miércoles, 20 de julio de 2016

El CNE y la inmoralidad que rebozada desde Miraflores, recorre impune sus pasillos.

El artículo 72 de la CRBV es sumamente claro y no deja espacios para interpretaciones:
Artículo 72. °
Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables.
Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.
Cuando igual o mayor número de electores o electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocación, siempre que haya concurrido al referendo un número de electores o electoras igual o superior al veinticinco por ciento de los electores o electoras inscritos o inscritas, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley.
La revocación del mandato para los cuerpos colegiados se realizará de acuerdo con lo que establezca la ley.
Durante el período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria no podrá hacerse más de una solicitud de revocación de su mandato.

No traigo este artículo meramente por recordarlo en momentos en que ya todos saben que el gobierno y el CNE abiertamente se han parcializado hacia el no cumplimiento de este mandato constitucional, en franco golpe al establecimiento republicano. Lo hago porque hay una pregunta que moralmente nos muestra una respuesta muy contundente desde la perspectiva de la ética más elemental que debe exhibir y practicar un servidor público, pero que sugiere otra muy distinta cuando de política en Venezuela se trata:
¿Y si llamado el proceso para recabar el 20% de firmas, resulta que la masa de población que solicita el revocatorio del mandato de Nicolás Maduro supera incluso en número de votos que obtuvo en su cuestionada elección (7.563.747)…?
Referencia: http://www.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3171
Considerando que según la misma carta magna, “la soberanía reside en el pueblo”, se antoja que semejante expresión de soberanía, manifestada mediante una auditada voluntad del pueblo a través de los “modernos mecanismos” que posee el CNE actual para ratificar la veracidad de la misma, debería implicar inmediatamente una profunda reflexión moral en el ejecutivo nacional, y por mero impulso ético, -aun sin darse en si mismo el formalismo del revocatorio-, éste (Nicolás Maduro), debería renunciar, ante la realidad aplastante de ver como más gente de la que votó por él, quiere que renuncie y haya un cambio total de gobierno.
El artículo 72 indica claramente que para un gobierno dado, “pasado la mitad del periodo para el que fue elegido”, el soberano puede solicitar el revocatorio del mismo; esto significa que los argumentos del propio gobierno, acerca de que “tenían que haberlo pedido en enero”, son solo falacias.

No es necesario escribir más sobre esto; SI LLAMADO EL PROCESO DEL 20% DE LAS FIRMAS + HUELLAS, ASISTEN MÁS DE 7.600.000 PERSONAS, NICOLÁS MADURO DEBE CONSIDERARSE REVOCADO Y CONSECUENTEMENTE, DECLARAR RENUNCIA INMEDIATA AL CARGO.

Comentario adicional: Les digo que la única forma en que Nicolás Maduro y el gobierno Chavista pueden demostrar que no estamos en dictadura, es haciendo el revocatorio y ceder el poder en caso de perder dicho referéndum.
Tras 17 años de hegemonía absoluta, y de una forma descarada de hacer política y oposición, no hay opción posible constitucionalmente accesible, ni moralmente aceptable.

Si la impunidad sigue, la debacle de todo lo erguido en este país continuará invariablemente su camino, y cuando mas lo modificará, será para acelerar y dejar todo en ruinas...

sábado, 16 de julio de 2016

TODO lo bueno y TODO lo malo que ocurra en Venezuela, pasará en función de que se concrete o no el Referéndum Revocatorio de Nicolas Maduro

Porque el tiempo pasa y las cosas no cambian, es que escribo; la necesidad apremia en un país que se está cayendo a pedazos, sin importar la presencia que pretendan asumir los que gobiernan, pues al final, no pueden con la omnipresencia del elemento corruptor que ha minado toda institución, y casi de alguna manera, casi todo corazón en esta nación.

Vestir al país de verde oliva no será suficiente para enmendar los entuertos; nunca lo ha sido, y no hay razón para que sea distinto ahora; tampoco lo será amenazar y usar un lenguaje cada vez mas abiertamente ofensivo hacia cualquier cosa o persona que constituya semilla de critica hacia la rigidez de un sistema de gobierno y una actitud social que no ha facilitado cambio alguno en los paradigmas humanos fundamentales que aquejan a toda la sociedad.

