Aunque
me aferro a la visión amplia de las cosas, buscando comprender aquellos pasos
que aún están por delante del que hoy doy, no quiero ocultar lo que como
venezolano de a pie, debo enfrentar a diario, ante el escenario que me rodea, y
del que no quiero escapar, por convicción de que ello no sería correcto, y por
lo cual me planto en este blog a decirlo, sin miedo a los esbirros de la injusto
y tiránico.
Soy
como cualquier otro: Quería un año 2015 mejor, donde pudiera mirar con orgullo
a mis hijos y decirles que aquí estaba su futuro; deseaba poder hablar con mis
amigos sobre las grandes estrategias que como venezolanos estábamos
implementando para conseguir metas sociales dignificantes para todo aquel que
quisiese ponerle corazón al trabajo y al estudio, al tiempo que apoyábamos al
desvalido. Deseaba hablar de metas logradas; consideraba con emoción el conversar libremente sobre situaciones
adversas generadas por nosotros mismos que debían ser corregidas, y no sobre “guerras
económicas” que casualmente siempre son “por culpa de otros”, pero al final del
2014, veo que nada de esto es posible.
Sigo
hundido en un país que no es la Venezuela que puede ser en realidad, pues en
esta, contra todo pronóstico (salvo el que yo mismo hice para estas fechas el
año pasado), Chávez sigue siendo la
maravilla bajo la cual poner como sacrificio nuestros propios criterios, y los
que piensen distinto son despreciables y apátridas.
Sigo
en una nación cuyo gobierno se cree, de
acuerdo a la propaganda ellos mismos inventan, “ungidos” por el mismísimo Simón
Bolívar, para liderar a toda la América, mientras que en realidad, no logran ni siquiera atarse los zapatos de su
propia dignidad social.
Aún
hoy tengo que seguir contemplando como amenazan con quemar sus visas
americanas, ante la “afrenta imperialista gringa” (mientras Cuba y
Washington curan viejas heridas y restablecen relaciones), pero en el ínterin,
veo que a las plazas Bolívar del país, no acuden los políticos y
funcionarios ante los tímidos llamados, porque todos están pasando sus
vacaciones en Disney-Orlando.
Aquí
sigo, viendo con impotencia, como Maduro se confunde más en su accionar, al
estar enroscando piezas de su negligente gobierno, tratando de mantener las
cuotas de poder que lo preserven en la presidencia, mientras es custodiado por
una golosa FAN, que degusta plácidamente en apariencia, las mieles que da la sumisión,
primero al Sr del feudo, y luego al hijo de éste.
De
nada sirve ni siquiera indagar en los medios buscando enterarme sobre las
decisiones de quienes elegirán para los cargos de los poderes públicos del país
en la Asamblea Nacional o en el Tribunal Supremo de Justicia, pues tengo la
certeza de que siguiendo cualquier interés inconfesable, (los menos apropiados
para lo justo y lo moral), serán precisamente los elegidos allí, con el único
fin de mantener el pérfido statu quo de aquello que se ha erigido como régimen
dictatorial idóneo, -para quienes
llegaron a la cúspide y mas nunca se bajaron-, lubricado por el petróleo
introducido por cuanto orificio han podido encontrarle al país.
¿No ha demostrado el
gobierno que con manejar todos los poderes mediante autoridades laxas y permisivas
frente a sus objetivos y acciones, es lo mismo que tener una dictadura clásica,
pero sin forzar la legalidad que ellos mismos por cierto, interpretan y manejan
al tener entonces la pleitesía de todos los poderes constitucionales
contemplados?
Por
estas cosas es que el ver como nombran a Ramírez embajador ante la ONU, o a la
hermana del cínico alcalde de Caracas, como Canciller de la Republica, no debe generar
extrañeza, dado el actual estado de las cosas.
Y
ya que estoy planteando preguntas, acá están otras dos:
¿De qué sirve la “participación
política del pueblo”, si un gran sector de este mismo mantiene incólume su
actitud de aceptar todo lo que se le imponga, so pretexto de disfrutar cuanta
dadiva social se establece, en el paralelo aparataje burocrático del poco
determinante “poder popular”?
¿Y no es cierto que por
lo menos, el 25% de todas las misiones y ayudas, incluyendo casas y vehículos, construidos
con capital y personal de otros países, terminan en manos de ciudadanos que ni
siquiera son venezolanos?; ¿Es eso eficiencia, o solo el producto de la
desfachatez de aquellos políticos quiénes teniendo el poder, buscan los votos
de quien sea con tal de mantener la farsa electoral vigente?
