sábado, 24 de abril de 2010

"Felices los pueblos que no necesitan héroes"; Bertolt Brecht.

El “chiripero político” que convenientemente se lanza en la actualidad como promotor de la tercera vía en Venezuela, aspirando ser con ello el pináculo del liderazgo de los no alineados al chavismo o al oposicionismo, es buen motivo para una reflexión.

Me aventuro a utilizar esta frase del dramaturgo Bávaro, como titulo, porque no puedo dejar de ver en ella la verdadera razón que haría de una nación como esta, -la nuestra-, una mayormente decidida a buscar la prosperidad y la felicidad, sin los comodismos o atajos que suponen a veces ciertos tipos de héroes, que lejos de inspirar, pretenden dogmatizar, por lo que hemos de buscar fundamentalmente, en vez de a ellos, a nuestro Dios y la venezolanidad como inspiración máxima.

Diez años después de la llegada constitucional al poder del actual presidente de la republica, comienzan a aparecer con un nuevo ritmo, una constelación de políticos, -que no de estrellas-, dispuestos, -ahora si-, a decirle al presidente que se equivoca en esto o en aquello. ¡Menuda comodidad!; tuvieron que estar 10 años en un bando, para darse cuenta que deben estar en otro bando (que no necesariamente es el oposicionista/oposición), para poder desde allí, hacerle, "…de manera respetuosa y sin que ello signifique separarse de la revolución", las oportunas observaciones que consideren pertinentes para enrumbar la nación. Todo esto dicho con una actitud de: "…un por si acaso la revolución se revitaliza, mejor no me voy de frente como un antagonista".

Hemos hablado de cómo el liderazgo del presidente ha sido indiscutible; por lo menos tanto como la torpeza de quienes pudieron serle contrapeso en su liderazgo, que tampoco es discutible.

El resultado del proceso, es el que vemos: una nación dividida y sin rumbo claro en por lo menos los próximos tres quinquenios, sin hombres o mujeres capaces de representarnos en los altos cargos gubernamentales, sencillamente porque ninguno goza de confianza plena. La labor de construcción de “buena imagen” que tiene por delante es como mínimo, monumental.

No menos real es que, pese a sus resquebrajaduras, el carisma del ciudadano presidente lo mantiene a la cabeza de un proceso, que lejos de ser por la revolución en si misma, lo es por la cadena de eventos que finalmente, lo sucederá e impondrá una realidad dentro del hilo constitucional, lejano a lo que conocemos e interpretamos.

No está de más recordar que la historia de un país no es una cosa rígida, como si siempre estuviera en el pasado: La historia en como una entidad viva, que respira y metaboliza lo que ingiere: una infinidad de eventos, voluntarios algunos, caóticos otros, se entrecruzan con caminos orientados desde el pasado con miras a futuros realizables unos, e irrealizables otros, simultáneamente que se suceden alternativas sin sentido, que muchas veces requieren de enormes inversiones de tiempo para enmendar.

El que la quinta republica dure o no, tanto como la cuarta, es irrelevante; son solo etapas históricas que se deben vivir. Y digo deben vivir, porque así es: Más de uno afirmará que la mayoría humilde no puede ser la que compulsivamente lleve en hombros al líder de turno, pero resulta que esa mayoría humilde, fue el fruto de décadas de desaciertos: "siembra vientos, y cosecharas tempestades".

Esto es historia vieja.

Lo que no es historia vieja, -que si repetida, sin embargo-, es este asunto de las figuras políticas que emergen por toda la geografía nacional, en un intento de acceder al poder político (y público) máximo, aprovechando la aparente coyuntura que comienza a tejerse: la próxima serie de elecciones: diputados, algunos alcaldes, concejales y la mas suculenta de todas: la presidencial.

Este surgir no podremos evitarlo, pero sin duda, podremos poner con claridad, los puntos sobre la mesa: nuestra resolución colectiva, cuando exista, de caminar exclusivamente por el sendero de Dios y la justicia, expresada esta última estrictamente en dos pilares: la constitución y las leyes.

A mis queridos compatriotas les recuerdo: ninguno de los políticos públicos, y los empresarios que se mueven tras ellos, carecen de intereses ocultos.

Personalidades aún más escondidas se mueven en los círculos jurídicos, para lograr mediante la manipulación y la conspiración, la consecución de sus intereses personales, así como los de sus respectivos grupos de poder.

¿Paranoia?; ojalá fuera eso. Lamentablemente, la manipulación existe y es disfrutada; las familias poderosas, los grupos económicos manejando tentáculos políticos que no dudan para alterar lo necesario para confundirnos, así como los intereses transnacionales mas variados (desde corporaciones hasta gobiernos extranjeros), se mueven con total libertad, siguiendo el fatídico ritmo del dólar, del euro, y del oro, “lubricado” todo ello por el negro petróleo de nuestro suelo.