Todos los políticos, sin importar el bando en el que se aniden, saben que el tiempo constitucional esta siendo pisoteado, y cada uno trata de predecir las consecuencias de ello en relación a sus propios intereses y los de sus grupos de influencia y poder.

Todos ellos saben que están pecando contra la población, al arrojarlos al fuego donde pretenden inmolarlos como si de inútil ofrenda de sangre para un dios pagano se tratara.

Pareciera que las mayorías no comprenden la magnitud de la tragedia, y la necesidad imperiosa de comenzar a forzar algún cambio, en alguna dirección, a través del mecanismo revocatorio del que se ha erguido como el mas inútil en la historia de Miraflores.

Es necesario a estas alturas de los acontecimientos que no dejan de abofetearnos el rostro a punta de inflación e injusticia, ubicarnos en el contexto de los acontecimientos que nos están destruyendo, y no tener miedo a darle una nueva definición al termino "Dictadura": "Gobierno presidido por uno impuesto en el poder a través de un sufragio acaramelado con dádivas y mucho dinero, en donde sin importar el número de elecciones realizadas todos los años, al final se hace lo que el presidente en funciones diga".

Ante todo esto, solo por poco hay tiempo para cambiar las cosas; solo por poco se podrá -como lo haría un diestro torero en el frenesí de la locura de una fiesta taurina frente al animal mortalmente herido-, capotear a las rectoras del CNE en su trágica insistencia de pasar a la historia como desertoras del mandato constitucional.

sábado, 9 de julio de 2016

El siempre equivocado Nicolás Maduro.

Otra perla del adjudicado presidente venezolano:
“Venezuela tiene que aprender a vivir con petróleo a 40 y a 45 dólares para dejar de ser un país rentista”
                                                                        Nicolás Maduro, 16/06/2016

De la misma manera en que un delincuente puede en algún momento decir una gran verdad y no por ello dejar de ser un delincuente, así un presidente en ejercicio puede decir algo muy cierto y sin embargo, seguir siendo un muy mal presidente, necesario de sustituir y enjuiciar
Vamos a aclarar unas cosas:
Aunque ciertamente Venezuela ha vivido con petróleos más baratos en el pasado (y puede volver a hacerlo), y le conviene aprender a vivir con racionalidad la administración del dinero público, la verdad indiscutible es que hoy por hoy es tu gobierno el que se traga insaciablemente cuanto recurso llegue por la renta petrolera sin importar el precio de éste, y no el pueblo.
Y de paso: ¿Qué diferencia hay entre “vivir” de un petróleo a 100$, o a 40$?; ¿No sigue siendo el mismo rentismo parasitario el que se incita con cada una de las políticas que tú religiosamente replicas tras la herencia de décadas de mal manejo?; Porque acaso, ¿No ha sido así durante 100 años en Venezuela?
Por eso digo que el primero aquí que debe dejar de vivir del rentismo petrolero (y hasta del IVA que le “pegas en el pecho” a cada ciudadano en este país, aunque sea un ciudadano pobre), eres tú Nicolás Maduro, perfecto ejemplo de incapacidad, descontrol y descoordinación, único con la inmoralidad necesaria para aún llamarse (con la suficiente dosis de cinismo que se requiere), Presidente de Venezuela.
El único que ha introducido una presión inflacionaria, un sectarismo político y social, una espiral de desabastecimiento, así como una cada vez peor atención hacia el ciudadano por parte de todas y cada una de las instituciones y dependencias del Estado, es precisamente tu gobierno nacido de los errores de Chávez, y no el mero hecho de que el petróleo en medio de sus fluctuaciones normales, haya bajado de precio, para luego subir, y con lo que el país se pone innecesariamente al borde de un caos.
Por cosas como estas Nicolás, por desfachateces como esas al hablar sin parar ni pensar, es que no podemos seguir aceptándote como presidente, y exigimos que el mecanismo institucional del referéndum revocatorio se ejecute, ante la clara necesidad que tenemos de botarte del cargo y hacerte pasar a la historia como el primer presidente despedido por malo, mediocre y embustero.
No hay razón suficiente para seguir postergando el cambio necesario, a menos que las mayorías sociales aun no estén entendiendo el asunto: Nos hemos vuelto un país tan ridículo, que ya casi podemos decir que por cada 40 dólares que ingresan por barril del petróleo al inicio del presente semestre 2016, son 60 dólares los que gastamos.
¿Qué no es así?; pues sumen  a lo que ingresa por venta de petróleo, lo que también se pide prestado a través de la financiación internacional, además de lo que logran “ganar” por venta de activos petroleros soberanos en el exterior, -incluyendo las ventas de deuda de terceros países-, mas lo que le ingresa al fisco por conceptos de impuestos tan injustos como el mencionado IVA, y verán que la cantidad gastada es asquerosamente mayor que la suma de todos los “gananciales” resultantes del “matrimonio” entre Nicolás Maduro y la República.
Y véanlo de esta manera, (como un matrimonio), porque es la realidad de una nación cuando las instituciones y las leyes pasan a un segundo plano, en beneficio de la óptica y las órdenes del que lleva la presidencia. El país termina sometido a un matrimonio de difícil disolución, más cuando la población, asume un papel de “pareja sometida”.