Pero
no perdamos la perspectiva: no todo lo criticable recae solo en el gobierno. La
oposición es la gestora de este gobierno sin control, como extensión de ella
misma que es, (¿recuerdan la moneda y sus dos caras cuarta y quinta republicana?),
y si no, contesten estas preguntas:
¿Realmente alguien cree
que después de que el oposicionismo despotrica de continuo contra el CNE, tenga
algún sentido ahora ir a elecciones bajo la misma plataforma “dictatorial” que
denuncian, teniendo incluso, a los mismos rectores, premiados con la reelección
infinita por sus buenos servicios al gobierno?
Si
la oposición va a elecciones legislativas y las gana, (cosa que no es seguro ni
merecen), ¿Acaso no estaría demostrando
con ello también ante el mundo que todos los procesos electorales que antes
denunciaron como amañados, fueron en realidad “legales y honorables”?;
¿Dónde estuvo el error político de la oposición entonces?
Así
están las cosas, y se entiende que nada impide que pasado 16 años, aún deba ver
como Chávez es exaltado al “Olimpo de los dioses fantásticos”, mientras que la oposición
no pasa de ser una efímera “quimera” inútil en su existencia, más allá de
representar al opositor en esta obra teatral de segunda en la que nos hemos
convertido.
¿Hay otro ejemplo más
representativo de aquello que es patético?
Seria
digno de impresión el ver como aún hay gente que pone su pensamiento y
capacidad de crítica por debajo del mostrado por el ya fallecido Chávez, al tiempo
que hay gente que prefiere someterse a la mentalidad mediocre de la cúpula
opositora, con tal de no reconocerle a Hugo Chávez y a la época que representó,
un valor especifico en el cumulo de consecuencias que tocaba socialmente
experimentar como país (que no como
nación integral y soberana en su propia conciencia venezolana, pues ello
escapa, -incluso hoy en día-, a nuestra imaginación colectiva), hasta el
presente, y quizás por unos años más…
No
hay nada que indique que los venezolanos, -y
los extranjeros que entre nosotros siguen viviendo como tales-, estén comprendiendo
aún lo que ocurre en todo su contexto, y ello está dando pie a que engendremos
entre nosotros, la imposibilidad de un cambio pacífico en Venezuela, en la
medida en que las instituciones se hacen menos representativas de las mayorías,
y esto ocurre porque fallas fundamentales siguen omnipresentes entre nosotros
como sociedad, como especie de 7 pecados que resultan capitales,
sin perdón de por medio que permita exonerarnos ya de las terribles
consecuencias:
1.-Lujuria: Creyeron las mayorías que el dinero
es el poder que sustenta todo concepto moral que quisiéramos imprimir en el entorno
nacional e internacional donde decidiéramos presentarnos; aceptamos como medida
de nuestra prosperidad, la capacidad de comprar lo que nuestras “necesidades”
quisieran, aún incluso si pudiera ser fabricado en nuestro país, todo bajo la
tutela y discrecionalidad de un solo hombre.
2.-Gula:
Aunque los
recursos económicos mermen producto de alguna variable económica o política de
orden mundial, seguimos negándonos a cualquier cosa que suponga dejar de atragantarnos
de los recursos que consideramos debemos consumir casi que con desespero, cual
desahuciado con solo días de vida.
3.-Avaricia
/ codicia: Quienes
tuvieron acceso al poder, fueron todos arrastrados por la tentación de tomar
para sí, los frutos ennegrecidos del subsuelo venezolano, como si de un derecho
adquirido fuera, solo por tener acceso a su manejo y administración. La
discriminación y la estratificación de la sociedad venezolana entre quienes
están conectados y aquellos que no lo están, predispusieron el escenario para
la debacle que finalmente la impunidad traería en lo moral.
4.-Pereza: ¿Para
qué esforzarnos en buscar la propia prosperidad, en medio de tanta injusticia,
si el gobierno ofrece resguardo mientras llegamos a un nuevo mundo de
prosperidad ya prefabricado con petróleo? La aparición del estado como
exacerbada y todopoderosa “muleta”
donde apoyar cualquier limitación conceptual y existencial que exhibiera la
sociedad, desató todos los demonios del subdesarrollo concesibles.