Los proyectos libertarios de hace 200 años, ciertamente no han sido consumados; hoy, podemos afirmar con certeza que a décadas aún estamos de esa verdadera emancipación; aquella que garantizará la prosperidad y progreso no de unos, sino de todos, los organizados en una sola nación.

Estén atentos a los políticos que emergen; son los mas ambiciosos.

Estén pendientes de los políticos que parecieran haberse ido; pueden volver.

Procuren no amar ni odiar a los políticos. No vale la pena. Ellos se irán; Uds. seguramente seguirán donde están.

No crean en quienes les ofrezcan hacer las cosas por ustedes. No se irán con las manos vacías.

No hay progreso sin sacrificio; no hay sacrificio si no hay convicción; no hay convicción sin fe; no hay fe sin Dios, y sin una verdadera justicia ejercida a diario, sin precio que la compre, y sin excepciones para que se aplique.

martes, 13 de abril de 2010

Cuando los que menos tienen, poseen en realidad, menos de lo que creen.

Noticia tomada hace días de un periódico de circulación nacional:

“La desigualdad entre ricos y pobres aumentó en América Latina en las últimas décadas y en la actualidad el 20% de los más opulentos acapara el 56,9% de los recursos, mientras que en las ciudades de la región se hacinan 127 millones de pobres, alertó un informe divulgado este jueves por ONU-Hábitat.

El 20% de la población más pobre recibe apenas el 3,5% de los ingresos, lo que hace de América Latina la región más desigual del mundo, según este informe divulgado en el seno del quinto Foro Urbano Mundial de la ONU, en Río de Janeiro.

"El país con menos desigualdad de ingresos en América Latina tiene mayor desigualdad que cualquier país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) e incluso que cualquier país del este de Europa", señala el documento.

Brasil es el país menos equitativo, puesto que el 10% de los más ricos acapara más de la mitad de los ingresos (50,6%), frente al 0,8% que reciben los más pobres de la población.

México es el segundo país más desigual, puesto que el décimo de la población más acaudalado recibe el 42,2% de los ingresos, frente al 1,3% del mismo porcentaje de los más pobres.

En Argentina, en tercer lugar, el 41,7% de ingresos de la capa más alta de la sociedad contrasta con el 1,1% que reciben los menos favorecidos.

Venezuela es el cuarto país más desigual, puesto que el 10% más rico recauda el 36,8% del dinero y el 30% más rico controla el 65,1% de los recursos, mientras que los más pobres apenas se ven obligados a sobrevivir con el 0,9%.

En el caso de Colombia, el 49,1% de los ingresos del país va a parar a las arcas del 10% más opulento, frente al 0,9% que se queda en el lado de los más miserables.

En Chile, el 42,5% del caudal del país queda concentrado en las manos del 10% más adinerado, mientras que el 1,5% de los recursos va a parar a los más pobres.

Los países más equitativos de la región son Nicaragua, Panamá y Paraguay, aunque en los tres las diferencias entre ricos y pobres son abismales, puesto que el 10% más rico consume más del 40% de los recursos.

También según este informe, la urbanización no ha contribuido a aminorar la pobreza en América Latina, puesto que el número de personas en la miseria ha aumentado mucho en las últimas décadas.

En 1970 había 41 millones de pobres en las ciudades de la región, el 25% de la población de la época, y en 2007 se registraron 127 millones de pobres, el 29% de la población urbana.

No obstante, ONU-Hábitat alertó en el informe que "es en las ciudades menores y, ciertamente, en las áreas rurales de América Latina en donde la población es más pobre".

Así, la pobreza rural en Brasil alcanza el 50,1% de la población, en Colombia al 50,5%, en México al 40,1% y en Perú al 69,3%, mientras que la gran excepción es Chile, con un índice de pobreza rural del 12,3%, cifra inferior incluso a la de las zonas urbanas.”

…Ver estos números en el contexto latinoamericano es bueno de cara a tener una perspectiva mas realista de donde estamos, claro esta, aunque ni de lejos, es lo que mas debería preocuparnos.

Es ese 0.9% de la riqueza entre los más pobres, -es decir nosotros la mayoría-, el que inmediatamente me lleva a formular lo siguiente:

Si en Venezuela la mayor riqueza es del estado, y el estado funciona teórica y constitucionalmente para servir a nuestro bienestar trabajando sobre los cuatro pilares fundamentales, entonces: ¿Por qué somos tan pobres?; ¿Por qué sólo manejamos el 1%?

¿Es la riqueza petrolera entonces una gran mentira?

¿Quién engaña en el proceso de distribución de la riqueza, para que casi todo se quede en el camino, en manos de muy pocos?