Nuestro problema no pasa por la cantidad de dinero que tengamos, pues pasa más bien por cuanto decidimos gastar, y a quien le asignamos la responsabilidad de gestionar dicho gasto. Ese es uno de los grandes paradigmas necesarios de derribar/transformar, si queremos deslizarnos hacia la “Venezuela 2.0” que podría permitirnos plantearnos un futuro distinto al cuadro agotado y desolador que aguarda delante de nosotros de manos de estos que primero radicalizados hacia la derecha, y luego radicalizados a la izquierda, no saben mantener el equilibrio de una posición intermedia, sensata, de pensamiento sosegado, y por cierto, de verdadero y sustentable progreso social.

viernes, 8 de julio de 2016

El dialogo en Venezuela es un acto de hipocresía, con los actuales protagonistas

Estemos bien claros en esto, porque de otro modo no lograremos cambiar el paradigma que se antoja monolítico frente a nuestras desencajadas miradas:
Con el actual gobierno no hay dialogo posible, ni son los representantes de la MUD los interlocutores idóneos.
Primero porque el gobierno NO REPRESENTA ni siquiera a la porción de la población que se alinea con los conceptos chavistas que pueden aun sobrevivir, y segundo, porque la MUD por su misma CORRESPONSABILIDAD en el entuerto en que vivimos, no representan tampoco ni a la mitad de la gente que adversando al gobierno por su mal andar, no se alinea con la clásica oposición venezolana y su monocromática visión de las cosas.
                                                     
