyo donde las posibilidades de lo divino y
lo bizarro, caen indistintamente en el, haciendo la tinta con la que finalmente
escribimos lo que hacemos.
Esto lo digo porque en esa propuesta
que ha hecho el presidente adjudicado de Venezuela, Nicolas Maduro, aunque
pareciera ser innovadora frente a lo que en los últimos 15 años se ha
planteado, insinuando que ofrece una nueva oportunidad a un sector de la
población (la de los muchachos de 18 a 30 años), en realidad lo que hace es
reforzar la dictadura resultante del poder y las decisiones tomadas en un cenáculo
de poder encumbrado alrededor de Miraflores: Decir que un 50% de los diputados
deben ser mujeres, (limitando con ello que por avatares políticos, 75% de los
candidatos ganadores sean mujeres u hombres), o que el 50% deben ser menores a
30 años, (impidiendo con ello que la experiencia de candidatos de mayor edad
pueda ser elegida en mayoría), es delimitar a su conveniencia, la futura
asamblea nacional.
Perfectamente podemos asumir que al
afirmar esto, Maduro esta avisando, que quizás el 75% por ciento de los
actuales diputados por el PSUV y sus aliados, deberán desistir de cualquier
ambición o aspiración de ser reelectos en sus curules en la asamblea.
Delimitar lo que la población puedo
elegir, es peligroso, aunque las restricciones vengan por algo tan
"inofensivo" como la restricción de edad, o el sexo.
De esto, a que luego digan que la
mitad de los diputados deben ser blancos, o negros, o indígenas, o que un
porcentaje debe representar siempre a otras tendencias sexuales, religiosas, o
políticas, solo hay un paso, y les digo queridos compatriotas, que ello no es
más que un ingrediente innecesario agregado a este insulso y corrompido caldo que
han pretendido hacer en nuestro país para alimentarnos a todos con el mismo
plato de la sumisión y la descontextualización sobre toda referencia moral que
aún quede.
Los diputados deben ser de libre
elección, en función de lo que ofrecen. No puede haber limitantes en términos
de edad, ni de sexo reconocido en la constitución.
Un presidente no puede establecer límites
más allá de los que la carta magna establezca, como nunca debió permitir la
aberración de que cada hombre o mujer llegado a un cargo de elección popular,
podía encumbrase eternamente en ese poder, mientras que la reelección
existiera, enmarcada como lo son las nuestras, en tantos abusos y mentiras.
La juventud solo es un valor que tiene
sentido cuando se pone como referencia a la madurez de la vejez, y viceversa;
es por ello precisamente que los jóvenes van a las escuelas y a las
universidades, donde sus autoridades son los mayores: aquellos que fueron
jóvenes alguna vez y aprendieron, siendo ahora los que trasmiten la
experiencia.
Maduro se equivoca, una vez más.
Descontextualizar el peligroso.
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