Han pasado para la fecha presente, cerca de dos años desde que no escribía en el blog, lo que no había vuelto a hacer un poco bajo la débil convicción (lo reconozco ahora) de que ya existía la sensación de que "todo estaba dicho", y que la población actuaría en consecuencia más pronto que tarde reclamando su libertad, ante la alternativa que era sucumbir ante la tiranía.
El caso es que no fue así, y 21 meses que bien pueden ser un auténtico "viaje extenso" en la vida de cualquier persona, para el caso de Venezuela en específico sólo han sido un "suspiro" mientras permanece de facto estancada en su propio laberinto existencial, más como un estado fallido, que como una nación soberana y clara.
Definir estos últimos dos años, con sus profundas repercusiones, no resulta tarea simple en un primer vistazo, teniendo en cuenta el calamitoso grado de sometimiento y sumisión que se observa aún en mucha de su población, cuyas miradas vacías de direccion cada vez se parecen más a la de las víctimas de la II Guerra Mundial del siglo pasado, o a la dictadura cubana del siglo XX y XXI, y no precisamente por el hambre o la barbarie de quienes somenten y masacran, sino por la esclavitud voluntaria autoinfringida como consecuencia de un vacío conceptual en la psique social.
Parece momento para retomar un poco la reflexión, sin más pretensión que la de entender lo que ocurre, buscando descubrir la verdad.