EL INTENTO DE DIALOGO SOLO SERIA UTIL CON LOS PRESENTES PROTAGONISTAS, PARA DEMOSTRARLE A TODOS QUE NO HABRÁ TAL COSA (el dialogo), sin que haya de por medio componendas, hipocresías y falsedades a granel.
NINGUNO DE LOS PROTAGINISTAS termina de representar a ningún sector  poblacional, porque sus acciones los han desautorizado frente al común de la gente, que somos la inmensa mayoría en este país.
No se dejen seducir por los “cantos de sirena” de ningún bando; aquí lo único que la constitución menciona sin dejar visos de dudas, es que llegada la mitad de un mal gobierno, este puede ser revocado, para luego confrontar con la justicia verdadera, a quienes con sus decisiones y traiciones, destruyeron una esperanza.
NO HAY DIALOGO POSIBLE. ESO SERIA COMO PERDIRLE A LOS ALIADOS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, QUE SE SENTARAN A CONVERSAR CON HITLER O EL EMPERADOR HIROITO, PARA DARLES SALVOCONDUCTO.
No hay posibilidad de cambio real, sin la sincera intención de reconstruir el país y llevarlo a la “Venezuela 2.0”, (o a la sexta republica, como deseen decirle).
Un verdadero dialogo comenzaría con un acto de contrición, donde observaríamos renuncias de importantes cargos de elección popular y de libre asignación; de ministros y gobernadores; de funcionarios poniéndose a derecho frente a una justicia renovada. Mientras esto no se dé, TODO INTENTO DE DIALOGO NO SERA MAS QUE UNA FARSA, sin importar que hasta el mismo papa Francisco, o Almagro, se sienten en la misma mesa con los barrabas y judas que quieren acompañarlos.
NO TENGAN MIEDO AL NO "DIALOGO" QUE ASPIRAN LOS ACTUALES PROTAGONISTAS: VARIOS MECANISMOS LEGÍTIMOS Y CONSTITUCIONALES, AGUARDAN POR NOSOTROS PARA HACER JUSTICIA.
No hay un solo funcionario político en este gobierno y los asociados a nivel de estados y municipios, que no esté actuando en complicidad con el paquetazo de control totalitario que nos está llevando a un punto de inflexión paradójicamente no desead por nadie; no hay un solo político que levante testimonio contra los errores cometidos, y que esté dispuesto al mismo tiempo a aceptar las consecuencias de ello. En todos y cada uno de ellos palpita el interés de permanecer activo en la política nacional, y ello lo compromete automáticamente con el statu quo construido.
La necesidad de una  transición desde el político funcionario hacia el funcionario de carrera, aun no termina de cuadrar en la mente de la sociedad, y ello se vuelve parámetro medible para estimar el camino que aún queda por andar. Mientras más intentos de “dialogo” en las actuales condiciones, tanto más tiempo será necesario sufrir para llegar a la misma inevitable conclusión.
Del cuestionado triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 2013, hasta llegar al “estado de excepción”  solo han sido necesarios tres años direccionados siempre y exclusivamente por los sobrevivientes de Chávez, dejados solos a sus anchas y sin control popular posible.
Ese “estado de excepción” ha dejado en evidencia innegable el ahora muy patente “estado de intransigencia” que domina el panorama político nacional, mientras la republica como tal, se resquebraja ante la mirada -indolente a veces, impotente en otras-, de todos cuantos viven a lo interno de la frontera venezolana.
La verticalización de la estructura de gobierno, inclinándose tenazmente hacia el control militar (y por los militares) en detrimento de lo civil (y los ciudadanos no uniformados), propicia todo tipo de abusos y carencias de justicia (impunidad continuada), que no han hecho más que descomponer a la sociedad, pero sola al tiempo que desnuda su propia realidad inoperante, manifestada ahora a través de ese estado existencial cual cosa congelada en el tiempo, que el gobierno exclama lacónicamente como estado de excepción, sin que se sepa excepción de que, dado que todo lo constitucional, ha sido sistemáticamente desmontado, en tanto signifique un freno a la pretensión de militarizar “a lo venezolano”, la concepción socio económica y política del país, con el desangrante resultado que estamos observando.
¿Y ante este "estado de excepción - estado de intransigencia”, algunos aun pretenden invertir el tiempo para el revocatorio, en un escupitajo hacia arriba llamado esta vez DIALOGO?
Recuerden que las palabras arrogantes de Nicolás Maduro se han vuelto medida cierta de esa fatídica impunidad con la que la nación toda ha decidido convivir voluntariamente, perdiendo poco a poco su vida republicana en ese proceso.  

Entiéndanlo: Necesitamos "terminar de apretar las tuercas" aunque ello signifique asumir el sacrificio de terminar de caer para luego tener que levantarnos, pero ahora sin la ayuda de quienes de por si, destruyeron el país con nuestro consentimiento. No valen las palabras de Rodrigo Cabezas, Jorge Rodríguez, Aristóbulo Isturis o Jorge Arreaza que intentan justificar aberración. Todas son falsas, pues son ya imposibles de sustraerlas del contexto de la incredulidad, como las de algunos líderes de la MUD, que hablan o tuitean sin medir demasiado las palabras y sus consecuencias.
El tiempo de ser mansos debe quedar atrás, para dar paso más bien al momento de ser radicales, pero solo para exigir e imponer la justicia que emana del espíritu constitucional; solo para ser condescendientes con todo un pueblo que se equivocó y perdió la dirección, manteniendo la disposición a perdonar, a cambio de que los culpables no salgan impunes del imperio de la ley. Cualquier dialogo a partir de esto (ya con distintos actores y distintas actitudes nacionales), si logrará construir dos cosas: Nuestro breve futuro y el largo futuro de nuestros hijos y nietos.