¿Por qué el socialismo chavista ha fracasado como lo hizo la pseudo democracia cuarta republicana y las dictaduras del siglo XX, a la hora de manejar los miles de millones de dólares obtenidos desde que la tierra venezolana escupió por vez primera petróleo?; ¿Quien controla los impuestos: los que los recaudan, o los poderosos contribuyentes detrás de los grandes intereses económicos?

¿Hay peor ciego que el que no quiere ver, o simplemente no somos capaces de liderarnos a nosotros mismos?

¿Será que la paz que anhelamos esta mas allá de los muros de las utopías soñadas?

¿Por qué si hay tanta grandeza en nuestros corazones, nos limitamos a mostrar las más oscuras bajezas que habitan en ellos?

En fin; un largo suspiro; nada más. No nos queda otra mejor alternativa que seguir este largo camino de reflexión y búsqueda de soluciones.

La diversidad de pensamientos, y la comedida libertad necesaria para ello, se erigen siempre como el mayor obstáculo a cruzar.

Ese obstáculo es el que estimula a algunos a buscar atajos: a veces esos atajos se traducen en la creación de complejas doctrinas para igualar y ajustar el paso de las mayorías a un mismo y predecible ritmo, sacrificando en el proceso, la innovación y la sana pero controlada competitividad mediante las layes que buscan lo justo; en otras oportunidades, se constituyen en atajos, los oscuros conjuros que conspiran contra las pocas leyes que efectivamente nos han dado algún nivel de orden o progreso, pasando si es necesario, por encima de las vidas de inocentes ciudadanos...

¿Podrán los recursos ser alguna vez equitativamente distribuidos en forma de estabilidad y oportunidades de crecimientos fundamentales e igualitarios?

¿Cuándo robar dineros del estado, y aprovecharse de los trabajadores, serán delitos terriblemente penalizados?

Entendemos que no todos llegarán a un mismo nivel de logros medibles en términos económicos, pero su búsqueda siempre será indiscutible e irrenunciable para cada ser, en los términos de aquello humano inmaterial e inmedible: lo moral y lo espiritual, donde se debe ponderar primero, lo que cada hombre y mujer realmente puede alcanzar y aportar al colectivo.

No puedo culpar al presidente de negligencia ante esto, cuando los que le precedieron lo fueron por mas tiempo, y los que quieren sucederle, no muestran pruebas de que no repetirían los errores nuevamente.

Es la enorme incapacidad que hemos demostrado para autorregularnos, lo que no puede pasarse por alto.

Tenemos tantas ganas de hacerlo bien, pero a la vez tenemos tanto dolor por los golpes recibidos en tantos palazos de ciego dados y aguantados…

Nuestra mediocridad, y la de los que vienen a vivir acá, se mide en los términos de la desigualdad en la que somos capaces de vivir.

¿Qué diferencia hay entre prohibir los juegos violentos, y juramentar las "primeros comandos de las guerrillas comunicacionales"?

Esto es a propósito de la reciente juramentación de dichas organizaciones juveniles.

¿Cual penetra con más intensidad y permanencia en la psique de un joven?

¿Hasta donde llega lo justificable solo si cuenta con un respaldo gubernamental parcializado?

¿Dónde estará escrito el límite inocente de estos comandos?

¿Quién garantiza que no necesitarán luego portar un fúsil y ser la ley en tierra de nadie?

¿Quién tiene la autoridad para afirmar donde comienzan sus errores?

Considerando la definición de guerrilla en la amiga Wikipedia:

“La guerra de guerrillas es una táctica militar de conflictos armados consistente en hostigar al enemigo en su propio terreno con destacamentos irregulares y mediante ataques rápidos y sorpresivos, voladuras de instalaciones, puentes y caminos o secuestros de armas y provisiones. Se utiliza con frecuencia en situaciones de guerra asimétrica que, gracias a su movilidad, a su fácil dispersión en pequeños grupos y a su habilidad para desaparecer entre la población civil, resultan muy difíciles de neutralizar”.

Entonces, si llamarlos “comando guerrilleros” no es malo:

¿No podríamos también llamarles "asesinos" de las malas intenciones políticas?

¿Serviría "matones" de las burguesías apátridas?

¿Quizás "violadores" de la virginidad escuálida?

No es fácil.

Mucho menos superficial.

Algunos pueden decir, -y con razón-, que los juegos violentos solo van alimentando estructuras mentales mas bien violentas de baja tolerancia, suplantando con valores de mercadotecnia de software, valores trascendentales de justicia y convivencia en la sociedad humana.

Otros pueden también afirmar, -igual con razón-, que ponerle a un grupos de muchachos, un nombre estructurado sobre palabras normalmente violentas (comandos, y guerrillas), no busca mas que acercar a estos, -facilitarlo, si quieren verlo así-, a través del pretexto de organizar la contraofensiva mediática, a dar ese catastrófico paso, aparente natural, hacia la lucha armada, cuando el líder lo considere justificable.