5.-Ira: “Aplastaremos
a quienes piensen distinto a nosotros, aunque sean nuestros hermanos; los
haremos polvo cósmico”; la institucionalización de un importando apartheid político a lo interno de las
fronteras del país, mimetizado en la falacia del cuarto republicanismo
necesario de execrar, como herramienta eficaz para identificar a la némesis a
quien atacar y culpar por todo lo que este mal, dejó a flor de piel la
intolerancia y el odio del que el venezolano es capaz de exhibir.
6.-Envidia
/ celos: Nunca la
intriga había sido el pan de cada día en la Venezuela de los últimos 40 años;
la obsesión con el poder y los recursos económicos movidos tras de este, han
propiciado una visceralidad en el trajín político, que no ha hecho más que
exponer la vena ambiciosa de quienes sustentan el poder político en el oficialismo
y la oposición.
7.-Soberbia: Arrogancia ha sido el común
denominador en toda expresión política expuesta en el país desde los tiempos de
academia de Chávez. Ambición política es lo que ha predominado en cada hombre o
mujer llegado a un puesto político, con la proyección de su propia imagen como
fin último en sí mismo. Mientras, los sumergidos en la polarización política,
(chavistas y opositores), se niegan a admitir error alguno, construyendo con
ello el infranqueable muro que ha impedido mirar el horizonte de nuestras propias
posibilidades.
Imposibilitados
estamos entonces para poder construir algo distinto, en tanto seguimos
depositando nuestras esperanzas en lo que ya existe. La aparición de un
conjunto de opciones de consenso, aguardan más allá a la distancia que alcancen
los improperios que aún somos capaces de lanzarnos los unos a los otros.
Estamos
ante un gobierno que se montó hace rato en lo cuestionable moralmente, y por
ello criaturas acomodaticias como Nicolás Maduro pueden llegar al poder solo por
ser el sucesor monárquico en un reinado ficticio; de nada importó que fuera un
hemofílico político, débil a la hora de dirigir el feudo heredado, mortalmente
sitiado por las intríngulis de sus propias ambiciones y de quienes le rodean
Mientras
el esté en el poder, -rodeado de quienes
meten su hombro para sostenerlo-, las cosas parecen inevitablemente
encaminadas hacia un estéril territorio de donde sudor y sangre habrá que
derramar para salir. Mientras estemos divididos tan medularmente como lo
exhibimos al presente, donde solo puedes expresar que eres chavista, de oposición
o elegir por el silencio de la incomprensión de esos ya viscerales dos bandos,
nada nos evitará la debacle política y económica producto de la crisis moral.
Yo
en lo personal, estoy harto de vivir en un país que elige ser bipolar, dominado
por un gobierno que se exhibe como el paladín de una justicia que no llegó
nunca, mientras las mayorías sin nombre, viven aferradas a su propio día a día,
y bajo sus propias reglas, anónimos todos
bajo el pseudónimo de PUEBLO…
…Quiero
el país que siempre hemos tenido delante de nosotros, jalándonos hacia
adelante. Es posible alcanzarlo. Es cuestión de no poner más el futuro en las
manos de un solo individuo, ungido por la infantil idea de ser un mesías.
Solo
cuando la idea de una noción superior a todos nosotros, pero garante de la prosperidad individual, se establezca por
consenso nacional, las cosas comenzarán a cambiar.
No
estamos tan mal como muchos pueblos del mundo, pero tampoco estamos tan bien
como nuestras verdaderas capacidades colectivas ocultas, nos lo permitirían,
entre el concierto de las naciones.
Hay tiempo aun, pero no
sin dolor ya, para nuestros hijos y para nosotros mismos.
Quisiera
desearles una feliz navidad y un prospero año 2015, pero siento que sería una hipocresía
de mi parte; reflexionen en lo que hemos hecho mal, y piensen en cómo nos
podemos poner de acuerdo para dejar de ser una nación inútil.
NOTA: Este mensaje es para los muchachos y
muchachas que tomarán las riendas de este país; no para las mayorías adultas
que desbarataron con los pies, lo que otros pocos trataron de hacer con las
manos…
Nosotros
los adultos, somos los únicos responsables de este despelote llamado Venezuela.
No busquen culpables afuera.
Suerte
en el 2015; que Dios les guie en la tarea de seguir cultivando sus valores.
Mi
saludos y respeto a todos los presos políticos que primero Chávez, y luego Maduro, tienen dentro
y fuera de Venezuela.
La disidencia política no debe ser excusa para el encierro de un hombre o una mujer.