Ambos son puntos delicados.

En este último asunto, quiero detenerme un poco, porque me hace pensar.

Es tiempo este de preguntas y respuestas secas, mas bien frías, como el filo de los cuchillos que las barbaries que toleramos, obtienen con el pasar de los años; años con los cuales nos adaptamos, nos acostumbramos a lo que antes era inaceptable...

Sin duda, teniendo claro la necesidad de ir del punto “b” al punto “c”, nos toca mantener una claridad y equilibrio como nuca antes hemos tenido; como quien sostiene varios platos al mismo tiempo que una bandeja con de vasos llenos, si deseamos verdaderamente que los caminos seleccionados para el progreso, sean caminos de justicia, donde los enemigos (aquellos que desean mantener sus privilegios ilegítimos), nunca puedan confundirse entre nuestros representantes del estado (que nunca han tenido un modelo claro venezolano de equilibrio y progreso),

Reconozco que se puede afirmar con total verdad que las tácticas e ideas militares y estratégicas como por ejemplo, las del Gral. Sun Tzu, han sido aplicadas exitosamente en aspectos pacíficos de la humanidad, lo cual para algunos, podría ser suficiente base para no desmeritar la conceptualización de la guerrilla y del comando dada a estas unidades de reacción, por ahora de adolescentes.

Quizás hasta todo esta vanalización de palabras antes “graves” de utilizar, (un poco como ahora algunos escritores y cineastas alemanes hacen con los símbolos nazis, con el fin de quitarles gravedad sobre la sangre histórica que les acompaña), terminen deformando su anterior uso, y por lo menos en este país, no pasen de ser, meros parapetos más anecdóticos que otra cosa.

El tema da para mucho, sin duda.

Recordemos que el riesgo siempre se corre al caminar hacia una situación que sabemos, tiene una posibilidad real de volverse letal, como cuando nos aproximamos a un grupo de gente violenta, con la intención de hablar, pero llevando al mismo tiempo un arma en la mano, blandiéndola frente a ellos por si acaso; el choque mortal puede ser inevitable; los elementos están.

El titulo de esta reflexión mantiene la pregunta viva, y la visión sobre su consecuencia: Digamos “¡bien!” por el control sobre tanta violencia en los medios; digamos “¡mal!” por la creación de opciones para ser violentos.

sábado, 3 de abril de 2010

Me preocupa el ciudadano presidente.

Si, y no es motivo para bromas:
A medida que pasa el tiempo durante el cual el Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se mantiene en el poder constitucionalmente, liderando sin competencia alguna la politica venezolana año tras año, quinquenio tras quinquenio, más pienso en cómo el estar rodeado de zalamería y celebracion burguesa-gubernamental por cuanta palabra salga de su boca, podrá estar afectando su espíritu de cara al día en que por ese mismo mandato constitucional, deba traspasar el mando y la correspondiente presidencia con todas sus responsabilidades a otro ciudadano.

Y es que un hombre rodeado de una nación en su mayoría deseosa de hacer su voluntad durante una década ya, no puede menos que sentir vértigo ante la sola idea de volver a ser un "venezolano de a pie" más. No importa lo que éste hombre pudiera decir sobre ese escenario real: Ser como el sumo sacerdote y autoridad máxima de una religión ficticia, admirado y seguido por las grandes masas, para luego, y por alguna ley, tener que entregar ese sumo sacerdocio a otro seguramente no tan admirado como el, y que detentará todos los privilegios amasados durante años, pasando con ello a partir de ese instante a ser otro simple seguidor, sin ni siquiera una pensión vitalicia, debe ser como saltar de un acantilado en medio de una tormenta en la noche, lleno de desesperanza.

En una de las primeras entradas del blog, asomaba este asunto. Seguramente miles de venezolanos darán todo por hacerlo sentir amado y pleno de privilegios llegado ese momento casi que traumático para él, pero sin duda, nunca será como tener a un país completo moviéndose a su alrededor para darle los máximos elogios y servicios que una nación petrolera, puede darle.
Si a eso le agregamos que luego de su partida, una voragine formada por las muchas verdades que emergerán con crudeza, las muchas vendas que caerán de los ojos, al mismo tiempo que otros miles más se enamorarán de la imagen épica y combativa del héroe militar del siglo veinte que surgido de un intento de golpe de estado, renació como ave fénix, para ser el presidente de una nación petrolera y subdesarrollada.

No hay modestia humana que soporte semejante cambio de forma de vida. Si no logra permanecer en el cargo durante el resto de su vida natural, el vacio del poder perdido lo consumirá rápidamente hasta llevarlo al mundo de los heroes que reposan en el panteon nacional.
¿O creen que los seguidores de su liderazgo permitirán algo menos que eso?